Nueve

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Penúltimo capítulo

Despierto con un terrible dolor de cabeza, intento llevar mi mano al área del golpe en mi frente y no lo consigo. Poco a poco voy tomando consciencia de donde me encuentro, estoy con mis manos atadas detrás de mi espalda, estoy en una silla en mitad de la sala, escuchó una puerta cerrarse a la vez que distingo un bolso muy familiar en el sillón. Me toma segundos captar que ese bolso es el que mi prima se llevó al retiro.

—Que bueno que despertaste—escucho decir a Jimin. Muevo mis brazos sintiendo como la atadura en mis muñecas me lastima—Tu prima llegó hace unos minutos, la encerré en la habitación para que nos deje hablar tranquilos.

—Deja a EunSung tranquila—hago una mueca de dolor cuando me llega una punzada de dolor en la cabeza.

Jimin se acerca colocándose a mi altura al apoyarse de su rodilla. Su cabello ahora rubio ha crecido un poco más desde la última vez que lo vi, los mechones caen frente a sus ojos casi cubriéndolos.

—EunSeo, te prometo que moriremos juntos, nadie nos separará y tú no podrás dejarme como lo hiciste.

—¿Por qué tengo que ser yo?, ¿Por qué?, hay tantas mujeres en este mundo...—decir que siento inquietud es poco—¿Por qué no puedes aceptar que ya terminó?, puedes seguir con tu vida, fuiste tú quien decidió no apoyarme, ¡Fuiste tú quien perdió el control de repente!

—Shh—cubre mi boca con su mano. Mira directamente mis ojos—No necesitas gritar y si lo haces cubriré esa linda boca, ¿Queda claro?

"Intentar pedir explicaciones o hacerlo entrar en razón será inútil, es incapaz de ver más allá"

Su mano deja mi boca libre, mi corazón late a toda prisa. ¿Qué carajos hago?

—Está bien, yo...me iré contigo—sus cejas se levantan, apoya sus manos en mis muslos escuchando con atención—Yo...estaré contigo, tienes razón, no...no debemos estar separados—forzo una sonrisa.

Ya no sé que hacer.

—Oh, EunSeo, amor—sonríe ladinamente—Que triste que te hayas dado cuenta en el último momento.

—Por favor.

Lo veo sacar de su bolsillo mi celular. Toca algunas cosas en la pantalla y me muestra el contacto, es el de papá.

—Quiero que te despidas de él. Me parece justo que el señor Yoo pueda despedirse de su hija, que sepa el grave error que cometió al apoyarte—niego con la cabeza. Forcejeó con las ataduras desesperándome más, no quiero morir. No así, mis ojos pican al contener las lágrimas, ¿Enserio esto es el fin?—Después de todo, vas a lastimarlo como tu madre hizo con él.

—¡Cierra la maldita boca!

Se echa a reír mientras niega con la cabeza. Presiona la opción de llamar, suplico que no responda, pero pareciera que pido lo contrario, porque no tarda en hacerlo.

—¿Sí?—tiene una voz somnolienta.

—Papá.

—¿EunSeo?—aclara su voz—Cielo, ¿Estás bien?, te escucho extraña.

Me conoce muy bien.

—Lo siento—intento que mi llanto no salga. Trago con dificultad teniendo al maldito de Jimin frente a mí con una sonrisa estúpida—Te quiero.

—¿Qué está pasando, EunSeo?

No puedo seguir hablando. No quiero que me escuche llorar, en su lugar, es Jimin quien habla.

—¿Cómo está, señor Yoo?—saluda con todo el descaro del mundo—EunSeo lo llamó porque quería despedirse.

—¿Park Jimin?—puedo imaginar la preocupación y el asombro en su voz.

—Que bueno saber que me recuerda, después de apoyar a su hija para que hiciera locuras habría creído que ya no pensaba siquiera en mí.

—Si tocas a mi hija...

—¿Enserio cree que puedo lastimar a EunSeo?, ahjussi, amo a su hija como jamás he amado a alguien—sonríe mirándome—Dejé que lo llamara porque nos iremos juntos.

—¿Qué?

—¡No lo escuches!, ¡Está mintiendo!, ¡Va a asesinar...!—su mano cubre mi boca amenazándome con la mirada. Me remuevo en la silla entre quejidos.

—Hasta luego, ahjussi—cuelga—¿Seguirás gritando o vas a colaborar, maldita mentirosa?

Y entonces el timbre se escucha. Jimin parece sorprendido, esto no estaba en su plan evidentemente. Ni yo sé quien puede ser, me indica que guarde silencio antes de acercarse a la puerta.

—¿EunSung?—escucho una voz femenina del otro lado de la puerta—Olvidaste tu cartera en mi auto—es una de las amigas de mi prima.

No recuerdo su nombre, pero es mi oportunidad.

—¡Corre a la policía!, ¡Pide ayuda!, ¡EunSung y yo estamos en peligro!—levanto la voz lo más que puedo.

Jimin me mira con ganas de asesinarme. Se dirige a la cocina e intentó soltarme, una de mis manos logra liberarse, la otra sigue atada a la silla, sigo luchando alcanzando a soltarme del todo. Es entonces que puedo ver como Jimin enciende la estufa al máximo, el gas se está escapando, tengo una idea de lo que piensa hacer.

Explotar todo el departamento.

Explotar todo el departamento

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El próximo es el final.

Excesivo • PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora