Antes del principio

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Me temblaban las manos. Estaba sentada en la banca en un parque que muy pocas veces habíamos transitado juntos, pero era uno de los que le quedaban más cerca por lo tanto llegaría pronto.

Con la ayuda de una amiga pude tomar coraje y había ido a una cervecería a comprarle una de sus cervezas favoritas. Ya estaba un poco tibia, pero lo importante era lo que había escrito en ella y lo que planeaba conseguir al entregársela. Con marcador negro había escrito parte de una canción de Taylor Swift que pensaba que era la que mejor describía cómo me sentía por él... "All at once you are the one I have been waiting for. King of my heart" Habían sido unos meses horribles hasta que llegó el día en que por fin me di cuenta de que había estado siendo una estúpida al no dejar a la persona que me torturaba en muchos sentidos y atreverme a estar con la persona que ya sabía qué hace tiempo amaba.

Habían pasado muchas cosas entre nosotros dos y el nivel de amistad claramente ya se había transformado en algo más... hacía mucho que lo había hecho. No podía evitar mirar sus labios cuando hablaba, no podía dejar de pensar en él cuando no estábamos juntos y estúpidamente mi corazón latía más fuerte cuando lo veía caminar hacia mí a pesar de que aquello había pasado mil veces por los últimos 6 años desde que nos conocemos.

Admito que solía ser una mujer muy tradicionalista que esperaba que fuera él quien diera el paso y declarara su amor por mí, pero en el último tiempo había vuelto a tomar las riendas de mi vida y esta vez sería yo quien se movería para conseguir una relación estable con el hombre del cual estaba enamorada. Eso era lo que quería, ya no quería ser su amiga con beneficios.

Hacía un poco más de una hora que lo había llamado para conversar con él, iba a decirle que quería ser su pareja y que quería saber si él deseaba lo mismo, claramente no lo había dicho por teléfono, pero esa era la intención de aquel encuentro poco planificado y más bien espontaneo.

Los minutos pasaban y al acercarse la hora me ponía más y más ansiosa. Quería poder decirle todo lo que tenía en mi mente y corazón, y es que siempre, desde pequeña he sido una mujer que le gustan los romanticismos, pese a esto, sabía que poco sería lo romántico que saldría de aquella junta, me ponía un poco torpe con él a veces y esta sin duda sería una de aquellas. Al verlo cruzar la calle y acercarse se me olvidó todo lo que tenía planeado decir, solo mantenía en mi regazo la bolsa con la botella de cerveza. Él por su parte venía cabizbajo con un cigarrillo entre sus labios y al verme alzó sus cejas haciéndome entender que ya me había visto. Me quedé sentada mirando la trayectoria que él recorría para llegar junto a mí y sentarse a mi lado.

- ¿Pasó algo, Leo? – Me preguntó Jeff en un tono preocupado.

- Nada malo, quería hablar contigo – Sentía como mi voz temblaba y sentía que las lágrimas se agolpaban en mis ojos. Siempre que estaba emocionada sentía que lloraría en cualquier momento y sobre todo en ese momento pasaría tarde o temprano. Jeffrey se quedó mirándome, esperando que dijera algo – Te traje un regalo – Le tendí abruptamente la bolsa de con la cerveza. – No está tan helada, pero sé que te gusta – Jeff sacó la botella de cerveza y vio que era una de las que más le gustaban, una cerveza nacional que había probado en un viaje que había hecho hace un tiempo. Su sonrisa fue como la de un niño a quién le entregan el regalo que tanto había esperado.

- ¡Oh! ¡¡¡Gracias!!! Voy a llegar a ponerla en frío para beberla helada – Comentó mirando aún la botella.

- Necesito que te la tomes ahora... tiene algo especial – La idea era que a medida que él fuera bebiendo la cerveza de color oscuro el mensaje fuera apareciendo.

- Uhm... está bien – De su bolsillo sacó su llavero en el que tenía un abridor de botellas. Abrió esta y comenzó a beber- Es buenísima - comentó luego de darle el primer sorbo- ¿Quieres probarla? – Me acercó la botella.

- No, es tuya... - Le dije sonriendo. Jeffrey siguió bebiéndose la cerveza y cuando llevaba casi la mitad de la botella, notó que tenía algo escrito, me miró con curiosidad y asentí, incitándolo a leer aquel mensaje.

Jeffrey leyó el mensaje que estaba escrito y estaba segura por su expresión que se le apretó el estómago. Era hermoso el gesto, yo lo sabía. A mí me hubiese encantado recibir algo así y sabía que sería algo especial para él.

- Jeff... en el último tiempo he estado pensando mucho en lo que ha pasado con nosotros... está más que claro que no somos solo amigos y siento que no quiero conocer a nadie más, siento que ya conocí a quién ha entrado en mi corazón. No lo planee en ningún momento y realmente nunca pensé que todo llegaría a esto, pero me enamoré y sé que por ti ya no siento solo cariño... pienso en ti casi todo el tiempo, pienso en estar contigo y fantaseo con el día en que dejemos de escondernos, quiero poder ir de la mano contigo por la calle y que seamos felices juntos, que nos demos la oportunidad de serlo porque la merecemos... quería preguntarte si tu sientes lo mismo y si quisieras ser mi novio... - Al soltar esas últimas dos palabras un par de lágrimas se asomaron y bajaron por mis mejillas.

Jeffrey se veía atónito ante todo lo que acababa de escuchar. Creo que no es para menos, pues él estaba acostumbrado a ser él quien fuera por lo que quería, pero se me empezó a apretar el estómago al ver que bajó su mirada y apretó ambas manos en torno a la botella.

- Leo yo... te quiero mucho, pero... - 

RushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora