3

1 0 0
                                    

Desperté un poco agitada y con ganas de que mi amigo estuviera a mi lado de nuevo. Lo que había pasado ese día se sentía como un sueño que nunca acababa porque lo repetía en mi cabeza todo el tiempo, incluso despierta. Seguido me sorprendía a mí misma pensando en eso y es que realmente no me lo podía sacar de la cabeza.

Ya llevaba 5 días sin hablar con Jeffrey. Era viernes por la mañana y trataba de decidir si era capaz de ir al cine con unos amigos a ver una película de terror. Tom también iría obviamente, y obviamente yo pagaría su entrada y su comida ya que él no le trabajaba un día a nadie. Solía decir que su tiempo valía mucho y por eso necesitaba un trabajo en el que le pagaran lo que él pensaba que valía su tiempo. Nunca voy a entender por qué se daba tantos aires de grandeza, solo estábamos estudiando, no teníamos ni medio título y no es como que fuera de esas personas hiper estudiosas que le dedican casi todo su tiempo a su carrera, es más, solía salvar sus notas a costa mía o metiéndose cuando me juntaba a estudiar con mis amigas.

Mirando hacia atrás, la única conclusión a la que puedo llegar es que era un flojo de mierda – disculpando la expresión –

Iba saliendo de mi casa ya con todas mis cosas y con los audífonos en los oídos cuando mi teléfono recibió un mensaje. Al abrir la app de mensajes tenía mensajes sin leer de Tom, del grupo en el que estoy con mis amigas y de Jeffre. Este último se sintió como un extraño alivio.

"Mira" decía el primer mensaje y seguido de este había varias fotos de una habitación.

"Traje a Inés a la playa por nuestro aniversario. Está bien agradable el hostal donde nos estamos quedando"

Sus mensajes caían como si nunca hubiese pasado nada. Me hablaba exactamente de la misma forma que lo hacía siempre y me contaba una situación de la que no quería saber, con la que el alivio que había sentido se transformaba en una extraña sensación de tristeza.

"Se ve genial" respondí.

"¿En qué estás?"

"Voy al cine"

Guardé mi teléfono en el bolsillo interior de mi chaqueta y me subí al bus que acababa de parar a mi lado. Me senté dramáticamente junto a una ventana mirando hacia fuera como si fuera un video musical. Creo que mi respuesta había sido un poco cortante, pero no sabía si volver a escribirle... por algo no me había hablado en días.

Mi teléfono volvió a sonar por una notificación.

"Inés se fue a bañar, necesito hablar de algo y creo que solo puedo hacerlo contigo" Decía el mensaje que me acababa de llegar. "Creo que quedé herido el otro día" Como una película en cámara rápida recordé todo lo que había pasado hace casi una semana.

"No recuerdo haber hecho algo que te haya herido" Seguía pensando, pero no recordaba nada al respecto.

"No es eso... Creo que tanto roce con la ropa me dejó una pequeña herida ahí abajo y no sé qué hacer... TENGO que usarlo alguno de estos días, no puede estar malherido".

"¿Crees que Inés sospeche algo?"

"Lo dudo. Solo que, si no pasa nada, será un poco extraño para ella"

"Mientras tu no le des importancia, no creo que le parezca nada"

Pasaron un par de minutos antes del siguiente mensaje.

"Bueno, era eso. Pásenlo bien en el cine"

"Ustedes también por allá"

Creo que todos mis buenos deseos para esa escapada romántica que tuvieron Jeffrey e Inés fueron a regañadientes y no entendía por qué. No había pasado nada entre nosotros, digo, no éramos más que amigos que se habían pasado de tragos y habían entrado en un camino oscuro en el que no veía claramente que venía en el siguiente paso. Seguíamos siendo solo amigos y punto. 

RushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora