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Canciones: How Far We've Come, Matchbox 20; Go Away, Röyksopp.

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Esa madrugada Clarence House estaba desconcertantemente silenciosa.

Harry estaba habituado al bullicio y al ajetreo en la Casa Real de su madre, había crecido esperando conversaciones en los pasillos, gente saludándolo mientras caminaba por ellos, el murmullo de voces emanando de la sala de reuniones de Nick Grimshaw siempre que éste alimentaba con calculados trozos de información a periodistas selectos. Justo ahora, incluso los sirvientes eran pocos y estaban distantes entre sí. La luz del día apenas comenzaba a levantarse sigilosamente sobre Londres, y cuando Harry estacionó su auto unos minutos atrás, las sombras de la noche todavía estaban envueltas alrededor de los árboles de Green Park.

En la inquietante ausencia de otro ser humano, Horse Corridor era más espeluznante que de costumbre, lo cual Harry consideró una hazaña. Pesadas cortinas rojas afligían el paso del tiempo, estatuas de caballos seguían cada paso con sus ojos de porcelana, y las pinturas al óleo en la pared se vislumbraban como reliquias de otro siglo. Lo cual eran, de alguna manera. Desde la muerte del abuelo de Harry, Anne había estado hablando de una renovación completa. Como no era una preocupación prioritaria, no había pasado más allá de la etapa de planificación porque siempre había muchos otros asuntos clamando atención. Gobernar una nación no era un trabajo de medio tiempo.

Harry se enfocó en una conversación que provenía de la sala de estar y se mantuvo quieto por un momento, forzando sus oídos para darse una idea del porqué había sido obligado a despertarse para dar acto de presencia. No entendía nada debido al grueso roble de la puerta.

Harry llamó a la puerta y caminó sin esperar una respuesta.

Se detuvo. Nick estaba ahí. Eso no era una buena señal. Nunca era buena señal que el Jefe de Comunicaciones de la Realeza estuviera presente fuera del horario de trabajo.

"Buenos días." Aclarando su garganta, Harry miró de su madre a Nick, y luego al desayuno Inglés que se encontraba en la mesa, y después al hombre que nunca antes había visto – ligeramente robusto, con una agradable sonrisa e inteligentes ojos. Él tenía a Harry como un hombre fácilmente subestimado. "¿Dónde está el fuego?"

Anne bajó su taza provocando un ligero tintineo de la porcelana y le dio una mirada amable. Su voz sonaba como siempre. "Querido. Siéntate, por favor. Este es James Corden. Él estará acompañándonos durante el desayuno."

Okay. Esto definitivamente no era bueno.

Viendo que Harry había vuelto después de pasar dos semanas en España justo la noche anterior, era evidente que no había nada razonable por lo cual tendría que ser llamado para un desayuno tan temprano con un hombre cuyo nombre era prácticamente una institución: James Corden, experto en crisis. Él trabajaba en segundo plano y el ser recomendado era la única promoción que necesitaba ahora que había logrado establecerse como la persona que es llamada en las peores crisis. Él y su equipo habían manejado el problema cuando la amante embarazada del Duque de Kent había decidido ir con la prensa, estuvieron envueltos en una negociación cuando el secuestrador del único hijo del Líder de Oposición amenazó con hacerle daño, y cuando Niall se enamoró de una modelo de Victoria's Secret, el Marqués de Waterford los llamó para que contaran una historia a los medios acerca de su hijo asegurándose de proteger la reputación de la antigua familia Irlandesa.

"Un placer conocerlo," Harry mintió, sacudiendo la mano del hombre y percatándose de un fuerte y confidencial agarre. Él saludó a Nick con una palmada en el hombro y a su madre con un beso en la mejilla, entonces se hundió en la cuarta silla y suavizó su expresión a una de agradable expectativa.

Wear It Like A Crown | l.s. | spanish translationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora