Wear It Like A Crown | l.s. | spanish translation

IX

Dedicado a: dontbegonetoolong_, callmeyournightmare & -astraphilia

Canciones: Jasmine Thompson – Demons (Imagine Dragons Cover); BoyceAvenue ft Carly Rose Sonenclar – SaySomething (A Great Big World Cover); Justin Nozuka – Down In A Cold Dirty Well [En Spotify no está la última, en el multimedia sí]

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Después de un día entero de estar rodeado de gente, el apartamento de Harry se sentía desconcertantemente silencioso.

Dejó caer su bolso en el momento en que cruzó la puerta y avanzó hacia la cocina, sirviéndose un vaso de agua que bebió de un golpe, su estómago arremolinándose alrededor. Los platos y vasos sucios del desayuno de ayer con sus amigos seguían postrados en el fregadero, junto con dos delicadas tazas de té –esas con el patrón de una flor azul que rara vez usaba. Su mirada las evitó, luego regresó sólo para evitarlas de nuevo, como una piedra aplanada rebotando sobre el agua. Eventualmente, las recogió para lavarlas y secarlas antes de ponerlas de vuelta en la alacena. Fuera de vista.

El apartamento seguía muy callado. Se detuvo en el living para encender la televisión sin siquiera revisar la programación, entonces se dirigió hacia su recámara. Los otros vendrían dentro de algunas horas, justo antes de que empezara el juego. Había tiempo suficiente como para que tomara una siesta.

Su cama estaba justo como la había dejado, desnuda sin sus sábanas.

Se detuvo en el marco de la puerta por varios segundos antes de entrar. Pesadamente, se sentó en la orilla del colchón y lo sintió ceder bajo su peso. Sólo un cuerpo, sin embargo. Sólo el único.

Colocó ambos codos sobre sus muslos y bajó la cabeza, cerrando los ojos brevemente. Estaba bien. O lo estaría. Louis había sido un momentáneo fallo técnico en su sistema, y lo superaría dentro de poco. Comenzando hoy.

Cuando levantó la cabeza de nuevo, vislumbró un pedazo de tela negra, medio escondida bajo la cama. Con sus pies, la sacó. La camiseta de Louis. Harry exhaló en un áspero aliento.

Maldición. Esto no era justo.

¿Por qué la había dejado? ¿Para burlarse? ¿O esto era lo que él consideraba como una compensación adecuada por la camisa que había robado? Harry todavía no comprendía porque había decidido ponerse su camisa en primer lugar. Eso insinuaba un apego que no existía. O se la había quedado para– no. Harry empujó lejos la idea de Louis conservándola como trofeo, muy lejos. Seguramente no sería tan cruel. Pero entonces, ¿podía acaso decir qué era lo que definía a Louis? ¿Lo conocía en absoluto?

Alguien diciendo su nombre lo sacó de sus pensamientos ¿Qué...? Ah, por supuesto, la televisión.

Se levantó de un brinco y siguió el sonido de regreso hasta la sala de estar. Era un programa de chismes, una presentadora sonriente con un austero cabello rubio y su rostro empanizado con maquillaje, sus rasgos extrañamente estáticos mientras hablaba sobre su acto de desaparición, sin rastro de él desde esa verdaderamente asombrosa entrevista. Con la nación haciendo malabares con su atención entre el futbol y un juego de escondidillas que el Príncipe Harry claramente había ganado, ¿no era hora de que se mostrara? ¿De que explicara a dónde quería ir a partir de ahora?

Le desagradó la mujer instantáneamente. Incluso más porque sus palabras se habían enterrado en su piel como garras, y no se aflojarían mientras tratara de sacárselas de encima.