II

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Canción: All The Right Moves, One Republic.

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Se acababa de sentar en el sofá del apartamento de Zayn cuando su teléfono comenzó a sonar. Aceptando una cerveza, utilizó su mano libre para sacarse el teléfono del bolsillo, sorprendido de ver el nombre de Louis brillando en la pantalla.

Habían pasado unos diez minutos desde que hablaron. Obviamente Liam no pudo haber encontrado algo tan pronto, ¿cierto? Oh Dios, ¿habían encontrado algo? ¿Había alguna posibilidad de que esta pesadilla terminara antes de comenzar siquiera?

Colocando la cerveza entre sus muslos, Harry contestó el teléfono y luchó por pensar en un saludo casual, algo que no lo hiciera sonar demasiado desesperado. "¿Tan rápido me extrañas?"

Oh, maravilloso. Ahora se había transformado en una clase diferente de desesperación.

Si alguien tenía la habilidad de guardar silencio para parecer poco impresionado por teléfono, Louis Tomlinson era esa persona. Harry se avergonzó. Claro, Louis había sido un idiota prejuicioso gran parte de su reunión, así que no tenía derecho de quejarse demasiado acerca de Harry rozando los límites del comportamiento apropiado, pero–uh. Dos errores no hacían un acierto.

"Lo siento." Murmuró Harry cinco segundos después porque Louis aún no había pronunciado ni una sola palabra. Zayn le lanzó una mirada curiosa mientras se dejaba caer en el sofá a su lado, empujándolo con un pie.

"Eso espero," el tono de Louis era más seco que el Sahara, "estamos en esa etapa de nuestra relación en que puedo pasar diez minutos sin hablar contigo. Además, soy una mujer fuerte e independiente, y sí, tal vez tengas los bucles del Príncipe Encantador, pero aún tengo que verte montando un blanco corcel. Este no es ese cuento de hadas."

"Tengo una yegua blanca." Le dijo Harry, y realmente, tenía que detenerse y encaminar la conversación de nuevo a territorio normal. No sabía que había en Louis que lo orillaba a comportarse de esa manera. "Claramente eso debe contar, ¿no? De otra manera, sería sexista."

Para su sorpresa, Louis soltó una rápida y ondeante risa. "Está bien, Principito. Estoy seguro de que eres un fantástico jinete. No soy nadie para cuestionarlo. Cuestionarlas. Tus, eh..." Una breve pausa. "Habilidades para montar."

Louis acababa de-¿en serio? ¿En qué momento habían terminado en una ronda de Lotería de Insinuaciones? Mierda, ¿cómo se suponía que Harry diera una buena respuesta si su mente estaba en blanco, el calor juntándose lentamente en su vientre ante el pensamiento de estar montado en las caderas de Louis, sosteniéndose a sí mismo encima de él y–no. No. Necesitaba parar. Había una buena posibilidad de que estuviera entendiendo más de lo que debería.

Debió de haberse quedado callado por un largo tiempo, porque Louis habló de nuevo, con un tono más profesional esta vez. "Dejando de lado tu colección de caballos, en realidad te llamo porque tengo una pregunta. ¿Podrías darnos una lista de las personas que saben que eres gay?"

La forma en que pronunció las palabras como si no significaran nada –eres gay; el césped es verde; mira, es un día lluvioso en Londres, qué sorpresa– se asentaron extrañamente en su pecho. Louis lo hacía sonar tan fácil, tan inevitable, cuando la verdad es que habían existido noches en que Harry se quedaba dormido deseando despertar siendo normal, conocería a una linda chica y se enamoraría, se casarían en una espléndida ceremonia en Westminster Abbey y cumpliría las expectativas.

Pero no había tenido esa suerte, por supuesto. Y mientras la pubertad había sido difícil, él casi había logrado aceptar que no podía cambiar. Escuchando a un extraño-cercano diciéndolo así, tan casualmente, era nuevo, sin embargo. No necesariamente de una mala manera, simplemente era... nuevo.

Wear It Like A Crown | l.s. | spanish translationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora