Epílogo.

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Epílogo.

Martes. Septiembre 11, 2001. Ataque a las Torres Gemelas.

El terror recorría en las familias de las personas que se encontraban en las Torres Gemelas mientras dos aviones siendo controlados por talibanes terroristas impactaban brutalmente arrebatando miles de vidas.

Muchas personas comenzaban a perder a un esposo o esposa, un hijo o una hija, un padre o madre, un hermano o hermana, u tío o tía, abuelo o abuela... Pero lo que Vic comenzaba a perder era más que un novio, era su propia vida.

La frase "Cuando te toca, ni aunque te quites y cuando no te toca, ni aunque te pongas" puede aplicarse en esto, pero Víctor pensaba que era realmente injusto. Kellin llevaba tan poco de cumplir sus 21 años, hacía tan solo un día que había recuperado el amor, que había hecho las paces con su padre, que su vida comenzaba a cambiar, y por un error aéreo Natalie, Kevin, Copeland, Charles, Vic y Jesse lo estaban perdiendo.

Horas después de que las torres terminaran de caer, cientos de paramédicos y bomberos buscaban entre los escombros sobrevivientes, lamentablemente de tantos solo sobrevivieron unos pocos de los pisos más bajos al lograr escapar saliendo heridos.

Vic y Jesse llegaron y buscaron por todas partes esperanzados de que Kellin hubiese sido uno de esos pocos, pero lo único que encontraron fue su libreta.

El moreno la tomó y lloró desconsoladamente mientras la habría y leía todo.

Cartas a su hermano de cuanto lo extrañaba, refranes, dichos, frases algo conocidas y páginas que le llamaron la atención. Kellin escribió innumerables veces sobre el moreno, sobre cuanto lo amaba, sobre lo arrepentido que estaba por todas las mentiras que le dijo para protegerlo, pero sobre todo, que estaba encantado por haberlo conocido y que no cambiaría ningún minuto con él ni por todo el dinero del mundo.

"Lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas, porque nadie más lo hará. Como cuando alguien llega a tu vida y la mitad de ti dice: "Aún no estás listo", pero la otra mitad dice: "Hazla tuya por siempre.". Joseph, Copeland me preguntó qué diría si supiera que me escuchas, diría que lo sé. "Te amo, cielos, te extraño y te perdono".".

Vic y Jesse, rendidos decidieron esperar noticias mientras los paramédicos les decían que debían alejarse pues la estructura no era segura todavía. Ellos accedieron y se fueron a sus casas.

Vic lloraba en el comedor, deseando que Kellin apareciera por esa puerta y lo abrazara, pero lo único que vio entrar por la puerta fue a su padre, lleno de polvo y notablemente exhausto. El moreno se puso de pie y le preguntó con la mirada, el señor Fuentes solo pudo negar con la cabeza y abrió sus brazos para que el moreno llorara en su hombro. Vic lloraba desconsoladamente, había perdido una vez a alguien que amaba, a su madre, ya no podría soportar otra perdida.

3 días después, las cartas del funeral llegaron a las puertas de los Fuentes y el viejo apartamento de Kellin invitando a Jesse y los Fuentes al funeral. Algo pequeño, solo ellos, algunos parientes y el sacerdote. Las lágrimas no tardaron en hacerse presentes en Vic recibiendo un gran abrazo de parte de todos, pues igual la pérdida había sido para él.

Miércoles. Septiembre 11, 2002.

Kevin, Natalie, Charles y Copeland visitaron ambas tumbas de los hermanos Quinn compartiendo un minuto de silencio como hacían cada semana. Los 4 vestidos de negro y contando pequeñas anécdotas nostálgicas deseosos de que los escucharían.

Jesse y Vic regresaron a la universidad, cada quien en un área distinta pero igual compartían ciertas clases. Jesse se había hecho un tatuaje con el nombre de Kellin en una cinta conmemorativa adornando su brazo, Vic estudiaba justicia pena y ayudaba a su padre innumerables veces aprendiendo de su trabajo.

Copeland había cumplido su sueño, sus obras artísticas estaban en dos de los mejores museos de Nueva York, y Charles iba todas las noches a las exhibiciones como había prometido en silencio a Kellin. Y el pelinegro tenía razón, Copeland era extraordinaria en el arte, Charles se sentía un idiota e iba a arreglar ese error para que Kellin, donde sea que esté, se sienta orgulloso de su propio padre.

Natalie logró continuar con su carrera de psicología y apoyaba en la escuela de su única hija.

Para terminar esta narración...

Vic se encaminó lentamente hacia la estación de trenes donde vio a su madre morir, sonrió nostálgico y miró alrededor sintiendo nuevamente esa inseguridad, pero juraba sentir unos brazos alrededor del diciéndole que debía seguir su camino. Así fue, subió al tren y miró por la ventanilla y sonrió levemente ante los recuerdos de Kellin, su madre, de todo.

Al fin y al cabo, estaba listo.

Recuérdame {Kellin Quinn & Vic Fuentes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora