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Al día siguiente

~Kellin Quinn

Levantarme sin ganas y con prisa para la universidad era algo frustrante. Ese chico apuesto, de ayer y ante-ayer por la noche, seguía en el apartamento y me había sacado todo el estrés de ayer en un duro y masoquista polvo, y aproveché que Jesse no estaba. Di un beso en la frente a aquel apuesto chico y le dije que mejor volviera a casa, le dí algo de dinero y le dije que podía tomar una ducha y comer antes de irse, el guapo de ojos azules asintió y me dio un caluroso y candente beso en los labios haciendo que su algo rasposa lengua jugara con la mía, placer embriagante, joder. Jesse nos interrumpió y el chico sonrió, un último beso y me levanté a seguirlo. Salimos del apartamento, que cabe decir que era un desorden total, y caminamos a la cafeteria. Compramos nuestros cafés y durante el proceso burló mis 2 noches con el tatuado apuesto. Salimos de la cafeteria cada quién poniendo sus sobres de azucar en el líquido amargo y de color oscuro.

-Le vendi a tu novio un cepillo de dientes. -dijo Jesse burlón.

-¿Qué dices? -pregunté realmente confundido, yo no soy de novios.- A mi ¿qué?

-Tu novio, a el sensual pelinegro ignorante que dejaste en tu cama. -recordó Jesse.

-Mhmm. -recordé a.. ¿Andrew?, ¿Oliver?, no recuerdo su nombre.

-Le vendí un cepillo de dientes, gané 3 dolares. -victoreó Lawson.

-Felicidades. -dije incrédulo.

-Si, me los gané, eso inspiró nuestra aventura de negocios.

-¿Hmm?

-La zeta, o, erre, erre, o. -deletreó Jesse.- Solteros Organizados Re-Alcanzables. -tengo un idiota de amigo, joder, ni deletrar, ni crear palabras o siglas que cuerden puede, tranquilo Kellin, solo posiciona tu cigarro en los labios y aparenta estar sorprendido.- Es un paquete de una noche para hombres. ¿Sabes? Incluimos condones, artículos de aseo, cargador de celular, números de taxis, y todo por 19, 95. Hacemos informeciales.

-¿Crees que los hombres van a pagar con dinero de verdad? -hablé con dificultad por el cigarro entre mis labios, le dí mi café a Jesse y el sostuvo en lo que sacaba el encendedor y encendía mi cigarro.

-Hmm, está bien. Si, claro, se cínico. -una calada al cigarro y lo sostuve entre mis dedos, seguidos tomé de nuevo el vaso con mi café de las manos de Jesse.- Pero piénsalo, en algún momento dos personas tuvieron una conversación como esta sobre una bombilla; una ganó millones, la fama y la fortuna; y el otro está en la comida rápida, o algo así.

Jesse deja mucho que pensar, terminamos nuestros cafés y caminamos a la universidad. Saludamos a los pocos conocidos a lo largo del pasillo, entramos a nuestra aula y el profe entró detrás de nosotros, comenzó a pasar lista y hubo un nombre que me llamó la atención, Victor Fuentes fue nombrado por el profesor y su voz dulce se escuchó pero no pude distinguir al dueño de esa voz. El profesor comenzó a explicar el tema, algo aburrido honestamente, yo solo tomaba apuntes del pizarrón o de lo que escuchaba del profesor que creía importante. El tema del terrorismo en parte me impactaba, a la vez se me hacía interesante, pero la voz de aquel chico me tenía atrapado y había robado mi atención.

-¿No sería una cuestión moral más que una ética? -esa voz de nuevo, giré y lo ví hablando, cabello largo y castaño, piel morena, su nariz tenía una perforación, labios carnosos, cejas voluminosas, brazos ligeramente musculosos, delgado pero sensual, creo que era más sexy que el chico que dejé en mi cama.

-¿Por qué? -preguntó el profesor. "Porque el lo dice" dijo mi subconsciente.

-La moral define el carácter de una persona. -razonó Victor.

Recuérdame {Kellin Quinn & Vic Fuentes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora