Capítulo 5

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—¿Qué pasó? –Dan  giró en dirección a Jaekyung y ya estaban dentro del lugar donde lo habían llevado.

—No me van a estar jodiendo lo vida.

—¡No digas groserías! –dijo la pequeña regañando a Jaekyung.

—Tendrás que escucharlas de ahora en adelante.

De inmediato los gritos se hicieron presentes y los chicos del lugar ya habían salido. Bajaron de los carros y entraron al lugar junto con las mochilas, y, para la sorpresa de Dan, el carro no estaba estropeado como imaginaba. Al entrar y que los demás los vieran con un infante en los brazos del castaño, se sorprendieron al principio, pero después estuvieron de acuerdo con que se quedara porque era una niña que había quedado sola.
Ahora debían de llevar las cosas a la bodega, pero más que una responsabilidad, era porque Jaekyung estaba aún enojado por lo de la niña.
Junto con Yoongu organizaron todo lo que habían traído de afuera hasta que la estómago de la pequeña rugió y carcajearon por un momento.

—Ya casi es la hora de comer.

—Mientras, toma – dándole una barra de arroz inflado con dulce de leche a la pequeña.

—Gracias –sonriendo.

—De nada...

—Me llamo Minyoung.

—Yo soy Yoongu.

—Dan.

—Y yo soy Daehyun –apareció de la nada– vamos a comer, ya tienen todo listo.

—Vamos –tomó la mano de Minyoung.

Después de comer y haber jugado por un rato, empezaba a oscurecer y el último patrullaje estaba por empezar, y de nuevo hicieron grupos de cuatro, los mismos que los de la mañana, solo que ahora el peliverde quería ir.

—Si lo piensas, es lo mismo Jaekyung.
Solo que yo iré. ¿Por qué no se queda Papa?

—Él si nos ayuda. ¿Tú para qué vas a ir aparte de solo quejarte?

—No seas así, además, él no creo que nos ayude.

Vaya, Yoongu solo se tragaba las ganas de golpearlo y decirle que lo defendió de los zombies.

—¡Vayan ustedes cinco, y ya! Deben ir antes de que sea más tarde, esté más oscuro y hayan más zombies.

Jaekyung de mala gana rodó los ojos.
Salieron en dirección a dónde habían dejado los carros, después de haber tomado todo lo necesario para una emergencia.

Ahora que habían encontrado a una sobreviviente, era mejor cuidarse, porque si estaban caminado sin ninguna protección y solo con armas, era más posible que los atacaran por estar indefensos.
O eso pensaba Jaekyung, que tenía la mirada fija en el camino para encontrar dónde dejar el carro.

Daehyun y Yoongu conversaban mientras el peliverde se encargaba de hablar de cosas sumamente cuestionables. Dan sólo ignoraba los comentarios que hacía el chico, porque solo haría que la poca confianza que había se quebrantara.

Quieto, sentado, tranquilo y pensando en qué estarán haciendo Namwook y Minyoung, porque él se había ofrecido para cuidarla junto con su esposa.

Hasta que el carro se detuvo, todos bajaron de el, y la tensión ya se sentía entre ellos dos.
En lo único que pensaba ahora era en el brazalete. Pues el chico no lo llevaba ahora mismo.

Caminar por media hora, una completa o más; era un hábito para los demás, porque Dan ya se había cansando. Aparte le dolían las piernas por la persecución de la tarde. Con cada paso sentía como los músculos de sus muslos se apretaban y dolían cada vez peor.

Esto nadie lo notaba, pues estaba retrasado varios pasos atrás de los demás que estaban caminando lo más rápido para volver en el menor tiempo posible.
Hasta ahora nadie se quejaba de la caminata o el comentario reciente del peliverde.
"¿En serio es esto Seúl? No tuvieron mejor opción que desangrarse aquí y estar manchando de su asquerosa sangre mis tennis".

—¡¿Por qué no te callas de una maldita vez?!

Bueno, para este punto era normal que Jaekyung explotara hasta con la mala respiración de alguien. Pero ya se notaba que el pobre chico que había mirado mal ya le irritaba demasiado.

—¡No es mi culpa que me interese no verme como otros! –rodando los ojos.

—Hyung, ¿nos separamos otra vez?

—Váyanse por su puto camino, ustedes dos vendrán conmigo.

La mirada que le había dado a Dan fue diferente a la del peliverde, una mirada tranquila, pero al otro una como la que te daba tú mamá cuando hacías algo malo en algún lugar que no fuera tu casa y luego se te acercaba y te susurraba "vas a ver en la casa" o ni siquiera la disimulaba y te decía "tú y yo hablaremos en la casa, eh" y te avergonzaba porque no querias que se enteraran que tu mamá te iba a dar un chancletazo llegando a la casa como cena.
Pero al peliverde no le dió por más que hacer una mueca y seguir a Jaekyung. Este aprovechó a tomar al peliverde, quizás ahí mismo.

—¿A don...–prefirió dejarlos para no ser entrometido.

Continuando su camino solo, tomó tiempo para pensar y reflexionar ya que todo el día se la había pasado clasificando los alimentos por si alguien tenía una alergia a cualquier ingrediente y por estar al pendiente de la pequeña. Le daba igual antes sobrevivir después de dejar a su abuela, pero ahora tenía una responsabilidad, como si fuera un mini motor con voz y ternura.
Sabía que eso buscaba, de verdad que se sentía vacío, pero se lo seguía repitiendo. "La abuela está bien".
Siempre que lo atacaban sus pensamientos contratacaba con esa frase, ya que si la abuela se lo había pedido era por el bienestar de ambos.

Su abuela tan sabia, que si ella decía algo, tenía razón. Ella le había aconsejado en muchas cosas, y parte de sus palabras para reconfortar le habían quedado en su mente y alma.

Palabras que estaba seguro que jamás escucharía de alguien más, como: "No dejes que apaguen tu luz" o "debes dar lo que recibes". Cosas que siempre ayudaron a Dan a ser mejor persona, pero con los demás, porque él era malo consigo mismo. Obvio tenía su lado negativo donde pasaba el "quizás, tal vez, puede, no creo, si es que" entre otros.

Y los ruidos fueron aterrizando en sus oidos retumbando mientras los recordaba.
¿Eran acaso...?
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Listo, tomen su almuerzo ratas.
;)

Apocalypse Sex [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora