Capítulo 7

117 7 1
                                    

El ruido de afuera comenzaba a taladrar los oídos y a interrumpir el sueño de Dan.
El sueño se había esfumado y sus ojos abiertos algo somnolientos rogaban por seguir durmiendo unas horas más, pero se obligó a sí mismo a levantarse.
Y las palabras en voz alta se escucharon más claras.

—¡Dan hyung! –entrando de golpe a la habitación, lo cual hizo que Dan se sentara de un brinco.

—¡¿Qué pasa?! Ah, Yoongu me asustaste –sentado con el cabello revuelto, respirando normal otra vez.

—Jaekyung hyung está echando al chico de pelo verde.

—¿Qué? ¿Por qué hace eso?

—No lo sé, pero por lo que veo, es por como se comporta.

—¿Qué hora es? –acomodando su cabello.

—Son las nueve aún, desde las ocho están discutiendo.

—Mejor tenemos que estar listos antes de que venga Jaekyung y nos grite como siempre.

—Ah, sobre eso... Creo que también quieren sacar a Minyoung.

—¿Dónde está? –el miedo volvió.

—Está con la esposa de Namwook junto a sus hijos.

—Vamos por ella. No puedo dejar que la dejen afuera, y más con él.

—Kim Dan, sal ahora mismo.

Los dos temblaron al escuchar la voz de Jaekyung. Sonaba enojada y eso no era bueno. El ambiente comenzó a tornarse pesado y el sudor corrió por las sienes del castaño y del pelinegro.

—¡Sal maldita sea! Este loco me va a matar –entró y lo jaló de la chaqueta llevándolo al cuarto de Jaekyung.

Este lo lanzó dentro de la habitación casi a oscuras. Se burlaba pero tenía miedo, se veía en su mirada.

—¡Si no estuvieras tú, me quedaría aquí hasta que vinieran por nosotros, idiota!

Jaekyung apareció de la nada y sacó del cuarto al chico, quedando Dan en el piso y él mirándolo desde arriba.

Empezó a sudar frío y a respirar con complicaciones, haciendo que el único ruido que haya en esas cuatro paredes fuera el de su respiración y la de Jaekyung.

—Escuché que eres fisioterapeuta.

Le extendió la mano serio para ayudarlo a levantarse. Era extraña esa "amabilidad" porque a pesar de llevar unos días ahí sabía que Jaekyung nunca era amable con nadie.

Se levantó y sonrió agradecido, mientras Jaekyung lo miraba serio con una ceja alzada.

La puerta se abrió repentinamente e hizo que de nuevo diera un brinco del susto.

—¡Ya volvimos! Disculpen la tardanza, estaba haciendo un inventario de... Bueno, directo al grano. Papa me contó que eres fisioterapeuta, así que lo comenté con Jaekyung y Yosep. Jaekyung es boxeador, pero recientemente tuvo una lesión en el hombro –continuó sonriendo– y queremos que... Pues, seas su fisioterapeuta. Sabemos que es algo egoísta de nues–

—¿Para qué quiero un fisioterapeuta?

—¡¿Qué ya olvidaste que al último lo noqueaste por un error, idiota?! –hacia Jaekyung.

—Ah, ya lo recordé.

—Malcriado –se giró hacia Dan– Entonces, ¿Sí lo serás?

—Lo haré, no se preocupe, sería como un agradecimiento por dejar que me quede aquí –comentó entre comillas feliz.

Qué.

Ok, ahora sí estaba muerto.

¡¿Noqueado por un error?!

Entonces, si cometía un mínimo error... ¡¿Acabaría noqueado?!

El miedo recorrió todo su cuerpo, sintiéndose demasiado débil, sonrió nervioso.

—Por aquí, Doc –tomó a Dan por los hombros y lo encaminó a otra habitación– escucha, no tengas miedo de él. Si no haces nada que lo haga molestar, estarás bien. ¡Suerte Doc!

Rió miedoso.

Ahora sí, si lo hacía enfadar, no estaría bien..., y probablemente lo golpearía.

Con lo mucho que odiaba...

Que lo golpearan.

Sonrió algo felíz de que al fin pudiera aprovechar y poner todos sus conocimientos en algo.

—Bien, ahora, largo.

—Insolente, da las gracias primero.

Namwook y Yosep salieron de la habitación, mientras la tensión entre ellos se notaba tanto que creían que hasta la podían tocar.

Después de una inspección rápida del cuarto en donde estaban, Dan notó que las cosas que usaba para su trabajo estaban en un mueble junto a la cama donde seguro Jaekyung dormía.

Se acercó y tomó los envases con aceites y los olió, para saber si seguían sirviendo y si no para trabajar sin ellos. Por suerte aún servían y entonces su mirada se cruzó con la de Jaekyung, que lo miraba fijamente, observando cada movimiento, pero notando otra cosa; su trasero.

—¿Podría acostarse para que pueda empezar con la fisioterapia? –preguntó nervioso.

Y Jaekyung hizo lo que había pedido Dan, hasta ahí todo iba bien.

—¿Le duele alguna parte de su cuerpo en específico?

—Solo haz tu trabajo.

"¿Hacer mi trabajo? Este tipo si está loco", pensó, mientras asentía y empezaba a revisar su hombro.

Aunque estaba siendo algo incómodo el ambiente, seguía haciendo su trabajo.

Era increíble la suavidad y lo bien cuidada que estaba la piel del pelinegro. A pesar de que era boxeador, no tenía la piel como Dan se imaginaba.

Otra cosa que podía "alagar" a Jaekyung es que era ridículamente guapo.

¿Qué tan distraído estaba?

Ni idea, pero mientras más bajaba y tocaba la pierna izquierda de Jaekyung para hacer un estiramiento, aprieta algo.

Mierda.

¿Q-qué mierda? ¡¿Qué toqué?!

Apartó la mano bruscamente, temblando.

—Hey, ¿qué mierda haces tocando así?

—L-lo siento señor... Estaba tan concentrado que... Um... ¡Lo siento!

Exaltado se disculpaba una y otra, y otra y otra vez.

El mínimo movimiento del cuerpo de Jaekyung hizo que el castaño se pusiera en guardia.

—Lo siento... –susurró mientras las lágrimas salían de sus ojos.

—¿Qué m... Estás llorando? Solo apresúrate, y ten cuidado.

—Si señor...

El ceño fruncido de Jaekyung solo se relajó después de un rato.

Realmente se había esforzado, tanto en no cometer un error y hacerlo perfecto.

Tanto que estaba muy agotado.

—Eso es todo por hoy, gracias por su paciencia señor Joo.

Jaekyung se sentó y estiró sus brazos.

—Hm, nada mal.

—Bien, entonces, me voy –se giró para abrir la manija de la puerta y salir de ahí lo más rápido que podía.

Llorón.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Se me bugeó el teléfono plebes. Desde hace semanas ha estado fallando y tenía miedo de que no me dejara usarlo el error. Ya se que es el culpable de ese error, el frío.

Jaja, mi teléfono es la rodilla de mi abuelo. JAJAJAJAJA.

—Miis.

Apocalypse Sex [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora