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*Evora en multimedia.
~Evora Martin~

Si esperaba que todos mis ex compañeros me recibieran con temor, murmullos y miradas que indicaban desprecio, me había equivocado rotundamente porque lo que encontré fue totalmente distinto a lo que mi ansiosa mente había creado. Cuando recibí la invitación a esta reunión esta reacia a asistirjustamente por los hechos que se dieron enel baile de graduación de nuestra promoción, pero parecia ser que nadie aquí lo recordaba o le daba la importancia que pensaba. Cuando dejé mis preocupaciones de lado, me permití conversar con algunos de los que habían estudiado conmigo y me dio mucho gusto toparme con personas tan amigables que practicamente mis miedos se esfumaron en segundos.

La mayoría de personas con las que me había topado me contaban un poco de como era su vida, me alegraba ver que a la mayoría les estaba yendo bien; y, a pesar de que mis expectativas sobre la fiesta habían dejado de ser tan pesadas, me entristecía un poco no ver rastro de los gemelos Levesque, solo esperaba que mi presencia en la reunión no estuviera relacionada con su ausencia en la misma.

Los padres de Leahnor habían sido los patrocinadores de la fiesta del reencuentro, y no habían escatimado en gastos porque una vez que el brunch terminó dieron paso a la verdadera cena e inició la fiesta; los manteles en las mesas eran de color verde musgo, que contrastaban con la vajilla en tonos plateados, los candelabros que colgaban del techo del salón se veían divinos y los ventanales en las paredes le daban un toque romántico al lugar. Los demás invitados estaban tan perplejos como yo, creo que nadie esperaba ver esta clase de lujos en una fiesta de reencuentro de la secundaria, así que agradecí que Isana me hubiera obligado a usar un vestido azul marino parecido al que había usado en mi fiesta de graduación, al menos no desentonaba tanto con el sitio en donde nos encontrabamos. Los detalles de mi alrededor pasaron a segundo plano cuando, después de tomar asiento en una de las refinadas mesas, me volteé en busca del responsable del bullicio que se había formado en la puerta de entrada y fue ahí cuando los ví, ambos vestían un traje negro tallado a sus respectivos cuerpos que los hacía ver más apuestos de lo que ya eran, pero mi corazón se detuvo cuando una mirada se posó en mí, era él.

And now?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora