⁸ ¡ 𝐭𝐢𝐜 𝐭𝐚𝐜 , 𝐛𝐢𝐭𝐜𝐡 !

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EL ESCLARECER DEL DÍA continuó se abrió de paso en el cielo con una gracia impecable , atrapando de manera infraganti a la reciente  pareja de casados , quienes se encontraban con sus cuerpos entrelazados de tal manera que formaban un perfecto bordado . Unidos en un afectuoso abrazo , el cual les brindaba una reconfortante sensación de calidez a la par de la agradable sensación del suave roce de las sábanas de seda a sus pieles .
Por primera vez en mucho tiempo , el italiano había gozado de una buena noche de sueño , no supo indagar si aquella agradable realización se trato de lo agotado que terminó después de tan abrumadora pasión o quizás la respuesta encontraba una naturaleza más simple y la cual era que la precensia de Merle después de varios meses desaparecido , llenaba su alma de una armoniosa paz .

La mano áspera del varón mayor recorriendo su mejilla con dulzura fue lo que lo terminó despertando , abrió poco a poco los ojos acostumbrándose a la luz brillante del día y estiró sus brazos lo más que pudo mientras bostezaba , una vez acostumbrado al entorno apoyo su barbilla en el pecho de Merle .

—Buenos días , señor Dixon— comentó divertido el italiano mientras trazaba círculos imaginarios con la punta sus dedos en el torso de su amante .

—Para usted también , señor Dixon— correspondió Merle mientras libraba el rostro de su esposo de todo rizo rebelde que se interpusiera en el —¿Es de extrema urgencia que nos levantemos ahora? , piénsalo podríamos pasar todo el día así— sugirió juguetón .

—Suena tentador , pero aún así tenemos que hacerlo  , vamos arriba cariño— aliento mientras se ponía sus boxers para así levantarse del suelo , dicha tarea que le resultó algo complicada ya que sus piernas flaqueaban ligeramente .

—Que vista más agradable la que tengo desde aquí— comento divertido mientras cruzaba sus brazos tras su cabeza y miraba a su esposo con una sonrisa , Alessandro burlon le lanzo sus pantalones al rostro .

Una vez ambos estuvieron listos , abandonaron la torre de vigilancia y se reunieron con el resto del grupo que para suerte de ambos , nadie les cuestionó el hecho que casualmente ambos estuvieron fuera toda la noche juntos , mucho menos el por qué usaban sortijas a juego . Alessandro se unió a ellos y comenzó a recargar las armas con municiones mientras que su esposo se quedaba cerca apoyado en la jaula de la armería observándolo en silencio .

—Carol , ven aquí— la llamó el coreano para entregarle una caja con munición —Lleva esto al muelle de carga— ordenó para luego imitar la misma acción con Beth , solo que a esta la ordeno ir a la pasarela —Si alguien se queda atrapado , necesitamos tener municiones de más , yo iré a la jaula .

—Lo que deberíamos hacer , es llenar un camión con parte de estás armas e ir a visitar al gobernador , sabemos donde está ahora mismo— sugirió el único Dixon presente .

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