CAPITULO II

6 3 0
                                    

Reflejos Del Ayer.


Todos tenemos miedo de nuestros sueños mas perturbadores, algunos no logran recordar, otros los mantienen en mente sin poder olvidar. Llegan a traumar hasta tal punto que no puedes volver a dormir.

Quedarse despierto y ver como los rayos de sol empiezan a iluminar la habitación. Una pesadilla para quien no quiere seguir.

Llega la hora del almuerzo, Nifty, el nuevo elfo de la casa aparece deslumbrando una sonrisa de oreja a oreja. Me levanto tranquilamente y me dirijo a cambiarme con la ropa perfectamente doblada en la esquina de la cama que preparo para mí.

Sigo el camino por el pasillo dando vuelta hasta las escaleras que dirigen al comedor. Observo alrededor y tomo asiento, me vendría bien desayunar pan hurtado de mantequilla. Mis padres solo esperaban mi llegada para poder comer a gusto, solo hay silencio y el sonido de los cubiertos al fondo, sería agradable escuchar música clásica durante este tiempo.

— Draco, hijo. Quería hablar contigo ayer por la mañana, ¿puedo saber el por qué no te presentaste? — habló mi padre calmadamente.

— Solamente salí a tomar un paseo — respondo sin mirarlo.

— ¿Todo el día?, no te presentaste ni siquiera en la cena, tenía previsto invitar a la familia Parkinson ahora, el echo que a tus veinticinco años no tengas un compromiso anunciado, no es más que algo desfavorable.

— Padre, no creo que sea el momento para considerar casarme con alguien ahora.

— Bien, el compromiso todavía puede esperar. El tema principal para hablar contigo es un trabajo estable en el ministerio, es tiempo que cambies el rumbo en tu vida, llegará un momento que no podré estar ahí para guiarte y nos preocupa que sigas estando como hace cinco años. No puedes decir que no, hoy tienes una reunión programada para presentarte en el ministerio de magia — concluye mirándome con súplica, no puedo negarme.

—  Iré, pero no prometo que me quedaré a trabajar por un largo tiempo. Solo te hago caso por qué este año no tengo planes para irme de viaje.

— Confiamos en ti cariño — esta vez habla mi madre.

Solo la observo un momento y vuelvo a comer mi desayunó pensativo, quiero verlos felices pero no es lo que yo haría para ser feliz.

Suspiro cansado, con el único propósito por el que voy, es para hacer acto de presencia y no dejar mal a mi padre. Tomó mi sacó y me dirijo a la chimenea. Creo que debí de tomar un café. Salgo sin tropezarme, años de viaje por flu me han ayudado a eso. Las paredes verdes del ministerio me reciben mientras me limpio el hollín de la chimenea. Hay muchos magos en el camino, voy distraído y acabo de tropezar con alguien, definitivamente sí debí de tomar un café antes de venir.

— Discúlpame, estaba distraída, no veía por donde caminaba. Merlín, lo siento mucho.

— No te preocupes, disculpa, también caminaba distraído — termino levantándome, la observo un momento para poder reconocerla — Señorita Greengrass, que inoportuno encontrarla en estas circunstancias, mis disculpas.

— La disculpa es mía señor Malfoy, es inoportuno pero ¿Qué lo trae al ministerio? Según tengo entendido, estuvo fuera por un largo tiempo.

— Palabras de mi padre solamente, programó una reunión — la observo atentamente, ya no es la misma niña tímida que recuerdo en aquel entonces — ¿Como está su hermana Daphne? Éramos del mismo año cuando estudiábamos.

— Ella se encuentra bien, perfectamente. Ahora trabaja en la corrección del periódico El Profeta.

— ¿Y  usted?

El Arte De SanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora