CAPITULO VII

2 1 0
                                    


Sombras del Alma.


Harry Pov.

La vida siempre te sorprende, cada minuto del día, cada paso al caminar, son detalles pequeños sobre los que no tenemos control. Sentir un vacío dentro de mí, tener una carga sobre mis hombros, todo lo dicho, visto y hecho parece que fueron por nada. Muestro una sonrisa, pero no siento nada, solo una soledad como una noche mirando el azul reflejado en el mar.

Recuerdo mis días escolares perfectamente. En un principio todo fue mágico y lleno de felicidad pero después vino el dolor, la guerra, las muertes. El sufrimiento que pasé, las pérdidas de las personas que tenían que seguir en esta vida, a diferencia de mí. Creí que era mi momento de morir, pero el destino tuvo otros planes y fue muy grosero de su parte.

La guerra terminó cuando tenía diecisiete años, y en lugar de hallar paz, encontré una nueva batalla dentro de mí.

A veces, me despierto en la madrugada con una sensación de pesadez en el pecho, una angustia que no puedo explicar. Me levanto y camino por la casa en silencio, mirando los recuerdos en las paredes, fotos de momentos felices que parecen tan lejanos ahora. Me siento atrapado en un ciclo sin fin lleno de nostalgia y melancolía.

He intentado encontrar alivio en tantas cosas. Viajé por el mundo, buscando respuestas que siempre parecían eludirme. Desde los veintiún años, he visto paisajes maravillosos y lugares que desconocía perfectamente, pero cada nueva experiencia solo parecía subrayar lo que estaba mal dentro de mí. Una sombra que nunca se alejaba, una oscuridad que se colaba en cada rayo de luz.

Y entonces, apareció Draco. Una persona que me desagradaba, la persona que me hizo la vida imposible cuando éramos niños, a mi y a mis amigos. Nunca pensé volver a ver, no después de la guerra, pero aquí esta, convertido en amigo, en algo más. Sus ojos, su risa, la manera en que me mira como si fuera la única persona que importa. Me aferré a esa luz en mi oscuridad. Sus palabras, sus gestos, todo en él era un ancla en un mar tormentoso. Pero a veces, incluso su presencia no es suficiente para ahuyentar los demonios que llevo dentro.

Recuerdo nuestras conversaciones bajo el cielo nublado, su voz calmante, sus palabras llenas de una calidez. En sus brazos, por un instante, olvidaba el reloj que marcaba el tiempo de mi vida. Cada beso, cada caricia, era un recordatorio de que, a pesar de todo, aún podía sentir, aún podía amar.

Hay días en los que me siento un impostor en mi propia vida, como si cada sonrisa que muestro fuera una mentira, aunque si lo es. La gente me ve y piensa que lo tengo todo, que soy fuerte, que soy un sobreviviente. Pero no saben de las noches en vela, de las lágrimas que no puedo dejar caer, del miedo constante a un futuro que se desmorona ante mis ojos.

La ironía de mi situación es extraña. El "niño que vivió", enfrentando una lucha interna que parece no tener fin. Pero quizás, es en estos momentos finales, en estos días compartidos con Draco, es donde puedo encontrar el verdadero sentido de mi existencia.

La vida siempre te sorprende, y aunque no siempre de la manera que deseas, hay belleza incluso en los momentos más oscuros.

He aprendido a apreciar esos pequeños detalles, a encontrar consuelo en una sonrisa, en un abrazo. Y aunque el final se acerca, no siento miedo. Solo una paz silenciosa, sabiendo que he amado y he sido amado. Que, en este mar de incertidumbre, he encontrado una luz en Draco.

El dolor es constante, una presencia que nunca desaparece del todo. A veces, me siento como si estuviera caminando sobre un hilo delgado, cada paso una lucha para mantener el equilibrio.

Grito, lloro y espero que alguien me escuche. Miro a Draco, y encuentro la fuerza para seguir adelante, para enfrentar cada día con una alegría genuina.

La vida siempre te sorprende, y aunque a veces parece cruel y despiadada, también nos da momentos de verdadera belleza y amor. Momentos que atesoro, que me mantienen en pie. Y mientras tenga a Draco a mi lado, sé que puedo enfrentar cualquier cosa, incluso lo que parece inevitable.

Mantener toda tu confianza en una sola persona y saber que nunca te traicionara, es maravilloso. Mi querida Ginebra. Aún recuerdo la conversación que tuve tan profundamente con ella.

— ¿Eres feliz? — preguntó Ginny en ese momento.

— ¿A qué viene esa pregunta?, lo soy — respondo confundido, observándola atentamente.

— Harry, sabes que puedes contar conmigo siempre — dice dulcemente.

Dudo en hablar, en contárselo, pero el anhelo de decirlo en voz alta es más fuerte. Sale casi sin pensarlo pero no por eso e mentira.
— Me estoy enamorando de Draco Malfoy — suelto al instante esperando una reacción de su parte. Mi corazón está palpitando rápidamente.

— ¿Malfoy? ¿Y eso cuando pasó? — pregunta lentamente.

— Iniciando Octubre — respondo haciéndome bola en mi sitio.

— ¿Y estas seguro de eso?

La observo fijamente, transmitiendo mis sentimientos.

— Nunca había estado más seguro en algo en toda mi vida.

— Entonces no tengo nada mas que decir, Harry. ¿Que esperas para expresar tus sentimientos?, ¡ve por él! — muestra una sonrisa.

— Ginny, ¡eres grandiosa! No lo olvides — digo felizmente para abrazarla al instante.

Ese detalle fue un lindo momento guardado en mi memoria.



▪︎



Para ti, plenamente.

Como si fuera un frío invierno buscando tu calor, percibo tu aroma, siento tu tacto, como tus brazos van lentamente hasta pasarlos en mí. Mis recuerdos contigo vienen a mi mente y un sentimiento llena mi interior. Sentir tus labios con los míos me estremece. Cada beso es una llama ardiente en mi corazón.

Quiero ser tuyo, quiero estar siempre a tu lado. La luna nos bendice con su luz, testigo de nuestros besos y promesas . Ya no me ahogo en mis lágrimas porque tú me salvaste como yo te salvé a ti. Eres mi luz en la oscuridad.

Quédate a mi lado por el resto de mis días, todo lo que me queda. Pronto seré una estrella, y te miraré en cada momento. Cuando mires al cielo nocturno, busca la estrella que brille más intensamente, y ahí estaré.

No se puede evitar, pero no podría contarte. No puedo perderte antes. El peso de esta verdad es algo que llevo en silencio, no porque no confíe en ti, sino porque quiero protegerte de este dolor. Quiero que nuestros días juntos estén llenos de alegría, no de sombras.

Disfrutemos nuestros momentos juntos. Miremos ese atardecer esperando a la orilla del mar. Dejemos que el sonido de las olas nos envuelva, que el viento acaricie nuestras pieles y que el sol nos regale sus últimos rayos. Cada día contigo es un tesoro, cada instante una bendición que atesoro en lo más profundo de mi corazón.

Quiero que sepas que, aunque el tiempo pueda ser corto, mi amor por ti es eterno. Mi alma siempre estará contigo, más allá del tiempo y el espacio. En cada sonrisa, en cada lágrima, en cada rayo de sol, ahí estaré. Y cuando el invierno se vuelva más frío y la noche más oscura, recuerda que siempre tendrás mi calor, mi luz, mi amor.

Tuyo siempre,

Harry.

El Arte De SanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora