Butterfly Land |Mini Cuentos|✔

Butterfly land

Hoy era un día como cualquier otro, el sol brillaba en lo alto del cielo y el aire fresco de la mañana me acariciaba el rostro. Me desperté con una sensación extraña en el pecho, como si algo estuviera a punto de suceder. Me levanté de la cama y me dirigí al balcón para contemplar el paisaje que se extendía ante mis ojos.

Mientras observaba el horizonte, una idea invadió mi mente de repente: ¿qué pasaría si hoy no despierto? ¿Qué ocurriría con todo lo que he dejado atrás y con todas las personas que amo? Un escalofrío recorrió mi espina dorsal al pensar en la posibilidad de no estar presente en este mundo.

Recordé todas las cosas que he hecho a lo largo de mi vida, las decisiones que he tomado y las personas a las que he amado. Quizás no me arrepiento de algunas de mis acciones, de las personas en las que me he convertido o de las metas que he alcanzado. Pero, ¿qué sucedería con todo eso si un día no estoy aquí?

Las lágrimas comenzaron a empañar mis ojos mientras me sumergía en un mar de pensamientos y emociones. ¿Qué dejaré en esta vida si no despierto mañana? ¿Qué legado quedaría de mí para aquellos que me han conocido y amado?

Sin embargo, una voz suave resonó en mi mente, reconfortándome y dándome consuelo. "No llores, si un día no despiertas, piensa que solo te has ido y has vuelto en una forma que los demás no pueden ver", susurró la voz misteriosa.

Me sentí reconfortado al escuchar esas palabras, como si un peso se hubiera levantado de mis hombros. Sabía que, aunque físicamente ya no estuviera presente, mi espíritu seguiría viviendo en el corazón de aquellos que me amaban.

Decidí dar un paseo por el parque cercano para despejar mi mente y reflexionar sobre todo lo que me estaba sucediendo. Mientras caminaba entre los árboles y las flores, una sensación de paz y tranquilidad me invadió, como si el universo entero estuviera conspirando a mi favor.

De repente, una sombra oscura se abalanzó sobre mí, haciéndome retroceder de sorpresa. Miré a mi alrededor, pero no había nadie a mi alrededor. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo mientras una sensación de terror se apoderaba de mí.

La voz misteriosa volvió a resonar en mi mente, esta vez con un tono más sombrío. "Si un día no despiertas, no temas, estaré allí en los momentos de alegría y de tristeza, observando en silencio desde las sombras", susurró la voz con un toque de malicia.

Mis pasos se hicieron más rápidos mientras trataba de escapar de aquella presencia invisible que parecía perseguirme. El miedo se apoderaba de mí, pero una sensación de determinación comenzó a crecer en mi interior.

Decidí enfrentar mis miedos y desafiar a aquella presencia desconocida que me acechaba. Con cada paso que daba, sentía que mi espíritu se fortalecía y mi coraje se elevaba hasta alcanzar cotas insospechadas.

Finalmente, llegué a un claro en el bosque y me detuve para recuperar el aliento. La presencia oscura pareció disiparse por un momento, y una sensación de calma y serenidad me envolvió.

"¿Te acuerdas de esas largas siestas que solías tomar por las tardes?", escuché una voz familiar que resonaba en el aire. "No temas, si un día no despiertas, solo has caído en un sueño profundo del que te despertarás cuando sea el momento adecuado", susurró la voz con cariño.

Una sensación de paz y tranquilidad me invadió, como si todas mis preocupaciones y miedos se hubieran desvanecido en el aire. Me sentí reconfortado al saber que, pase lo que pase, siempre habría alguien cuidando de mí desde las sombras.

Decidí regresar a casa con una sensación de gratitud y amor en mi corazón. Sabía que, aunque el futuro era incierto y el destino era impredecible, siempre habría alguien velando por mí desde algún lugar desconocido.

Así que, si un día no despierto, no llores por mí. Piensa que simplemente he cambiado de forma y estoy esperando en algún lugar cercano a tu corazón, listo para acompañarte en cada paso de tu camino. Siempre estaré allí, en el aroma de una taza de café por las mañanas, en el frío de la lluvia o en las noches iluminadas por velas. Siempre estaré presente, velando por ti desde las sombras, hasta el día en que nos volvamos a encontrar.