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Para evitar que escapara me encerraron en una habitación custodiada por varios guardias y entre ellos miembros de la marina que pertenecían a un escuadrón diferente al mio...

Para ellos yo era "Santa (__)" pero que me llamaran así solo me estresaba de sobremanera; sin mencionar que para no escapar ni usar ninguno de mis poderes me pusieron grilletes hechos con prisma marítimo.

- Santa (__) vengo a traerle la comida- se escucho desde afuera

- adelante- dije. La puerta se abrió dejando ver a una mujer que empujaba un carrito, mi coraje aumento cuando note que en su cuello tenía unas especie de grilletes que al parecer explotaban cuando intentaba quitárselos

- aquí esta su comida- dijo haciendo una reverencia

- gracias- dije con amabilidad ¿como era posible que exista gente tan desalmada como esos dragones celestiales?... Los odiaba, aunque claro eso era poco con lo que verdaderamente sentía.

Mire todos esos platillos, se veían deliciosos pero nada me apetecía; solo quería salir de aquí...

Pasados dos días, el día de mi nombramiento oficial había llegado; como era de esperarse nadie me dejó hacer nada por mi cuenta, todo lo hacían por mi.

Finalmente me quitaron los grilletes pero fueron reemplazados por una especie de pulseras que de igual forma estaba hechas de prisma marítimos y las cuales eran difíciles de quitar, la única diferencia es que estaba adornadas con piedras preciosas aparentando ser solo pulseras simples.

- si yo no quiero ser una dragón celestial ¿por que estoy haciendo esto?- pregunte

- por qué es su deber... No se preocupe se acostumbrara- dijo una de las mujeres

- ¡Tienen prohibido hablar con la noble!- regaño uno de los guardias

- mil disculpas no volverá a pasar-

- fui yo quien le hablo- dije

- los esclavos tienen prohibido dirigirles la palabra a los dragones celestiales- volvió a decir

- yo aun no soy un dragón celestial- corregí. Tenía encima miles de capas de tela, una tela cubriendo mi boca y mi nariz y encima una especie de domo la cual estaba conectada a un tanque de oxígeno - ¿es necesario todo esto?- pregunte.

Aquella mujer asintió mientras termianba de acomodarme. Al salir de la habitación fui escoltada por varios de los guardias; caminamos abriéndonos paso por la multitud hasta llegar con el que decía ser mi padre...

- ¿por que esa cara?- pregunto confundido al ver mi rostro tenso y formando una mueca de desagrado

- preferiría estar muerta antes que ser nombrada dragón celestial- dije... Aunque al parecer no le dio mucha importancia pues solo me ignoro y se dirigió al público que estaba frente a nosotros.

- quiero que le den la bienvenida a mi hija a partir de hoy ella también es una dragón celestial- menciono.

Todos gritaban y celebraban; y oficialmente ya era un dragón celestial lo cual hacía que comenzará a odiarme a mi misma... Pero entonces recordé algo que me habia dicho Koby en algún momento..

"Ni tu presente, ni tu pasado... Nada define quien eres y quien quieres ser"

Si bien odiaba la sola idea de ser un dragón celestial sabía que nada de eso me definía... Pero no tenia claro ¿que significado tenia ser un dragón celestial?

Aun así debía escapar y salvar a Koby... pero ¿Como?.

Y de pronto una idea llegó a mi mente, camine por los pasillos de la vivienda hasta llegar hasta donde estaba el dragón celestial - ¿necesitas algo?- pregunto al verme

Para siempre- Koby y tú ( One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora