REGRESA A MI [OBITO UCHIHA X OC]

Capítulo 18.

—Creo que volveremos mañana— Le dijo Óbito mientras le acomodaba un mechón de su cabello, Yuri simplemente asintió.

Después de salir del hospital Óbito no quiso dejarla sola, algo en el corazón del Uchiha le decía que no debía separar de ella. No podía evitar obsérvala y sentir que había algo en ella, estaba actuando extraño, pero no quería creer que era rechazo lo que veía en el rostro de ella.

Se convenció de que estaba cansada por la misión y triste por cómo resultó. 

—Yuri— Susurró el Uchiha, la pelinegra ahora lo miraba —Tu... me amas ¿cierto?— 

La voz de Obito era de necesidad, necesidad de sentir que Yuri era suya, que no lo dejaría y nunca la perdería, la jovencita trago con dificultad y le dio una sonrisa, aunque está no fuera real intentó su mejor esfuerzo.

Sentía tanto rechazo hacia Óbito. Se sentía traicionada y estúpida por haber caído en ese hombre que solo le causó daño.

—Si Óbito, te amo— Le dijo en voz baja, tenía que convencerlo. Después de todo el que el Uchiha estuviera fuera, era una oportunidad para ella de desaparecer.

—Pase lo que pase, no me vas a dejar, ¿Verdad?— Pregunto Óbito con temor.

La chica evitaba su mirada, porque aunque el odio hacia sus acciones para con ella fuera grande, aún no podía olvidar todo lo que sentía por él. Se había entregado a él, fue mucho el tiempo en el que vivió para sentir que él correspondía su amor.

—Estaré contigo siempre— Le aseguró con un dolor en su pecho.

Tal vez en otra vida, tal vez en otro momento, sus destinos si estaban hechos para seguir juntos.

Óbito sentía algo en su pecho, con un nudo en su garganta la atrajo hasta su cuerpo y la abrazó. Yuri sentía como su cuerpo se tensaba, su confianza en Óbito estaba rota, ella misma sufrió las consecuencias de lo que Óbito era capaz de hacerle a una persona, aún así se obligó a cerrar sus ojos y corresponder ese abrazo para despedirse.

Y poder cerrar ese capítulo oscuro en su vida.

...

Yuri no quería irse, amaba Konoha, tenía una mejor amiga ahí, pero ahora no era capaz de ver a ninguno de ellos a los ojos, volvería a su hogar, donde nunca debía salir. Cerró su bolso y dio una última mirada a lo que fue su hogar en el último tiempo, un par de lágrimas salieron.

Su vida había cambiado, las situaciones que vivió la volvieron una persona madura, había aprendido mucho sobre la vida y sobre las personas, no tenía que haber dado su corazón tan pronto, y tenía que haber dado un paso atrás cuando la persona a la que amaba no la amaba a ella.

Salir de Konoha no fue simple, pero cuando llego al bosque respiro con algo de alivio, de aquí en adelante ya nadie podría rastrearla.

—¿Esto es lo que quieres?— Aquella voz la hizo saltar y sentir su corazón acelerado.

Obito apareció frente a ella con su técnica ocular, de inmediato miró hacia abajo sabiendo que él podría manipularla con su poder.

—¿Como te diste cuenta?—

—Lo sentía, Yuri, puedes verme no te haré daño— La voz de Obito era tranquila, pero ella notaba tristeza en su voz.

—!¿No me harás daño!?, ya lo has hecho, aún así tienes el descaro de venir a mi decirme eso— Le dijo enfadada y sacando su kunai de la cinta en su pierna, aún sin verlo.

Óbito supo que estaba en lo correcto al sospechar que ella había recordado todo, apretó sus labios y sintió dolor, la estaba perdiendo.

—Nada de lo que diga va a cambiar mis errores, pero estoy arrepentido, no hay día en el que me arrepienta de lo que te hice— 

—Si te arrepientes déjame ir— 

Obito la observó con lágrimas en sus ojos, ella temblaba y lágrimas se deslizaban por sus mejillas, dio un paso hacia ella pero está se colocó a la defensa apretando más el kunai en su mano.

—No puedo vivir sin ti Yuri, no me dejes, por favor— Su voz temblorosa rogaba por aquella chica.

—Si puedes, ya lo intentaste una vez— 

—Se que no lo merezco, pero danos una oportunidad—

—Ni siquiera sabes cuanto te odio en este momento, y me pides que regrese contigo como si no me hubieras intentado asesinar, y ademas hubieras asesinado a mi bebé— Pronunció con voz ahogada sintiendo como estaba apunto de soltar el llanto.

—No lo sabía— Susurró Obito en voz baja.

—Era mi hijo... sería mi única familia— 

Óbito observó cómo la chica bajó la guardia y se acercó a ella rápido quitándole el Kunai y tirándolo lejos, ella luchó pero Obito fue más fuerte y la apresó en sus brazos.

Yuki no soporto más y cayó de rodillas llorando, el Uchiha no la soltaba, también lloraba mientras que la sostenía en brazos.

La había destruido, a la chica que lo salvó.

—Perdoname— Pedía entre sollozos Óbito, Yuri lo golpeaba pero no con su total fuerza, estaba débil y su llanto solo la hacía temblar.

—Te amaba, como pudiste... como fuiste capaz de intentar matarme— Sollozaba Yuri sin poder controlar el dolor en su voz.

Obito cerró sus ojos sintiendo el mismo dolor. El se arrepentía tanto día con día, incluso tenía pesadillas de aquel día:

—No sé cómo paso todo, el dolor que sentía me cegó— 

—Te odio— Sollozo Yuri.

El dolor en Óbito le hacía doler sus ojos, todo aquello se sentía como una pesadilla.

—Lo sé, y me lo merezco— Susurro Obito sintiendo como ella temblorosa continuaba llorando —Pero por favor no me dejes— 

—No es suficiente Óbito, no es suficiente el amor que me dices tener para seguir juntos, yo no puedo seguir aquí y verte— 

Yuri se deshizo del agarre de Obito y este no peleó, la miraba desde el suelo con lágrimas en sus ojos, porque sabía que la había perdido.

—Si realmente me amas... déjame ir— 

Las palabras fueron puñaladas en su corazón, porque Óbito no imaginaba una vida sin ella.

—No se como viviré sin ti—

—Vas a aprender, así como lo haré yo— 

Óbito observó cómo la jovencita que estuvo con él todos esos años se giró dándole la espalda, apretó sus manos y llevó su mano a su pecho sintiendo que algo moría ahí dentro, intentó levantarse pero sus rodillas fallaron y no luchó más.

Porque él sabía que lo que había hecho no tenía perdón, y ella merecía estar en paz.

Al menos por un tiempo le daría su espacio, pero Obito no permitirá perder tan fácil a el amor de su vida.

Yuri no se sentía mejor que Óbito, para su sorpresa le dolía  igual o peor, aún así después de todo no era tan fácil dejar la idea que un día tuvo, siempre se imaginó al lado de óbito, tener su familia con él, compartir cada etapa de su vida con el.

Pero suficiente daño había sufrido, no se podía permitir a si misma a seguir sufriendo, incluso se llegó a preguntar si era posible seguir viviendo con aquel dolor y vacío tan grande que sentía.

Ahora tendría que acostumbrarse a vivir sin Obito, aun que su corazón le pidiera girarse y volver, la razón le decía que debía seguir su camino.

...