Imperfectos [Omegaverse - ChanLix]

Capítulo 11

«Aunque es un síndrome poco frecuente, suele verse mayoritariamente en omegas masculinos. Si bien continuaremos haciendo estudios, uno de los síntomas más frecuentes es la esterilidad...»

Felix no recordaba bien las palabras del médico, era un adolescente, estaba fastidiado con su madre por llevarlo continuamente a diferentes profesionales que lo evaluaban de diferentes formas, le sacaban sangre o le ponían aparatos extraños sobre el vientre. Llegó a pensar que su madre creía que estaba embarazado, se enfadó por eso, pues esos estudios se veían como los que aparecían en las películas cuando hay un personaje esperando un bebe.

Estaba sentado en una silla alejado del escritorio del médico, su madre prestaba atención por él, si hay algo importante ella se lo va a decir después, a lo sumo tendrá que tomar algún medicamento por unos días, ahora solo le importaba conseguir puntos en el juego de su teléfono, era lo mejor que tenía para matar el tiempo.

Hasta que escucho un sonido que lo alerto, levanto la vista para prestar atención a su madre y la vio sollozando. Ella lo miró también, pues se había dado cuenta que ese sollozo alertaría a su hijo e intentó que no se notase su angustia.

Pero Felix ahora estaba preocupado, ¿Qué eran todos esos estudios que le hicieron? ¿Qué quieren descubrir de su cuerpo? ¿Hay algo malo con él? ¿Se va a morir?

Nadie le dijo nada en ese momento, el médico le dio a su madre nuevos papeles para nuevos estudios. Aunque había intentado prestar atención no pudo entender las palabras que utilizaban, ¿hormonas? ¿malformación? Deseaba haber prestado atención desde el inicio, tal vez así no se sentiría tan confundido.

Fue en el auto que su madre le explicó todo, un síndrome que afectaba su órgano reproductor, una malformación desde su nacimiento que le afecta principalmente en su capacidad para tener hijos, de forma natural no podrá quedar embarazado, y si llegase a emplear algún método artificial, no podrá llevar el embarazo hasta el final.

Los nuevos estudios eran solo para saber si las hormonas de su cuerpo afectarían en su crecimiento, pero sobre lo anterior no había nada para hacer.

Felix estaba confundido por como debía sentirse, estaba bien, no se iba a morir. No podrá tener hijos pero eso no es malo, nunca antes había pensado si quería o no tenerlos. Pero entonces ¿Por qué su madre estaba tan triste?

A partir de ese día Felix se convencía de que todo iba a estar bien, que su madre estaba exagerando, es demasiado pronto para pensar en hijos. Pero no podía evitar mirar algo que nunca antes había notado.

Cada vez que se cruzaba con un niño en la calle lo observaba, miraba a los niños pequeños jugando en los parques y a sus madres ayudándoles a escalar, miraba la sorpresa de algunos cuando descubren un insecto y corrían a mostrárselo a alguien, el rostro de descubrir algo nuevo como un bebe que ve una mariposa por primera vez, los burbujeros que hacían que todos saltaran y la forma tan graciosa con la que le pedían a sus padres helado de chocolate.

Nunca antes los había mirado, nunca antes los había notado, nunca antes les prestó la suficiente atención como para descubrir esos pequeños detalles de su pequeño mundo. Esa tierna felicidad de un pequeño que descubre día a día cosas nuevas, por más insignificante que sea, la preocupación que genera su llanto y la risa de sus balbuceos.

Y un día creyó descubrir porque su madre estaba tan triste, él nunca sería capaz de experimentar esa felicidad, la misma que ella sintió por él cuando nació, ese amor de madre por tener en tus brazos a un ser tan pequeño, tan frágil, tan perfecto.

La confusión aún existía en su mente, quería hablarlo con alguien, saber otros puntos de vista, pero no de adultos, quería a alguien de su misma edad. Es por eso que le contó todo a su mejor amigo un día que estaban en su casa haciendo tarea, creyó que fue comprendido, creyó que lo habían escuchado. Pero a partir de ese día su preocupación pasó a ser otra.