ʙᴏᴛᴛᴏᴍ! ᴀʟᴀꜱᴛᴏʀ ᴡᴇᴇᴋ!

Día 3. Chastity

Ship: AngelicRadio

⚠ Fem! Alastor (Alice), human AU ⚠

No me aguanté, esq me encantó el resultado del día 🥴

Disfruten!

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En el pequeño Pueblo Pentagrama era extremadamente normal ver a hombres y mujeres ir al convento para dedicarse a servirle al Señor, todos siendo instruidos por el pastor de la iglesia, aquel hombre de cabellos castaños oscuros, iris de un amarillo profundo, casi tirando a dorado, tez blanquecina, de muy notable estatura, y complexión robusta, pero tonificada; Adam tenía 36 años, pero llevaba 18 años dedicando su vida a la religión, así como a cada uno de los habitantes de su adorado pueblito.

Se le conocía por ser amable sin excepción alguna, también exigente, y no dudaba en tomar medidas contra toda blasfemia que llegara a pasar por sus narices.

O al menos eso era antes... Unos meses atrás llegó a la puerta de su iglesia una joven francesa de 23 años, con cabellos pelirrojos cobrizos, preciosos iris almendrados, una tez morena que de lejos se notaba suave, y de complexión tanto delgada como curvilínea; pidió alojo a cambio de lo que fuera, se notaba realmente desesperada, y Adam le tuvo inmediata compasión.

Acordaron que Alice (o al menos así fue como se presentó) entraría a estudiar en el convento, vestiría de monja, y practicaría la palabra del Señor para purificar los pecados que había cometido anteriormente.

Así lo hizo, pasó los siguientes 8 meses haciendo todo lo que Adam le pedía, también ayudaba en el orfanato, se ofrecía de voluntaria para ayudar a la comunidad, y muchas cosas más; ambos llegaron a formar una pequeña amistad que a los ojos de algunos se ve inocente, pero las malas lenguas lo ven de una forma indebida.

Tan alejados de la realidad no estaban esos metiches...

Adam por primera vez en muchos años de castidad, la pureza de su alma y pensamientos se desvanecían, quedando siempre en el olvido cuando se trataba de la joven francesa; en las noches se encontraban camino a la cocina para beber agua, y la pelirroja cobriza no vestía la pijama que a las monjas se les otorga.

No, claro que no, Alice salía siempre con un camison de tiras blanco, casi transparente, apenas llegaba por debajo de sus muslos morenos, sin mencionar que es lo suficiente ajustado para hacer qué sus bonitos pechos resalten, sus pezones duros debido al roce constante atraviesen la tela, y su vientre plano se marque, creando juego con los delicados pliegues que se forman en la prenda.

Otro detalle que Adam trataba de ignorar por sobre todas las cosas eran las prominentes caderas ensanchadas, y el trasero bien formado de Alice; todo el tiempo le pedía que dejara de utilizar ese tipo de ropa porque podía ocasionar malentendidos y provocar al resto de monjes.
Ella solo se excusaba con que no era su intención hacerlo, simplemente era porque en su país el frío es mucho mayor que ahí, y que la pijama que le dan es muy calurosa, que no la soportaba, y por ello usaba esas "provocativas" prendas.

Al final, Adam dejó de insistir porque realmente no está en derecho de obligar a esa joven, después de todo solo acordaron que practicaría la palabra de Dios, no seguiría el resto de reglas...

Sin embargo, esa no era la única razón, constantemente soñaba con las más pecaminosas posibilidades que su "mente pura" lograba imaginar con Alice; fantasías reprimidas por años, o que siempre las vió como un acto de infidelidad a su voto.

Cuyo voto rompía cada noche que su pene se erectaba y demandaba ser atendido por los carnosos labios de Alice, o en su defecto, sus delicadas manos, y lindo coño.