En caso de una investigación federal o similar, mi fic fue echo por el mero echo de entrener a las masas, toda relación con la realidad es mera coincidencia.
Esta noche de lluvia tenía un sentimiento extraño, uno que no podía quitarse de su boca, amargo y escalofriante.
Pudo observar a la chica en la cama sosteniendo las sábanas, insensata, el mero echo que el le prestará atención debía ser tomado como un elogio.
Josef Dzhugashvili se preguntó si esta mujer quería asesinarlo y de ahí su sentimiento, estuvo a punto de abrir su boca para ordenar su ejecución pero se abstuvo ya que la aprovecharía una vez más antes de asesinarlo.
'De oriente vendrá tu castigo, solo esperalo con ansias'
Josef se estremeció al recordar las palabras de aquel ángel enviado por Dios hace unos años atrás.
Por ello invadió Akitsushima.
Mil, diez mil, millones.
No importaba, todo este país estaba a su merced, todos ellos solo eran cerdos que que debían protegerlo para el disfrutar de la vida que mereció desde un principio.
Ellos eran meros ladrillos en su muro.
12 millones no eran nada en comparación con su vida, debían darle gracias que él encontró utilidad en ellos, por ellos era que Akitsushima había firmado un tratado de no agresión con ellos salvandole a él.
Podría envejecer probando las cosas deliciosas que este chiquero tenía que ofrecer, explotaríacada centavo que Russy tenía que ofrecer y si se complicaba siempre podía irse a Finland con toda su riqueza junto a su amigo.
Lentamente Josef encendió su habano traído desde las Américas mientras que disfrutaba de aquella vista que daba el que antes fue el lugar donde vivían los Zar de Russy.
Josef sonrió ante aquello, él junto a su amigo habían elegido el bando ganador con los Bolcheviques, aquello había abierto una brecha que él en estos momentos disfrutaba vendiendole petróleo a los Estados Unificados a buen precio y sacando dinero de todo tipo solo para él.
-Ven y chupa mi pene, estoy se buen humor-Hablo Josef mientras que caminaba al borde de la cama.
Aquella mujer quería que todo esto se acabará, se sentía sucia y usada, no quería esto, no quería seguir viviendo esto.
Ella quería que alguien la ayudara.
El mero echo de tener este cerdo maloliente encima suyo provocaba un asco en ella terrible, su aliento a mierda le daban ganas de vomitar y solo Dios sabe como no lo había echo ya.
‐*Por favor, alguien, por favor dios, salvame*-Se pensó ella mientras que se arrastraba al borde de la cama ya que si no sería ejecutada ella y su familia.
Ella haría todo por su hermanito.
La mujer cerró sus ojos con fuerza lágrimas salían de sus ojos mientras abría su boca apretando la saba para no vomitar.
Josef sonrió con superioridad.
Clink.
Pero el hombre se apartó al ver que la puerta había sido girada, rápidamente agrio su rostro.
-¡Malditos! ¡Los ejecutare a ustedes y sus familias por esta falta de...-Pero Josef abrió sus ojos con horror al ver la escena frente suyo.
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