Su mirada siempre recorría su fino cuerpo que sin importar el tiempo siempre le recordaría al de él.
Su cabello platinado con un toque fino blondo le hacía recordar a la vivaz cabellera rubia que él tenía. Su blanquecina piel tan suave al tacto tan parecida al del chico. Mientras que su estilo de ropa era tan parecida, pero no igual.
Cada que la veía no podía evitar recordarlo a él.
-Cariño.- Y ese suave tono de voz que no podía compararse con la de él, era lo único diferente.- ¿Vienes?- Sonrió.
-No, hoy no.- Contesto con ese tono de voz tan frío que nunca utilizo con él.
La mujer asintió, aún en su cara estaba adornada aquella sonrisa en esos labios rosas
-Nos vemos después, Mick.- Le dio un beso en la mejilla para irse del departamento que compartían.
El hombre solo vio como la joven chica desapareció de su vista con un suave caminar, para nada parecido al de él.
A veces o casi siempre los comparaba, y por más que quisiera no podía dejar de hacerlo, simplemente deseaba al blondo con el de nuevo. Lo recordaba en cada pequeña cosa que ella hacía, porque eran tan parecidos físicamente. Sin embargo, no se parecían tanto en actitud.
Se recostó en el sofá, intentando dormir, pero lo único que veía al cerrar los ojos era a él.
¿Cuándo él se había ido de su vida? ¿Cuándo tuvo que recurrir a ella para 'olvidarlo'? ¿Por qué siempre los terminaba comparando?
Algo cierto es que el no quería compararlos, eran personas diferentes, no tenían que ver la una con la otra, por ello cada vez que los comparaba se sentía culpable.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por aquel timbre molesto del departamento, se levantó del sofá para abrir la puerta.
-Hola, Mick.- Saludo el chico de la puerta.
-¿Qué pasa adolescente?- Pregunto al ver al chico más joven.
-Vine a ver cómo estabas, ya sabes, desde eso.
-Pasa, Nikki.
El chico entró al departamento, se veía muy diferente a como la ultima vez que lo vio. Ahora había más plantas y un aroma exquisito a lavanda, seguro escogido por ella y a la vez, el favorito de él.
-¿Cómo va tu relación con ella?- Se sentaron en el sofá beige de la sala.
-Bien, es estable.- En su tono de voz no se notaba aquella alegría que debería estar sintiendo.- Ella es una chica muy linda.
-Pero...- Podía notarse que había algo más.
-No sé, no es él. Ella es linda, pero es su recuerdo, ¿sabes?
-Entiendo, pero debes superarlo. No puedes estar aferrado a su recuerdo siempre. Él ya no está, necesitas superarlo.
Mick miro el suelo, siendo el mayor de los cuatro siempre había sabido como solucionar sus problemas, tanto sentimentales como financieros, ¿por qué ahora no podía con una simple perdida?
-Mick, no está bien que los compares. Tienen algo de parecido, pero ella no es él.
-Lo sé, ella es diferente, no tiene nada que ver con él. Pero se parecen tanto.
-¿Por qué estás con ella sino lo has superado a él?
-Para hacerlo.
Después de aquella confesión la habitación quedó en completo silencio.
Nikki suspiro. No entendía el por qué de todo aquello. Mick, jamás había sido una persona fácil de comprender, una persona un poco rara, que solo Vince supo amar y entender. El blondo era una gran ayuda en Mars, sin él la vida del mayor se sentía como el mismo infierno y realmente estaba experimentando ese sentimiento.
-¿Ella sabe de esto?- Se animo a preguntar.
-No, aunque es muy probable que ya lo haya descubierto.
-¿Que planeas hacer? ¿Realmente crees superarlo con ella?
-No lo sé, Nikki.
El chico asintió, sin embargo sabía que ello no terminaría bien, pero tampoco se quiso meter más en la vida de su amigo.
La tarde siguió en algunas otras conversaciones, más triviales, sin llegar a tocar el tema de Neil.
Las fotografías que se encontraban enmarcadas estaban en el cajón de su mesita de noche.
Esa ade quiso ver aquella sonrisa del rubio plasmada en el papel. Era una sonrisa tan pura, tan sincera y enamorada. No pudo soltar algunas lágrimas que limpio rápidamente con el torso de su mano.
Aquellas fotografías donde estaban juntos, compartiendo amor y alegría.
A veces deseaba que en aquel accidente automovilistico no hubiera muerto él, sino su acompañante, pero tampoco podia desearle eso a alguien.
-Mick.- La suave voz de la chica lo hizo salir de su trance.- Necesitamos hablar.
-¿Qué pasa?- Su tono de voz cada que hablaba con ella era serio, sin sentimiento alguno.
La chica se acerco a él, sentándose en la orilla de la cama, dió suaves golpes en el colchón para que el hombre se sentará junto a ella.
Mick dejo las fotografías en su lugar para sentarse a lado de ella.
-Vince era buena persona, ¿no?- Con suavidad hablo.
-Lo era.- Fue lo único que pudo decir.
-Si, lo creí. ¿Y lo amabas tanto para ser tu el que tuviera el accidente automovilístico?- La mujer mantuvo la mirada gacha.
-Hubiera dado todo por ser yo el que estuviera en esa situación.- Se estaba sincerando.
La mujer río, pero no una risa burlona, sino melancólica.
-¿Entonces qué hago aquí?- Alzó la mirada para ver aquellos ojos verdes.
Mick no dijo nada ante la pregunta de la chica.
-Es mejor terminar esto.- Su voz sonaba entrecortada, a ella le dolía.- Tu a un no lo superas, no estás listo para una relación. Tampoco quiero ser el remplazo de alguien.- Algunas lágrimas traicioneras corrieron por la mejilla blanca de la mujer.
-Lo lamento, no quería hacerte daño. No se esa manera.- Intento limpiar las lágrimas que corrían por sus mejillas, son embargo ella solo lo apartó de manera suave.- Lo siento.- Se disculpo nuevamente.
Ella asintió. Tomó su bolso que sobre la cama había sido dejado. Se levantó de la cama para irse del lugar.
-Espero que estés bien de ahora en adelante y que recuperes el tiempo que te hice perder.- Mick se despidió con aquellas palabras.
La mujer salió de la habitación, no dijo nada más porque no había algo más por decir.
Mick solo mantuvo su mirada gacha, tenía que sobrellevar eso.
Tenía que aprender a superarlo. Tenía que soltarlo, pero no olvidarlo.