Prepara las habitaciones para los hijos de su esposo, es la primera vez que los recibe y quiere darles una buena impresión.
Ha mandado a las sirvientas a hacer una deliciosa comida y ha limpiar toda la casa.
Sus nervios aumentan al ver la hora del reloj en su muñeca, marcan las doce y los niños llegarán a la una. Termina de acomodar la cama y corre a su habitación. Toma una ducha rápida y viste un pantalón blanco, una playera roja con un estampado negro y unos zapatos blancos.
Escucha el auto estacionarse, así que baja, casi, corriendo las escaleras de la gran casa, hasta llegar a la entrada. Su esposo entra junto con dos niños; Stormy, la menor con diez años y Les Paul con doce, que tienen una pequeña maleta.
-Buenos días.- Saludaron ambos niños al unisono.
-Hola.- Saludo nervioso.
-Vayan a la sala, ahora mismo los alcanzo.- Ordenó a sus hijos que acataron la orden.- ¿Seguro que no te sentirás incómodo?- Pregunta con suavidad a su esposo.
-No, está bien. Me gustaría conocerlos y convivir. Me encantan los niños.- Sonrió.
-Vale. Pero sí te sientes incómodo no dudes en decirlo.
-Okay.- Le dió un corto beso.- Mejor vayamos a ver a los niños.
El azabache asintió. Ambos se dirigieron a la sala, donde los niños hablan. Pero, al ver a ambos adultos acercarse callan.
-Hey, niños.- Los llama Mick.- ¿Qué quieren hacer?
Paul alza los hombros, mientras la niña no dice nada.
-Pueden ir a dejar sus cosas, he preparado una habitación especialmente para ustedes.- Les sonríe con amabilidad el blondo.
Estos asienten, levantándose del sofá y tomando sus maletas.
-¿Dónde es?- Pregunta con timidez la menor.
-Oh, yo los guío.- Camino enfrente de ellos.- Mick.- Regreso su mirada a su esposo.- Puedes decirles a las sirvientas que sirvan la comida.- Con eso, camina hacia enfrente para guiar a los niños.
Suben las escaleras relucientes, donde ayuda a ambos niños con sus pequeñas maletas. Luego, los dirige a su habitación, es grande con dos camas de sabanas blancas, una televisión con videojuegos y juguetes en los grandes estantes. Los chicos están maravillados.
-¿Está es nuestra habitación?- Sorprendida pregunta.
-Oh, sí no quieren compartir podemos escoger otra de la de huéspedes y puedan adornarla como ustedes quieran.- Realmente no habia pensado en la opción de que los niños no quisieran compartir.
-No es eso.- Paul sigue mirando sorprendido.- Es que la habitación es maravillosa. ¿En verdad es para nosotros?
-Sí, lo es.- Dice con una gran sonrisa.
-¡Wow! ¡Esto es lo mejor!- Emocionada, brinca sobre una de las camas.
-¡Sí!- El niño también hace lo mismo.
Vince solo sonríe, mirándolos y cuidando de que no se caigan.
Después de unos minutos en que los niños estuvieran saltando sobre la cama, bajaron al comedor. Los chicos bajaron con grandes sonrisas, mientras hablan con el blondo.
-¿Así que tan rápido ya se llevan muy bien?- Pregunto Mick parado en la entrada del comedor.
-Sí. ¡Vinnie es increíble!- Soltó la mas pequeña con una gran sonrisa.- ¡Me cae muy bien!
-Eso me alegra, Stormy.- La cargo para llevarla hasta la mesa.- ¿Y tú Paul? ¿Qué opinas de Vince?
-Es alguien divertido.- Fue lo único que dijo, sentándose en una silla de madera.
Ambos adultos se sentaron, uno enfrente del otro.
La comida fue traída, hamburguesas con papas para los pequeños. Mick miró a su esposo con una sonrisa, mientras niega con suavidad. El blondo solo alza los hombros con una sonrisa divertida.
La comida transcurrió con una plática divertida donde los niños hablan de lo que han echo en sus días de escuela o las cosas con las que se divierten. Vince está atento a cada cosa, pues podrá ayudarlo en las próximas visitas de los pequeños.
Al terminar de comer, los niños quieren divertirse, por lo que han ido al gran patio de la casa.
Ante la insistencia de Stormy, Vince se ha sentado en el pasto, mientras juega a tomar té y comer pastel, practicando en el proceso. Les, en cambio, juega a ser un gran guerrero a lado de ellos. Mientras Mars solo los mira de lejos, sonriendo con la hermosa escena.
Los nervios que anteriormente sentía el blondo se han esfumado por completo.
-¿Y a qué princesa vas a rescatar?- Mick pregunta a su hijo.
Esté mira entre su hermana y al rubio, y con su espada (una rama) apunta hacia Vince.
-Esa princesa.- Dice con inocencia fingida.
Eso hace que el azabache suelte una carcajada y que las mejillas del blondo tomen un color carmín. Les no es un niño pequeño y tiene mayor conciencia de lo que dice, eso es lo que más divierte al mayor.
A la hora de la cena, deciden ver una película, mientras comen cereal con leche. (Y ya xd).
Al terminar de cenar, ambos niños se van a bañar y ponen sus pijamas.
-¿Puedes contarnos un cuento?- La menor con una pijama de conejo sentada sobre la cama pregunta dulcemente, dirigiéndose a Vince que junto a Mick los ven desde el marco de la puerta.
-Claro.- Responde el blondo.- ¿Qué cuento quieres?
-Hansel y Gretel.- Responde con una sonrisa.
-Bien.- Busca entre los libros de un estante esperando tenerlo, mirando a su esposo para que lo ayude en su búsqueda. (No lo tenían xd)
-Oh, lo traigo.- Dice la pequeña levantándose de la cama, poniéndose sus pantuflas. Busca en su pequeña maleta. Luego de encontrarlo, se lo entrega.
-Debí suponerlo.- Mick mira con una sonrisa a su hija. Recibiendo una mirada extrañada por parte de su esposo.- Es su cuento favorito desde que tiene dos años.
-Ohh.
Mick se recargo en el marco de la puerta, mientras Neil se sentó en la orilla de la cama de la pequeña, empezando a leer el cuento. Al poco rato, ambos niños ya se encuentran dormidos, así que sin hacer mucho ruido, ambos apagan las luces y se van del cuarto.
-¿Qué tal?
-¿Qué, Mick?
-¿Te gustó convivir con ellos?
-Son una lindura, claro que sí.- Sonrió.
Rió.- Sí, ya veo.
El día había sido más divertido a lo que esperaba. También, ha descubierto su gran don para cuidar niños. Le ha gustado la experiencia.