Camina en el gran bosque que le pertenece. Una pequeña mueca de sorpresa se forma en su rostro cuando noto aún joven caminar entre el pasto verde, era un poco más bajo que él, su cabello negro más abajo de sus hombros, piel blanca y una vestimenta blanca. Un verdadero ángel.
Se acercó con lentitud al chico, intentando no hacer ruido para no asustar al chico. Al pisar una rama, el joven volteo con una expresión de sorpresa, pero, rápidamente lo cambio por una sonrisa. Su mirada conecto con la del chico. Su iris verde que desprendía dulzura.
-Hola.- Saludo el chico.
Él se acercó al azabache con lentitud.- Hola.
-¿Cuál es tu nombre?- Se sentó en el pasto.
-Tommy.- Se sentó enfrente del chico.- Soy el dueño del bosque.
-Oh. Mi nombre es Nikki.- Miró al chico con detenimiento, su cabello café oscuro, su alto y delgado cuerpo, pero, sobretodo sus ojos castaños e hipnotizantes. Portando solo ropas oscuras.- Entonces, ¿eres el mago?
-Sí. ¿Cómo lo sabes?
-Historias.- Contestó sin darle importancia.
-¿Historias? ¿Qué dicen de mí?
-Lo típico.- No pensaba decir más, pero ante la mirada curiosa de Tommy decidio hablar.- "Un mago viejo y malhumorado habita en el bosque, haciendo hechizos malvados en su castillo para destruir a las hadas". La misma mierda de siempre.
-Oh. Bueno, yo no soy un mago viejo ni malhumorado. Ni siquiera quiero matar a hadas.
-Eres muy joven.
-Sí, un poco. Seguro no más que tú.
-Mm, no sé. Las hadas no podemos decir nuestra edad.
-¿Así que eres un hada?
-Sí.
-¿Y tú no me tienes miedo?
-No, acabas de decir que no nos quieres hacer daño.
Lee notó desde un principio la manera tan pacífica en la que había llegado aquel chico. No parecía tener miedo, solo regalando le una hermosa sonrisa. Ahora entendía su forma de vestir, su amabilidad y su tan grande belleza
-¿Y viniste aquí por qué querías?
-Sí, quería saber si eras tan malo como decías.
-Un hada curiosa.- Sonrió. Mientras el chico ladeó la cabeza.
Nikki había estado yendo constantemente al bosque, lo que hizo que algunos de sus amigos sospecharan de su actitud, por lo que, en ese día de trabajo con las flores de los grandes jardines, su mejor amigo decidió preguntarle. Vince, un joven rubio de estatura promedio, piel blanca y ojos cafés claros.
-Nikki.- Llamo suavemente.
El mencionado levantó su vista de los girasoles para mirar a su amigo.
-¿Qué pasa?