Miraba, recargada en el soporte de la puerta, a su esposo pasar el pincel entre el lienzo de tela. Lo había visto trabajar en aquella pintura desde hace varios meses.
En aquel lienzo grande se podía ver a un chico de cabello largo negro, piel blanca, ojos verdes como el bosque y labios rosas entre abiertos. Aquel chico tenía una playera de Iron Maiden, una chaqueta negra de cuero y unos pantalones del mismo material. Esté se encontraba en un campo de girasoles, mirando hacia el frente, alzando la mano, esperando que alguien la tomara. A lo lejos, una pequeña cabaña finamente detallada. Mientras el cielo se pintaba de los colores del atardecer con pequeñas nubes blancas. Era una bella obra, aún más, con el joven desconocido de la pintura.
Heather se quedó admirando a su esposo dando los últimos toques a la playera del chico. Se acercó a él lentamente.
-Tommy, ¡la pintura es hermosa!- Con una gran sonrisa adornando sus labios.
-Gracias.- Reposo su pincel en la paleta, dándose vuelta para ver a su esposa.- Estoy dando los últimos toques.
-¿La expondrás en la galería?
-Sí, lo haré.- Sonrió.
-¡Eso es magnífico! Todos podrán ver tu gran trabajo. Aunque, ¿quién es el chico?- Dirigió su vista a la pintura.
-Es, bueno... no lo sé.- Confesó.
-¿No lo sabes?-Le miro extrañado. El hombre negó.
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Un hermoso campo de girasoles se formaba a su alrededor, en un atardecer lleno de color. Entre aquel campo, un hermoso chico corría. Él se quedó extrañado, no era la primera vez que tenía ese sueño, tal vez, no era solo un sueño.
Se acercó al azabache que seguía corriendo, pero esté rápidamente paro, dándose la vuelta.
-Hey, Tommy, no te quedes atrás. No tardaremos en llegar.- Señaló una cabaña unos metros más con su dedo índice.
En cambio, el castaño se quedó confundido, ¿para que irían a la cabaña? ¿Quién era aquel chico y porqué le causaba una sensación de familiaridad? Aunque, no era la primera vez que soñaba con él, siempre lo sentía tan real y confuso.
Dió un paso hacia el frente con lentitud. Una extraña sensación se presento en su pecho, era cálida.
-¡Tommy!- El chico le volvió a gritar. El mencionado notó como se había quedado muy atrás. Eso hizo que el azabache sonriera con suavidad.- ¡Ven, ya estamos cerca!- Extendió su brazo, abriendo su mano, esperando a que el castaño la tomara.
En ese momento, sin razón alguna, Lee comenzó a correr directo al chico.
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Había recibido más de una oferta por la pintura y más de una vez había rechazado la oferta.
-Es una excelente oferta, ¿enserio la vas a rechazar?- Su esposa miraba incrédula la escena repetitiva por cada oferta.
-Sí, no pienso venderla.
Heather no dijo algo más, yéndose molesta del lugar. Estaba empezando a creer que el chico pintado en ese lienzo se trataba del amante de su esposo. Mientras, Lee miraba con una gran sonrisa el cuadro.
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El coche negro paro enfrente de la galería en el cual abría una exposición del más grande pintor de Los Ángeles; Tommy Lee. Bajaba del coche, seguido de sus otros dos amigos. En un principio no había querido ir, pues no quería ser el mal tercio entre la pareja, pero ante la insistencia de Vince —que tampoco quería ir a la exposición— termino aceptando.
Entraron al lugar, notando todo el lugar se encontraba lleno de gente.
El trío se tomó el tiempo para ver cada pintura expuesta esa noche.
-Es lindo, ¿no?- Vince se dirigió a él, al ver como se había perdido en su mente.
Nikki dirigió su vista a la pintura de la cual el rubio hablaba; en el lienzo se divisaba una plaza llena de gente, en la cual resaltaba una figura femenina con una sonrisa dulce. Una sensación amarga inundó su corazón.
-No, no lo es.- Soltó sin siquiera pensar.
Neil lo miro extrañado, pero no dijo nada al respecto. Solo siguió caminando a lado de su novio. Sixx se quedó atrás, mirando hacia el suelo y pensando en el porqué raciono de tal manera al ver la pintura.
-Oye, Sixx.- Alzó la vista, hacia el rubio que lo llamo.
-¿Qué pasa, Vince?
-¿Cuándo te dejaste pintar?- Señaló la pintura mas grande del lugar.
Nikki se acercó al lugar, viendo con incredulidad la pintura. Aquella escena que más de una vez se repitió en su mente en los sueños de madrugada había sido retratado entre una tela y pinturas. Estaba sorprendido.
-Yo no... nunca... lo hice.
Aún seguía sin procesar como alguien pudo retratarlo. Confesaba que ni siquiera antes de que Vince insitiera en ir a esa exposición había escuchado el nombre del pintor. No podía ser él quien lo había pintado. No lo conocía, no se conocían.
Intento acercarse un poco más, intentar tocar el retrato, pero fue detenido por Mick.
-No puedes hacer eso.
-Sí, lo sé. Lo lamento.- Dio unos pasos hacia atrás.- Quiero hablar con el pintor.- Firme miró a sus amigos.
-¿En serio? ¿De qué se trata?- Escucho una voz detrás de él.- Porque sí se trata de vender la pintura es...- El azabache volteo, dejando atonico a Tommy.
-No. ¿Quiero saber cómo es que usted me ha pintado?
Sin embargo, Lee se encontraba completamente sorprendido, veía a aquel chico que en sus sueños diviso y que en la realidad pintó. En cambio, Sixx, por más sorprendido que estuviera, logro formular su pregunta.
-Te soñé.- Solo esas palabras bastaron para que ambos compredieran. No era solo un sueño.
-¿Qué mierda está pasando?- Susurró Vince a su pareja.
-No tengo ni la puta idea.- Mick le contesto de la misma manera.
Ambos chicos seguían en su burbuja. Entendiendo todo, mientras sus miradas conectaban. Se acercaron lentamente al otro, olvidando en donde se encontraban y el compromiso que ata al más alto. Olvidando completamente todo. Solo centrándose en el uno al otro. Al final de una vida tormentosa, dos amantes volvían a recontrarse para ser verdaderamente felices.
Tommy, en un movimiento rápido, tomó al azabache por la cintura y, sin esperar un segundo más, unio sus labios con los contrarios.
Las personas a su alrededor estaban sorprendidas. Más de un reportero aprovecho para tomarles una foto, al día siguiente aparecerían en el periódico con títulos exagerados: “El gran pintor Tommy Lee muestra a su amante a la mitad de su exposición de arte”, “El pintor Tommy Lee le hes infiel a su esposa Heather en su última exposición de arte", “¿Quién es el amante del pintor Tommy Lee?”. Pero, a ninguno de los dos le importaba en ese momento.
Solo disfrutaron ese momento, sin importar lo que pasaría el siguiente día. Sin importar nada.
