Capítulo 3

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Escape.

Tan pronto como se hizo de mañana, mientras ella seguía dormida y después de mantenerme varios minutos mirándola y detallando su rostro, escape como un maldito ladrón, ¡en mi propia casa! Cuando revelo su apellido, no tuve tiempo de procesarlo. Repentinamente su cuerpo comenzó a convulsionar, Leandro llego tan pronto como lo llame, su temperatura también había subido y para cuando se fue, Aurora seguía temblando débilmente.

Leandro afirmo que debió ser por sus heridas en la espalda, las más graves, cuando se levantó de golpe en la cocina unos cuantos puntos se corrieron, causándole dolor y fiebre. Para cuando llego la noche, pensé que todo había pasado y le hice la cena, pero fue un error, Su fiebre volvió de golpe y su cuerpo quiso avisarlo convulsionando.

Mi corazón casi se detiene al verla tan frágil e inconsciente.

Fue la primera vez en mi vida que me puse tan nervioso, incluso Leandro lo noto. Pase el resto de la noche tocando su frente, asegurándome de cambiar el paño en su frente. En algún momento de la noche, se acurruco contra mi pecho y cuando quise moverme, soltó breves quejidos. Apenas y pude dormir, preocupado de que volviera a tener una convulsión o algo peor. De vez en cuando hablaba dormida, todo lo que decía conseguía hervir mi sangre y ocupaba todas mis fuerzas en controlar mis ganas de buscar a Ares y matarlo con mis propias manos.

Al final, cuando el sol se escabullía entre las cortinas, me fui sin hacer ruido. Nada como una larga ducha para aclarar la mente y recordar que el apellido de Aurora es nada más y nada menos que Petrov. Estamos hablando de Bruno Petrov, Pakhan en la mafia rusa. Un hombre poderoso, influyente y de sangre fría. Conocido por su despiadado instinto. No importa quién seas, si le eres un obstáculo, te asesinara sin dudarlo.

El hombre de quién llevo años deseando vengarme.

Una idea se cruza por mi mente. Si nadie conocía la identidad de Aurora, significa que Bruno ha querido mantenerla oculta y la razón debe ser realmente importante. Niego, ella debe recuperarse, sanar y decidir lo que hará después de eso. Una sensación desagradable se instala en mi pecho de tan solo pensar que se irá.

Aprieto la mandíbula.

Pensar este tipo de cosas no me llevará a ninguna parte, será mejor que termine con las visitas para volver pronto a casa. Me detengo. ¿Desde cuándo estoy tan ansioso de volver a una casa vacía? El rostro de Aurora aparece en mi mente. Ella caminando por todas partes. Ella recorriendo cada rincón. Ella sonriendo cuando mencione el jardín. Sus ojos iluminados por primera vez. Esa diminuta sonrisa, pero sonrisa, al fin y al cabo.

Sí, ya no está vacía.

Ahora hay alguien esperando mi regreso.

El resto de la tarde visito mis clubes, organizo la entrega de cargamento y el envío de armas. Tengo una reunión con Pietro, un colega de la mafia rusa y aliado. Me encargo de otros asuntos cerca de las ocho de la tarde, voy manejando a casa. Al llegar, me encuentro todo oscuro. Me deshago del saco y la corbata, las dejo detrás del sofá, donde Aurora no pueda verlas por accidente.

—Jefe.

Rafael entra a la sala principal.

—¿Dónde está?

—Ha estado todo el día en el invernadero.

Asiento, salgo en su dirección.

El invernadero ya venía cuando compre la casa. Luego de unos años, cuando estuve en reposo por cinco meses debido a una herida de bala que casi me quita la vida, encontré el placer de cuidar plantas. El tiempo paso y este nuevo pasatiempo fue creciendo hasta convertirse en una forma de relajarme cuando las cosas se complicaban.

Broken HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora