Naruto - Un Viaje Hacia La Oscuridad ✔️

41 - El oscurecimiento arraigado en las hojas

La Godaime Hokage era una mujer rubia, pechugona y de ojos color ámbar miel que se suponía que debía tener unos cincuenta años o más y, en cambio, no aparentaba pasar de los veinte. El hecho de que quisiera separarla de Naruto para unos ejercicios de entrenamiento -para tantear el terreno de su salud psicológica- ya la convertía en una bruja malvada en la mente de Sakura. No fue el hecho de que echara tanto de menos a Naruto lo que la hizo "derrumbarse". No, ella podría sobrevivir a eso. Le preocupaba más la reacción de Naruto... que era escasa.

"Sakura", los ojos de Tsunade se posaron firmemente en ella, haciéndola estremecerse y ponerse firme. "Sé que hace poco que te han dado el alta, y sé que éste no parece el momento más adecuado para hablar, pero... ¡eres una Kunoichi de Konoha, así que espero que recuerdes el código shinobi!".

Sakura tragó saliva y asintió con gesto adusto. Los shinobi eran herramientas de la aldea que se mataban el corazón cuando surgía la necesidad. "Bien", asintió el Godaime visiblemente satisfecho. "A continuación tengo que darte una noticia un poco personal, Sakura... ¿deseas que Naruto permanezca en la habitación?" Esta vez, la voz era suave. No le gustó nada.

Sus ojos se movieron hacia donde estaba Naruto, perplejo, antes de que una expresión sombría se posara en su rostro. No sabía cuál era el problema. ¿Qué era?

"Yo... supongo que puede quedarse", susurró Sakura. "No es nada horrible, ¿verdad?", intentó decir con una pequeña sonrisa.

"Haruno Kizashi y Haruno Mebuki han sido encontradas, hace dos días, por un grupo de shinobi que patrullaban en una zanja de la carretera a medio camino hacia Otafuku Gai", la voz de Tsunade era firme al hablar. "Sus cadáveres estaban en avanzado estado de descomposición, pero conseguimos identificarlos fácilmente por sus ropas y por el hecho de que llevaban desaparecidos más de un mes..." la Godaime hizo una mueca. "Probablemente los brigadas llegaron hasta ellos cuando salieron de Konoha".

A Sakura se le cortó la respiración. Sintió que el aire se volvía pesado, que el mundo empezaba a girar... ¿Por qué cambiaba el mundo? ¿Se estaba cayendo? No, no estaba...

Naruto la agarró y la sostuvo con firmeza, como un ancla de roca en un mar tumultuoso. No pudo contener las lágrimas. No podía. Se agarró con saña a Naruto, rodeándole con los brazos mientras descargaba sus lágrimas y sus gritos de dolor en su pecho, sus manos apretando con fuerza la tela de su ropa mientras lloraba repetidamente sus lágrimas.

Gritó la injusticia mediante repeticiones incoherentes de la palabra "no" y sacudidas de cabeza. Lloró hasta que las lágrimas que caían de sus mejillas volvieron sus ojos hinchados y rojos. No sabía cuándo Naruto la había sacado del despacho del Godaime, ni cuándo había empezado a cargar con ella... sólo sabía que se encontraba fuertemente abrazada a él en su apartamento, con él sentado en el sofá y abrazándola con suavidad, pero con firmeza al fin y al cabo.

Cerró los ojos al suave roce de él sobre sus mechones de pelo rosa, a sus caricias sobre sus mejillas. Cerró los ojos y lloró hasta quedarse dormida con sus susurros tranquilizadores, mientras él intentaba calmarla sin conseguirlo. Simplemente... simplemente cerró los ojos y se durmió.

Abrió los ojos y la cubrió una cálida manta blanca y esponjosa, mientras el olor a comida llegaba a sus fosas nasales. Sintió que se le hacía un nudo en el estómago: no tenía hambre y se sentía fatal. Sus padres habían muerto.

Su madre estaba muerta.

Su padre estaba muerto.

Los dos estaban muertos. Sus cadáveres se estaban pudriendo, probablemente en el obituario del hospital de Konoha... ¿De verdad tenía que ir allí sola? No podía. No podían pedirle que fuera allí ahora, ¿verdad? Pero había que celebrar el funeral y... tenía que hacerlo, porque era la única que quedaba viva de su familia y si no lo hacía... tal vez volverían como fantasmas para atormentarla o algo peor...