56 - Revelar las cartas finales

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Muy bien", dio una palmada, "Ya podéis bajar".

Los tres genin que le habían asignado no eran lo mejor de lo mejor, ni tampoco lo más bajo de lo bajo. Eran la personificación de la media fusionada con aún más media. Sabían cómo lanzar un kunai, cómo desaparecer en el suelo -era el requisito para aprobar la Academia, poder hacer el Iwagakure no Jutsu- y dominaban lo básico.

También tenían once años, y el hecho de que él fuera apenas cuatro años mayor que ellos apenas cambiaba las cosas. Lo miraban con la misma mirada severa con la que mirarían a un instructor militar. Le ponía un poco nervioso que tres pares de ojos le miraran con la mayor seriedad y respeto, pero también con una buena dosis de miedo.

No le cabía duda de que las costumbres de la academia de Iwagakure diferían de las de Konoha, y la "enseñanza severa" parecía ser una de esas pequeñas diversidades.

"Kuroishi, Akaishi y Sekkaigan, ¿verdad?", preguntó una vez más, para asegurarse de que había acertado con sus nombres. Los tres asintieron secamente. Quienquiera que les hubiera dado esos nombres debía de tener poca fantasía. Muchos en Iwagakure daban nombres según el tipo de piedras o rocas que les llamaban la atención, y así fue como "Piedra Negra", "Piedra Roja" y "Caliza" pasaron a ser sus Genin.

Sus Genin normales y corrientes, que le miraban con una expresión de preocupación grabada en sus rostros. Kuroishi y Akaishi tenían los ojos oscuros, pero mientras el pelo de Kuroishi era negro y le llegaba hasta los hombros, el de Akaishi era gris ceniza y lo llevaba corto. Sekkaigan, en cambio, tenía los ojos grises y el pelo verde brillante que le caía en rizos hasta los hombros.

En realidad, eso era divertido. De los tres, la kunoichi femenina del equipo era Akaishi, que parecía más masculina que Sekkaigan.

Aunque, si alguna de ellas dijera algo más que "Sí, sensei" o "No, sensei", en realidad llegaría antes a alguna parte.

"Así que puedes caminar sobre superficies sólidas. ¿Puedes caminar sobre las líquidas?"

Los tres negaron con la cabeza mientras coreaban "No, sensei". Era un tanto espeluznante, como si tuvieran cables o algo conectado a las extremidades para poder moverse mecánicamente al ritmo.

"Sabéis que no muerdo, ¿verdad?", preguntó una vez más, sólo para recibir de vuelta miradas crípticas. Era como si no le creyeran cuando lo decía. Resoplando, puso los ojos en blanco. "Bien entonces, a veces muerdo... pero no a los pequeños genin".

"Dicen que te comes vivos a tus enemigos", dijo mansamente Kuroishi, antes de recibir un fuerte codazo de Akaishi en el estómago.

"No es cierto", siseó Akaishi mientras agarraba con fuerza el hombro de Kuroishi. "Ahora discúlpate con sensei por creer eso".

"Deja. Hacer. Escena". espetó Sekkaigan, manteniendo su tensa expresión de seriedad.

"¿De verdad me tenéis miedo los tres?" Naruto parpadeó. Bueno, después de todo, era una opción. "¡Ah, ya veo! Entonces, ¿qué tal si vamos a comer algo? Yo me ofrezco".

"Ha dicho algo, ¿verdad? No dijo alguien", susurró Kuroishi a Akaishi.

"Cállate", siseó Akaishi, "Nos devolverán al orfanato si no nos acepta como Genin, ¡así que sonríe!".

"Sabes que te oigo bastante bien", replicó Naruto, observando divertido cómo los tres genin se enderezaban al momento siguiente.

"¡Lo sentimos mucho, Sensei!", dijeron los tres al mismo tiempo.

Naruto sonrió, con la mirada fija en sus formas ligeramente asustadas. Podía ver las gotas de sudor que descendían lentamente por sus sienes mientras se les erizaba el vello de la nuca. Se rió entonces, observándolas retorcerse mientras daba un paso adelante.

Naruto - Un Viaje Hacia La Oscuridad ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora