Un Rodrigo de 18 años estaba en la limusina de camino a su hogar después de una dura sesión de fotos. Había algo en su lista que quería hacer, y en esa época si tenía completa libertad para ir a dónde quisiera.
-¿Podemos pasar primero por la tienda de conveniencia? -preguntó con educación al chófer, a lo que este asintió y tomó otro camino distinto al de la mansión Juan.
Una de las cosas que quería hacer antes de morir: probar el ramen instantáneo. A esa edad ya llevaba tiempo en la industria del modelaje, y como tal estaba obligado a seguir estrictas dietas para mantener su figura. Por lo tanto, la comida instantánea y cualquier snack estaban terminantemente prohibidos.
Pero él quería probarlos, y aunque siempre fue obediente a veces necesitaba cumplir algunos de sus pequeños caprichos personales.
Durante el trayecto, había un extraño coche siguiéndolos, pero ninguno lo había notado.
Bajó de la limusina una vez esta se detuvo frente a la tienda, y entró sintiéndose extremadamente nervioso. No estaba acostumbrado a hacer maldades, y parar para saltarse su dieta se sentía como el peor acto de maldad que cometería en toda su vida, aunque estaba seguro de que no se iba a arrepentir. Total, ahí ya tenía claro que se iba a suicidar así que prefiere arriesgarse a perder esa oportunidad.
Aún estando decidido, ya teniendo el ramen y varias golosinas en la mano, se sintió mucho más nervioso que antes, tal vez por notar como alguien lo observaba con intensidad. Al buscar discretamente con la mirada de dónde venía esa sensación, se encontró con el coche de su mayor acosadora aparcado detrás de la limusina y la acosadora en cuestión al otro pasillo de la tienda fingiendo no haberlo visto.
Rodrigo se había asustado, solo estaban ellos y el dependiente, y temía mucho a esa mujer, que se había obsesionado demasiado con él desde su inicio de carrera.
Al final dejó todo lo que tenía en su sitio y salió a escondidas por la puerta trasera, pues ella estaba cerca de la entrada.
Debía evitarla a toda costa, y realmente intentó que no le notara, pero mientras procuraba desaparecer entre las calles para que ella pensara que se había ido, podía escuchar como esta lo seguía a unos pocos metros de distancia, causando que poco a poco fuera acelerando el paso con tal de huir de ella, llegando incluso hasta trotar.
Esa mujer estaba loca, amenazó a muchas de sus fans solo por mirarle, y gracias a las redes sociales sabía que la mujer vivía en su propio mundo imaginario donde estaba felizmente casada con él a pesar de que ella era 30 años mayor.
Huyó y huyó, pero sin querer llegó a un callejón sin salida. Desesperado analizó el lugar a ver si podía escapar de alguna forma, encontrando a una extraña figura en lo alto del edificio. No se podía ver bien por la oscuridad, solo percibía esos orbes rojos que ya había visto varias veces en su vida.
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𝖄𝗘𝗢𝗠𝗡𝗔 || 𝐑𝐎𝐃𝐑𝐈𝐕𝐀𝐍
FantasyIván Buhajeruk, el actual dios de la muerte, lleva siglos cumpliendo su cometido exitosamente: llevar el alma de los mortales a la puerta espiritual una vez estos fallecen, siendo lo suficientemente frío como para nunca haber sentido empatía o afini...