O5

106 12 25
                                    

Y ahí estaba, un Rodrigo carrera de 14 años en el ático de su instituto, decidiendo por dónde sería mejor tirarse para acabar de una vez con su vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Y ahí estaba, un Rodrigo carrera de 14 años en el ático de su instituto, decidiendo por dónde sería mejor tirarse para acabar de una vez con su vida.

¿Por qué quería suicidarse? La respuesta era algo confusa para él. Siempre se sentía mal consigo, como que no encajaba en ningún lugar, una mentalidad fomentada por la actitud de sus propios padres hacia él, quienes solo lo deshumanizaban tratándolo como una especie de muñeco al que podían manejar a su gusto.

Como consecuencia, Rodrigo se volvió extremadamente introvertido, y junto a las malas experiencias acabó siendo alguien solitario que apenas podía expresar sus emociones, prácticamente una especie de muerto viviente.

Caminando lentamente hacia el mediano muro encargado de evitar las caídas accidentales, Rodrigo empezó a recordar toda su vida. Recordó como su madre lo odiaba a muerte y aún no es capaz de explicarse el por qué; cómo su padre, a pesar de nunca hacerle daño físico, lo trataba como un simple objeto al que poder explotar laboralmente e insultar sin razón; recordó como todos a su alrededor lo trataban como un estúpido que no tiene derecho a tener opinión propia; pero sobretodo recordaba esa intensa sensación de vacío que lo inundaba a todas horas, siendo esta lo que más le afectaba.

Apoyándose con ambas manos, logró subirse al muro sin dificultad alguna, y una vez parado miró abajo. No sentía vértigo, al contrario, las ganas de descender esos 6 pisos rápidamente solo con tirarse aumentaban considerablemente.

Observó un poco toda la zona de abajo para estar seguro de que no habría nadie cerca, si se va a matar prefiere que su muerte no cause daños a algún inocente alumno o profesor que pase por ahí, aunque en el fondo nadie allí era inocente. En ese instituto habían muchos casos de bullying, y aunque por suerte él no lo sufrió, era desalentador ver cómo todos se quedaban ahí observando sin hacer nada, incluído los profesores y él mismo.

Detuvo su mirada en uno de los bancos, dónde encontró a alguien sentado mirándole con esos dos intensos orbes rojos que ya conocía.

Con solo un vistazo pudo olvidar todo por un momento y recapacitar. ¿Realmente se quería suicidar? O más bien, ¿alguna vez se sintió vivo siquiera? No estaba seguro. Cuando intentaba hablarlo con los trabajadores de la mansión Juan —los únicos que le escuchaban— le decían que estaba siendo egoísta por querer morir aún siendo alguien que tiene de todo. Y aunque es cierto que el menor poseía muchas cosas, Rodrigo tenía la sensación de no tener absolutamente nada. ¿Estaba siendo egoísta? No lo sabe. Se siente mal viviendo, pero la charla con los trabajadores lo hicieron sentir mal por querer morir. ¿Entonces qué debía hacer?

Mientras pensaba en ello con la mirada perdida, llegó a la conclusión de que quizás debía vivir un poco más, cumplir esos pequeños caprichos que nunca pudo tener y tal vez así podría suicidarse de una vez sin sentirse mal.

𝖄𝗘𝗢𝗠𝗡𝗔 || 𝐑𝐎𝐃𝐑𝐈𝐕𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora