⚠️CORRIGIENDO ⚠️•°Tal vez sea amor? [Tommy Vercetti x Claude Speed ]°• GTA

CAP. 4 °• Conflicto, Pensamientos e Interés •°

La mañana gélida en Liberty City me abrazaba con su frío cortante. Era una de esas mañanas en las que el aire se sentía pesado, como si la ciudad misma supiera de los secretos que guardaba. Caminaba por una calle solitaria, mis pasos resonando en el silencio, perdido en pensamientos oscuros que no hacían más que enredar mi mente.

Recordaba nuestro último encuentro, ese maldito stripclub donde el humo y las luces tenues creaban una atmósfera cargada de tensión. Vercetti, con su sonrisa burlona y su sarcasmo no tan habitual, parecía disfrutar cada instante mientras yo, apenas podía seguir el ritmo de su charla. La tal chica rubia que lo acompañaba no me había dejado en paz; sus risas y coqueteos me resultaban insoportables. Era una mezcla de confusión y desdén, algo que nunca había sentido antes, eso me molestaba aún más.

"¿Qué te pasa, Claude? ¿Te volviste mudo de verdad o solo actúas así para darme un poco de drama?", me había dicho Tommy entre risas. La forma en que se burlaba de mí, como si cada palabra fuera una aguja, hizo que la rabia se acumulase en mi pecho. Pero la verdad era que lo que más me inquietaba no era su burla, sino la certeza de que había captado algo en mí.

Me detuve frente al edificio de Tommy, un hotel de mala muerte que había convertido en su fortaleza. Observé las ventanas empañadas por la humedad y la neblina. La mente me decía que debía alejarme, que este encuentro no era necesario, que había cosas más importantes que atender. Pero en el fondo, un impulso me empujaba a acercarme.

No comprendía por qué me sentía así. La lógica era clara: no tenía que interesarme por sus elecciones o por sus amistades. Sin embargo, algo en mí se inquietaba al pensar que él pudiera estar compartiendo más que solo risas con los demás. Era absurdo. No me importaba, o al menos eso me decía.

La confusión seguía arremetiendo en mi mente, una tormenta de pensamientos que chocaban entre sí. El mundo de Tommy estaba lleno de ruido y luces brillantes, pero yo prefería la oscuridad y el silencio. Me había ganado una reputación en Liberty City, aunque Thomas a veces lo olvidaba, yo no era el tipo que se dejaba llevar por las emociones. O al menos así lo creía.

No podía apartar la vista del edificio. ¿Por qué me importaba tanto? ¿Qué había en él que provocaba este torbellino interno? La pregunta resonaba, pero no encontraba respuesta.

Tomé un profundo aliento, el aire frío quemando mis pulmones. Volví a mirar la entrada del hotel. ¿Debía entrar? Una parte de mí gritaba que sí, que necesitaba confrontar ese nudo en mi estómago, mientras que otra parte, más racional, insistía en que lo mejor era dar media vuelta y olvidarlo todo.

La ansiedad crecía, pero también la curiosidad. Había algo irresistible en la idea de ver a Tommy, de escucharlo, de tal vez encontrar alguna respuesta entre sus juegos mentales. Pero al mismo tiempo, me daba cuenta de que lo que realmente buscaba era deshacerme de esa sensación incómoda que me seguía como una sombra.

Mientras tanto, el bullicio de la ciudad comenzaba a despertar. Ruidos de coches, voces lejanas que llegaban como ecos. Sentía que el tiempo corría, que la vida seguía su curso a mi alrededor, y yo seguía atrapado en esta encrucijada. La idea de caminar hacia el hotel me parecía casi absurda, un movimiento impulsivo que podría traer más complicaciones.

Finalmente decidí entrar. La verdad, no quería hacerlo. La curiosidad me ganaba, una fuerza impulsiva que parecía arrastrarme hacia la puerta del hotel. Empujé levemente la entrada, el chirrido de las bisagras resonó en el aire cargado de humo. Cada rincón del vestíbulo era un reflejo del desorden que caracterizaba la ciudad.