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El placer que le subía por la columna era tremendamente increíble, se sentia caliente de los pies ala cabeza, estaba perdiendo la nocion del tiempo y de la realidad, sentia que estaba a nada de correrse, la vista que tenía enfrente era increíble, tomando con sus manos la cintura de tamaño perfecto, un trasero hermoso, redondo y lleno de pecas que rebotaba cada que se introducia en el, una espalda que se curvaba cada que arremetia contra el cuerpo que tenia debajo, gemidos duces y aterciopelados, sin caer en lo vulgar era el puto cielo, así le gustaban sus chicos bonitos y calientes.

siente que ganó la lotería con el, cada que metía su miembro en el dulce chico veía estrellas, posando la vista enfrente viendo como el cuerpo de su acompañante empezaba a temblar se dio cuenta que estaba cerca, acercando su pecho ala suave y pecosa espalda de su compañero, acercando su rostro ala cabeza de "el" pronuncio
- como te sientes, estas cerca?-

Volteando lentamente el rostro, el pecoso solo lo miro, max se percato de los lindos y dilatados ojos de su compañero sus bonitas pestañas y su rostro sonrojado tupido de pecas, las estrellas regadas sobre su rostro, max sintio arder su estómago ante la vista
Su chico era la perfección en físico, cuerpo y rostro hermoso labios suaves y simétricos.

Pero algo le incomodo el chico era precioso por supuesto pero sentia que algo estaba mal, algo le pedía que parara, el chico se parecía a alguien pero no podia vizualizar aquien, su cabeza nadaba en un rio de placer, se distrajo de nuevo cuando el chico lo apretó en su interior, haciendo que su atención volviera completamente a él de nuevo.

Arremetió de nuevo sintiendo que se sofocaba, el calor era insoportable
soltando suaves gemidos el chico estaba a nada de correrse, entre balbuceos y con la poca fuerza que tenia logró pronunciar
_Correte conmigo max, vamos campeón por favor más fuerte.

Su voz era aún más caliente,el chico sabía perfectamente lo que hacia, la palabra campeón lo puso a mil.

Max sintio que el pecoso le asfixiaba la verga, pero aun haci algo lo seguía distrayendo, reconocía la suave vos aunque las palabras fueron pronunciadas a un bajo volumen las pudo captar, sintió un temblor que le pasó por todo el cuerpo su orgasmo lo golpeo como un camion, dejandole la mente en blanco que solo pudo pronunciar un nombre, el cual parecía tener tatuado en la lengua, Checo.

Por supuesto ya lo recordaba el chico al que se estaba cojiendo era al mismísimo Sergio Michel Perez Mendosa, el hijo de su mejor amigo, Carlos, CARAJO, pero como demonios terminó así.




Oigan no soy escritora, esto es un pedazo de mi imaginación lo siento por mis faltas de ortografía

Solo una vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora