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Acostado en su gran cama de hotel, sergio no podía dormir, los recuerdos del pasado y la llamada con Max lo tenían en un insomnio difícil de vencer

Recuerda la vez que encontró a Max en su estación besando al joven en su regazo, en ese tiempo le pareció curioso pero no importante.

Pero ahora solo deseaba ser el joven de esa vez y por dios que sabía que estaba mal, cuando le empezaron a atraer los hombres se dio cuenta de un cierto patrón que seguía al fijarse en ellos o encontrarlos atractivos

Quería que fueran altos, rubios de ojos claros y un poco arrogantes, eso al principio lo vio como un gusto normal pero ahora no había duda, estaba buscando a alguien parecido a Max y estaba tan pero tan jodido que ni siquiera queria verbalizar lo que pensaba, era asqueroso.

Los pensamientos de sergio se vieron interrumpidos por el sonido de su celular, vio el identificador, era lance y ver ese nombre eran problemas seguros, sergio pensó en ignorarlo pero era su amigo así que contestó.

El ruido de música a alto volumen le dio la bienvenida a su sensible audición
— Pecas?— Lance hablo quedito
— Que paso lance?, que ocurre? Lance donde estas, no me jodas saliste a enfiestarte, lance acaso no aprendes, charles va a estar muy molesto si se entera— un ruido de un golpe sonó antes de oír una nueva voz.

— Pecas?, pecas soy yo charles ven a acompañarnos la fiesta se esta poniendo muy buena, ven por favor pequitas, sii?— sergio podía imaginarse el puchero en los labios de Charles

Jodido lance engatuso al pobre charles, no podía dejarlos solos eran un desastre juntos y publicidad los mataría si se enteraban que andaban afuera y no descansando como deberían

— Esta bien, mándame la dirección, voy por ustedes —

— Que? Noo!!, pecas por favor solo unos cuantos tragos, nor iremos temprano lo juro—

— okey, okey pero mándame la dirección voy para allá — sergio dirá cualquier cosa para convencer al monegasco

—Espera....... ya te la mande, aquí te esperamos, te quiero pecas — Charles colgó no sin antes mandarle un beso sin más, sonando tan risueño.

Sergio rápidamente se levantó se puso unos pantalones y sus tenis.
Tomo las llaves de su coche y salió rápidamente de su hotel.


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No tardo en llegar a la dirección que le mandaron, fue tranquilizante ver que era un antro para gente pudiente no cualquiera entraba ahí, y los medios no eran permitidos, bendito lance no era tan idiota como pensó, estacionó su auto y se bajo de él.

Siendo ya casi la una no se veía mucha gente alrededor, rápidamente se dirigió a la puerta de entrada, lo reconocieron de inmediato y le permitieron pasar.

Quedo perplejo, afuera era una cosa diferente, pero adentro era otra, ni siquiera podia moverse, las luces lo cegaban, la música y las voces eran tan altas que le retumbaba la cabeza y el olor era fuerte estaba dividido entre perfumes costosos y alcohol caro.

Tratando de acortar el camino hacia sus amigos se habrio paso entre la multitud siempre llamando la atención, lo saludaban y regresaba el saludo, Sergio sabía cuál era el lugar favorito de lance y rapidamente se dirigió a él, el palco más caro y exclusivo evidentemente.

Cuando llego ahí lo recibió un charles muy, muy borracho y risueño, con la camiseta medio abierta — Pecas si veniste — Charles lo abrazo y le dio un sonoro beso en la mejilla

— Querido mira como estas, vamonos antes de que te pongas peor y quieras cantar el himno francés — Sergio hablo preocupado pero con una sonrisa.

— Pecas estoy bien solo que tome muy rápido y me emborrache fácil, te lo juro que me controlare — Charles le regalo una sonrisa brillante  — mira a lance esta igual de feliz — Charles le señalo a lance quien se encontraba en medio de la pista bailando con un chico igual de alto, lo reconoció era Esteban ocon

Solo una vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora