Capítulo 9: Plan

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Lia:

- ¿Dónde estabas? - volvió a preguntar Male de brazos cruzados al ver que yo no contestaba.

- Quise ir a tomar un poco el aire - dije nerviosa poniendo una excusa.

- ¿Toda la mañana? - preguntó Male - ¿donde estuviste Lia?.

Agaché la cabeza.

- Podes confiar en mí, ¿te acordas verdad? - dijo Male.

Me quedé mirándola fijamente, pensando en decírselo.

- Bueno, yo... - dije, tragué saliva y continué - estoy apuntada en el Linniers, un equipo de fútbol.

- Ya sabía que estuviste ahí, pero, ¿por qué no me lo dijiste? - dijo Male.

- No sé, al principio pensé que no iba a quedar, pero después fui entrando a los siguientes entrenamientos, y me daba pena decirte que te había mentido y... - me detuve al procesar lo que Male dijo - para, ¿dijiste que ya sabías que estaba yendo a jugar a la pelota?

- Si - dijo Male.

- ¿Cómo te enteraste? ¿Hace cuanto? - pregunté.

- Me enteré hoy - dijo Male - estaba en el mercado, comprando unas blusas y unos pantalones, que por cierto te compré unos rositas con estrellas que son campana y... bueno, que me voy del tema - dijo y continuó - se me acercó una señora que siempre pasa por la cancha del fútbol a ver a su nieto.

- ¿Quién es su nieto? - pregunté.

- Emmm, ¿cómo se llamaba? - se preguntó Male - ah ya se, Pancho Delgado creo que era.

- Si... ya se... - dije.

- ¿Algún problema con el? - dijo Male.

- No... no... - dije - Bueno, seguí contando.

- Y bueno, y me contó que jugabas re bien y que ibas a tener mucho futuro - dijo Male - y yo me quedé tiesa no porque yo ni me lo imaginaba.

- Perdón Male - dije.

- Te perdono mi ciela, pero lamentablemente yo no lo puedo dejar así, yo como una responsabilidad que tengo con vos te tengo que hacer pagar las consecuencias de tus actos - dijo - estarás castigada una semana sin salir por las tardes, solo para ir al colegio y al Linniers.

Pero yo tenía la cita con Danilo.

- ¿Y mañana puedo salir? - pregunté, ya que mañana a la noche tenía la cita con Danilo.

- ¿Mañana tenes escuela o Linniers? - preguntó Male.

- No... - dije.

- Entonces ya sabes la respuesta - dijo Male - no, por si no te había quedado claro no, igual no lo habías entendido o...

- Si lo entendí... - dije interrumpiendo.

- Bueno mi ciela, espero que me perdones pero te tenía que poner un castigo para que veas que lo hago porque te quiero - dijo poniendo su mano en mi hombro para luego irse.

Cuando Male cerró la puerta me tumbé en la cama, mirando hacia arriba pensando como carajo iba a hacer para estar mañana con Danilo.

Después de pensar tanto, quedé dormida.

Al día siguiente me desperté, no tenía Linniers, a si que fui a clase.

Quedé con Mariela, no sé porque no me daba buena espina, pero igual me tenía que acostumbrar a ella si quería tener una amiga.

- Hola Mari - le dije.

- Hola Lia, ¿cómo andas? - preguntó.

- Re bien - dije.

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