Me escabullí entre las sombras de los árboles, ya eran más de las diez de la noche y las calles estaban algo solitarias y solo unos pocos y valientes transeúntes caminaban tranquilamente. Al doblar la esquina para llegar a mi destino pude ver a un dealer que se escondía tras una barda, esperando por un próximo cliente. Al ver el tatuaje en su cuello pude ver que era uno de los míos, tan perdida estaba de la realidad que no sabía que tenía este barrio bajo mi protección, bueno, al menos me sentía más segura en ello.
Pronto llegué a mi destino y aprovechando que un frondoso árbol lograba ocultar el segundo piso de la casa a la que había llegado, comencé a levitar hasta encontrar una ventana y comenzar a buscar a mi objetivo. Podía escuchar a una mujer llorando y los gritos de dos hombres, uno de ellos era Alastor ¿Qué era lo que ocurria? Busqué con la mirada algún indicio de lo que estaba pasando, pero solo encontré una habitación en penumbra y el sonido de la puerta delantera cerrarse con fuerza, por el rabillo del ojo pude ver a su padre salir de manera rápida.
Al poco tiempo vi a una mujer de piel oscura entrar de manera lenta a la habitación que estaba observando, la pobre mujer lloraba amargamente y a mi nariz llego el olor de la sangre, ¿acaso estaba herida?
Detrás de ella vi a mi Alastor quien traía consigo un botiquín de primeros auxilios y le insistía a la mujer (que ahora sabía que era su madre) que se sentara en la cama y proceder a curar las heridas de su rostro. La pobre mujer gimoteaba de dolor cada que Alastor, con la más tierna y cuidadosa delicadeza, limpiaba el rostro de la mujer.
Por el tono de voz, pude saber que Alastor estaba enojado, le insistía a su madre de salir de aquel lugar, de dejar a ese hombre que decía ser su progenitor y de comenzar una nueva vida. Pero la mujer, como la mayoría de las mujeres que viven aterradas y con una enseñanza fuertemente arraigada al pasado, insistía en que era su esposa y era su deber estar con él, además de que no tenían un lugar a donde ir, estaban solos en esa ciudad.
No pude evitar suspirar de frustración por el pensar de aquella mujer, tristemente era algo que realmente no me gustaba. Si, venía del infierno y me encantaba llevar almas a mi padre, pero no podía evitar sentir enojo por la situación dolorosa que vivían aquellos humanos quienes merecían realmente el cielo, aquellas personas puras que vivían bajo un yugo de oscuridad. Siendo hija de un ángel caído, había en mí una bondad que no podía y no quería reprimir, la benevolencia por los más débiles siempre había sido mi tendón de Aquiles.
Volví a concentrarme en los dos humanos que había en la habitación, me pude dar cuenta de que Alastor ya había dejado dormida a su madre y había salido de la estancia. Lo comencé a buscar por las ventanas que había en el segundo piso y lo encontré en una habitación algo pequeña, aún estaba en la total oscuridad y solo podía verlo por la luz de la luna que entraba por la ventana.
El joven caminaba de un lado a otro, murmurando un sinfín de palabras y notando como llevaba sus manos a su cabeza, enojado y frustrado. A lo que pude entenderle estaba desesperado por encontrar un buen hogar para su madre y para él, pero su pobre sueldo ya no alcanzaba, ni siquiera con el segundo trabajo que tenía los fines de semana. Tristemente, había tomado la decisión de abandonar sus estudios para conseguir un trabajo de tiempo completo que le fuera más remunerable.
Espere hasta que por fin Alastor se había quedado dormido, entre sigilosamente a su habitación, aun manteniéndome invisible al ojo humano, lo veía dormir algo intranquilo, tal vez soñando lo que había acontecido con su padre. Pude ver que tenía un ojo morado y eso me molesto demasiado, aquel hombre se había atrevido a dañarlo.
Suspire, cansada, nuevamente el destino le volvía a dar una vida llena de violencia por parte de su padre, parece que la vida se divierte de que los escogidos por Azrael vuelvan a vivir la vida llena de miseria que les toco desde un principio. ¿Qué clase de broma de mal gusto era aquello? Se supone que tenían que tener otra oportunidad para vivir de buena manera, no volver al mismo espiral de dolor que ya había vivido.
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Tu recuerdo
FanfictionVerlo partir una vez fue doloroso, pero volverlo a encontrar muchos años despues logro que los sentimientos surgieran nuevamente. "¿A quien amas realmente?" Esa era la pregunta constante para Charlie, quien no sabia si amaba el recuerdo de alastor...