Capitulo V

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Había pasado cinco meses desde mi boda con Alastor, las cosas iban bien relativamente, desde aquel beso robado que tuvimos no habíamos vuelto a tener contacto, por más que intentara acercarme él retrocedía o de manera sutil cambiaba la conversación, me sentía un poco frustrada, pero aún tenía un año y medio para conquistarlo

Hoy era uno de esos días donde las cosas estaban tranquilas, demasiado para mi gusto. Ambas empresas estaban en calma y no tenía juntas ni nada por el estilo. Sabía que Alastor estaba en la universidad, así que fui a la biblioteca a leer un poco del grimorio que le había pedido a Stolas, últimamente estaba interesada por la astronomía.

El calor era sofocante y a pesar de tener aire acondicionado sentía mucho calor. Me quite el frac que tenía puesto y me quede solo en una camisa sin mangas, aunque la desabotone hasta la altura de mi pecho para sentirme más cómoda. Me senté en un sofá y comence la lectura, estaba tan inmersa en ella que no escuche cuando la puerta se abrió, solo sentí la mirada penetrante de alguien, lo que me puso en alerta.

- Alastor, querido, no te escuche entrar – Sonreí de manera divina al verlo, no podía negar que el verlo era toda una alegría - ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas en clase

- Las...las clases terminaron pronto, así que vine a estudiar un poco, perdón por interrumpirte, me retiro – Contesto nervioso a lo que no entendía el porqué, pero era magnífico tenerlo, aunque sea en la habitación

- No te preocupes, amor, puedes quedarte, no me molestas para nada – Le contesté con total sinceridad mientras lo veía indeciso de sí quedarse o no – No muerdo... si tú quieres – Y el sonrojo se instaló en su rostro, de verdad que era tan adorable verlo así, bueno hasta donde sabía nunca había tenido novia, era considerado alguien extraño por estar siempre solo y sus contantes golpes en el cuerpo, así que me imagino que el hablarle de esa manera le provocaba cierta vergüenza – Es broma, ahí está una mesa donde puedes hacer tu tarea, tienes toda la biblioteca para ti solo o si lo prefieres tengo una computadora que te puede servir

Alastor solo asintió casi de manera monótona y se instaló en la mesa que le comenté, traté de no mirarlo para no desconcentrarlo y volví otra vez a mi lectura donde leía capítulo tras capítulo, tratando de entender todos los términos utilizados y cada uno de los estudios realizados.

Había pasado casi dos horas cuando mi sombra, de manera discreta, me informo que Alastor había pasado más de la mitad del tiempo observándome, y con nerviosismo volvía a su trabajo. No pude evitar reír internamente por su actitud. Pero no aria ningún comentario, no quería ponerlo más incómodo de lo que ya estaba.

Recibí una llamada al celular de trabajo, ya decía yo que el día estaba demasiado tranquilo cuando me dijeron que algo había pasado en el laboratorio de las patentes. Me despedí de Alastor a lo que él me deseó buena suerte en mi trabajo y salí rápidamente de mi hogar.

Realmente no era una problemática muy grande, lo que había pasado en el laboratorio, era algo sin importancia, pero debía admitir que hicieron bien en llamarme, me hubiera molestado si el problema no se me hubiera informado a tiempo antes de escalar a mayores rangos.

Como aún era temprano, pase al hospital a visitar a mi querida suegra, Alastor iba casi todos los días a verla, pero yo por trabajo no iba tan seguido. Compre un ramo de flores grandes, sabía que le gustarían en cuanto llegue vi la cara de sorpresa de la mujer al verme. Me contó que Alastor había ido a verla después de salir de clases y me disculpe con ella por no poder ir tan seguido. Estuvimos platicando por largo rato, la mujer era muy amable y dulce, me daba cuenta de donde Alastor había sacado sus encantos, me despedí de ella no sin antes decirme que por favor cuidara de su hijo, que en ocasiones no sabía cómo reaccionar ante situaciones y que, aunque sabía la verdadera naturaleza de nuestro matrimonio, él me quería.

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