A un amor anónimo
Un día como cualquier otro, creí que todo iba a ser normal. Sin embargo, ese día conocí al amor más grande que tendría en mi vida, pero también al más imposible. Fue el hombre que me enamoró con una mirada, sin pronunciar una sola palabra. Al verlo, sentí un clic, y al extender su mano para saludarme, una corriente de emociones recorrió mi cuerpo.
En ese momento, no comprendí lo que me pasaba. A pesar de haberme enamorado antes, nunca había experimentado algo similar. ¿Sería que mi instinto sabía que con él no podía pasar nada? Quizás por eso mi cuerpo reaccionó de esa manera al sentir su mano tocar la mía. Aún cierro los ojos y regreso a ese instante. Mi cuerpo sigue reaccionando de la misma forma; siento cómo mi sangre corre con más fuerza hasta llegar a mi corazón, acelerándolo como si quisiera salir en busca de él.
Decidí poner la razón por encima de cualquier sentimiento, consciente de que lo nuestro era algo imposible. Aunque me sentí mal al principio y traté de convencerme de que estaba equivocada en sentir de esa manera, opté por alejarme y crear distancia entre nosotros.
Pasaron varios meses en los que luché por convencerme de que todo había sido simplemente la emoción del momento, negando cualquier sentimiento hacia él. Sin embargo, no podía ignorar el miedo que me invadía al pensar en volver a verlo, sabiendo que el amor aún latía dentro de mí.
Regresé al lugar donde sabía que nos encontraríamos de nuevo, convencida de que solo sentiría alegría al verlo, sin imaginar lo que el destino tenía preparado para ese instante. Cuando llegó y me saludó con un beso en la mejilla, sentí cómo su contacto quemaba mi piel. En ese instante, deseé abrazarlo, mirarlo a los ojos y gritarle un 'te amo' cargado de la misma pasión que recorría mi ser.
Mi piel se erizó intensamente, temiendo que él pudiera notar las ansias contenidas de besarle en ese momento. Fue entonces cuando reaccioné y recordé la prohibición tajante que impedía cualquier acercamiento con ese hombre.
Los años pasaban y el sentimiento apasionado que albergaba en mi interior crecía sin control, llenando cada rincón de mi ser. Ya no podía ni quería contenerlo; aquel hombre se había adueñado por completo de mi corazón.
Aprovechaba cada oportunidad, cada instante, para acercarme a él y sentir el roce de su piel contra la mía, desatando un torbellino de emociones que corrían desenfrenadas por cada célula de mi cuerpo. En un momento especial, pude tenerlo tan cerca que nuestros rostros se encontraron, y al mirar fijamente sus ojos, percibí una pasión reflejada en su mirada. Sin embargo, ambos éramos conscientes de lo incorrecto de aquella situación y nos alejamos de inmediato.
El juego de miradas se intensificaba con cada encuentro; buscaba la oportunidad de cruzar miradas con él y notaba cómo su atención ya estaba puesta en mí. Sentía un nerviosismo emocionante que me asustaba, pero, al mismo tiempo, disfrutaba profundamente.
Intenté enfocar mi atención en alguien más, en alguien con quien sí podría estar, alejándome por mucho tiempo de ese amor imposible. Busqué la felicidad y traté de borrar cada recuerdo de ese hombre de mi corazón, pero fue en vano. No logré encontrar la plenitud con otra persona, pues él seguía presente en cada rincón de mi.
Si me preguntaran si aún estoy enamorada de él, sin dudarlo respondería que sí. Lo amo con una pasión que a veces me asusta por la intensidad de mi deseo hacia él. Aunque desearía un final feliz para este amor, solo el destino conoce el camino que tomará. Sé que, aunque pasen los años, mi amor por él nunca se desvanecerá.
Al volver a verlo, descubrí que este sentimiento ha crecido aún más. Me aterra ser descubierta, pues mi rostro y mi sonrisa traicionan mis emociones cada vez que lo veo.
Sé que quizás te invade la curiosidad por saber quién es el protagonista de esta historia, pero es un amor tan prohibido en mi vida que he decidido llamar a mi relato 'A un amor anónimo'."
Aurora: Martha Liliana Lara Orozco
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A un amor anónimo
RomansaEsta es una historia que cuenta la pasión que hay detrás de un amor imposible.