Usagi salió a la cubierta para ser saludada por una fría bofetada de viento. Podía sentirel vivo sabor del salobre mar en vez del olor a almizcle y antigüedad de la madera mojaday las vigas quemadas.
Las gaviotas chillaban sobre su cabeza y las velas flameaban, oscilaban y se hinchaban dándole la bienvenida.
Abrazando las zapatillas y las medias, se quedó allí de pie por un momento y se deleitó con la libertad… el viento azotándole la espesa cabellera enredada y pegándole las faldas contra las piernas desnudas, la helada llovizna de espuma de mar aguijo neando sus mejillas y haciéndola sentir más viva de lo que se había sentido desde que Mamoru la había besado.
Hasta el sol le hizo un guiño asomándose detrás de una ondulada nube blanca. Por todas partes se podía ver el mar de un verde plateado, y el claro cielo azul con solo una o dos nubes yendo a la deriva, y no se divisaba tierra en el horizonte, sólo el espejado reflejo cristalino del brillante sol despuntando desde el agua de mar.
Sonrió y caminó hacia la protegida escotilla, donde se sentó en la suave madera y comenzó a enrollar las medias. Gus subió las escaleras pisando fuerte y una vez que estuvo en la cubierta patinó hasta detenerse. Se sentó cerca de la escotilla, esperando con una canina sonrisa en el poco agraciado rostro.
No más de un minuto después la cabeza mojada de Mamoru asomó por la trampillaentre los maderos. Gus se levantó de un salto y se sacudió hasta la última gota de agua de su lanudo cuerpo, oscilando y sacudiéndose como si se estuviera librando de pulgas en vez de agua.
Mamoru observó a Gus ignorar las susurradas maldiciones de Mamoru y trotar hasta echarse cerca de ella. Parecía que Mamoru hacía brotar lo peor de Gus. ¿O era al revés? Se encogió de hombros y se deslizó una media blanca por la pierna, haciendo una pausa para lentamente atar un liguero azul con un perfecto lazo. Cuando acabó de hacerlo, le dio una pequeña palmada y se volvió .
Tarareando las románticas notas de una sonata, tomó la otra media y se inclinó para deslizarla sobre el pie desnudo, meneando los dedos del pie en un último gesto delibertad antes de que los confinara otra vez. Se subió la media y casualmente miró en dirección a Mamoru.
Se quedó muy quieta. Él ya no estaba mirando a Gus. Siguió la ardiente mirada justo hasta sus piernas. Mordiéndose el labio, despacio y con cierto temor, examinó la cubierta. La tripulación estaba congelada en el lugar, cada hombre luciendo en el rostro una expresión exactamente igual a la de Mamoru.
Desafortunadamente, el barco no estaba congelado en su sitio. Tironeó de su falda, bajándosela, pero ya era demasiado tarde. Las velas se hincharon y se hincharon…. y se hincharon hasta que las gruesas cuerdas se resbalaron de las manos de un ayudante. Las cuerdas dieron salvajes latigazos por las ajorcas del mástil y rizaron con el vientocomo los bucles del cabello de una sirena.
Las velas se enrollaron entre ellas, batiéndose con fuerza, luego se hincharon separándose y volando hacia el exterior para revolotear sobre la cubierta. Hubo un grito. El mástil crujió. Alguien maldijo.
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Soñando (2° libro de brujas)
Historical FictionSoñando: es el segundo libro de la serie brujas (Serenity Aprediz De Bruja). Así que si no has leído el primer libro de invito a que lo leas para entender mejor esta historia. La historia de un obstinado lord y una vivaz muchacha que se traban en u...