¡Qué inocente fui cuando me reí de la vida!
Aquella injusta, que borra sonrisas
y la convierte en dolor.
Tengo lágrimas negras para llorarte,
para amarte, para olvidarte...
Pero entonces te recuerdo, reconozco
aquella daga en tu pecho,
esa que hundo una y otra vez.
La vida se molesta cuando niego sonreír.
Me dice que debo amarte, que debo
[obedecer.
¡Ahí está de nuevo, con su gesto irónico!
Lecciones obligadas que no quiero.
Tocarte, sentirte, quiero violarte con amor.
El amor es mi mejor enemigo. Aquel vigilante
injusto que me analizó, y lo seguirá haciendo
hasta el fin; te recuerdo, aquella sonrisa,
la forma de sus poros,
cuencas que hundí una y otra vez.
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SELECCIÓN [POEMAS]
PoesíaLos pactos son frases, las frases, poemas. Los poemas son...