DESEO - Yungi (corrigiendo)

Último Extra

—Cariño... ¿hacía falta alquilar todo el hotel entero?

—Claro que sí, necesitamos nuestra privacidad.

—A veces no llego a entenderte... —dijo en un suspiro Yunho.

Ambos habían decidido tomarse unas vacaciones, ya que llevaban un tiempo algo distantes por el trabajo. Entonces el mayor tuvo la maravillosa de cogerse unas vacaciones junto al menor, al fin y al cabo, siendo el jefe podía hacer lo que le diera la gana.

Así que así es como acabaron en uno de los hoteles más lujosos del país. Yunho estaba encantado con la idea de poder volver a dedicar su tiempo junto a su esposo, pero no se imaginaba que este alquilara todo el santo edificio solo para ellos dos. Es de locos aquello.

—En serio, no tenías que haber hecho esto —le recalco el castaño.

—Oh, por supuesto que sí. No necesito a nadie más que no seas tú, te quiero solo para mí. —Bien, eso hizo sonrojar al menor.

Obviamente no se encontraban solos, también habían personas que trabajaban allí mas el personal de estos.

Se dirigieron a su suite que se encontraba en uno de los pisos mas altos del edificio.

Y vaya con esa habitación.

Simplemente era preciosa, por no decir que también era enorme. Oh Dios, la propia habitación tenía una piscina. Que locura.

Todo se veía realmente acogedor y los muebles modernos se veían muy bien en esta. Al parecer Mingi sabía exactamente cómo complacerlo.

Cuando el personal dejó las maletas en el lugar, desaparecieron tras la puerta, cerrándola.

—Realmente esto se ve increíble —dijo con asombro el menor.

—¿Te gusta, corazón? —preguntó Mingi acercándose a él para rodear sus brazos por la cintura contraria y depositando un tierno beso en el mentón. Yunho hizo un sonido de afirmación apoyándose en él y dejando su cabeza en el hueco entre su cabeza y clavícula—. Pues todavía no has visto nada, ven conmigo.

Yunho algo confundido le siguió. Los dos se dirigieron a otra habitación que sr trataba del baño. Y el menor no se pudo quedar mas asombrado.

Habían unos increíbles ventanales donde se podía presenciar toda la gran ciudad, pero eso no era lo mejor, también había un gran jacuzzi, justo en frente de las ventanas.

Encima, al lado de esta, habían un par de copas y una gran botella de vino. Todo lo que se le estaba viniendo en mente al menor...

—Mingi hyung, esto es realmente maravilloso —le dijo Yunho bastante emocionado—. Me muero de ganas por probar el jacuzzi.

—Y yo cielo, pero primero vamos a cenar algo, ¿te parece bien?

—Claro —le dio un cálido beso en los labios.

(...)

Estuvieron caminando por un largo rato por el hotel, este era bastante grande y tenía muchas cosas, como si fuera un centro comercial. También habían muchos restaurantes, pero Mingi ya tenía claro a donde llevaría a su esposo. Había hecho una reserva en un sitio bastante elegante.