8-Besalo

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—Ya pueden empezar con el trabajo.—Dijo la miss y yo y Emma nos volvimos a mirar.

—¿De que lo hacemos?—Dijo ella.

—Uhhh, ni idea.—Dije.

Nos pusimos a pensar hasta que ella tuvo la mejor idea.

—¿Lo hacemos del Boquita?—Preguntó ella ya que sabía que los dos eramos re bosteros desde chicos.

—Dale.—Dije y ella apuntó en su cuaderno "tema-Boca juniors"

—Pues hacemos esto, vos escribís lo que sabes y yo igual y después lo juntamos todo, ¿va?

Yo asentí y me puse a escribir lo que sabía del mejor equipo en una hoja.

Una hora después

Acabé de escribir y vi a Isa con la cabeza apoyada en la lapicera durmiendo.

—Che pelotuda.—Le agite la cabeza y se levantó rápido.

—Perdón, Es que tardabas mucho.—Dijo frotándose los ojos.

—Bueno, dale compara vos.—Dije pasándole mi hoja.

Ella empezó a leer el suyo, que eran tres páginas enteras y luego pasó al mío, que nada más empezar me miró mal por según ella "tener mala ortografía".

—Boludo no entiendo nada, tiene mejor letra Emilia que vos.—Dijo estresada.

Rodé los ojos y siguió leyendo mientras corregía con bolígrafo verde.

Me aburría así que mi puse a mirar a la gente de la clase.

La maestra estaba sentada en su escritorio con cara de orto corrigiendo alguna cosa, Valentín, un amigo que hice en la fiesta junto a muchos más, estaba hablando con Hugo de cualquier cosa menos el trabajo, Paz estaba rodando los ojos a cada rato, ya que le había tocado con Ana, una pelotuda re pick me, Isabela estaba escribiendo al igual que Tobías, un pibe re chetado, y los demás no sabía quién eran, así que volví mi mirada a mi trabajo, el cual era más verde que azul.

Unos minutos después, Emma me miró y entrecerró los ojos.

—Tremendo sorete boludo.—Dijo y la miré mal.

—Al menos soy lindo, eso me salva.—Dije en joda.

—Es más lindo un negro bailando cumbia que vos.—Contestó y yo rodé los ojos, que racista.

—Si estás re enamorada boluda, no te hagas.—Dije para molestarla, pero no funcionó.

—Ese sos vos.—Dijo y soltó una risa.

—¿Apostamos?—Dije.

—¿El que?—

—En quien besara primero al otro.—Dije y extendí la mano en forma de trato.

Ella asintió con su cabeza y estrechamos las manos.

Después de eso, seguimos haciendo el trabajo hasta que sonó el timbre y horas después, volvió a sonar para indicar que ya podíamos irnos.

Llegue a mi casa y agarre los macarrones de la nevera y empecé a comer sin esperar a nadie, igual tampoco tenía que esperar a alguien pero bue.

Termine de comer y me subí a mi pieza a dormir un toque.

Emma Cáceres

Me levanté después de dormir unas dos horas y le mandé un mensaje al cucaracho.

Me levanté después de dormir unas dos horas y le mandé un mensaje al cucaracho

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