Jeff
—¿Yo? ¿Te estoy diciendo que Hemmawich solo te está usando para su agenda política, y estoy siendo ridículo?
Way puso los ojos en blanco. —Sí, estás siendo ridículo. Has estado despotricando sobre él durante una hora, pero no veo ningún problema con sus acciones. No hay nada de malo en preocuparse por lo que la gente pensaría de nuestro noviazgo. Sería peor si no le importara. Después de todo, es un futuro rey —Way sonrió soñadoramente—. ¿Puedes imaginarme como el consorte de un rey?
—¡Agh! —exclame con frustración, arrojando una almohada decorativa a la cabeza de Way —. ¿Me estás escuchando siquiera? ¡No solo le importan las opiniones de la gente! ¡Esa es la única razón por la que te está cortejando!
—Estoy seguro de que no lo es. Era muy encantador y atento cuando bailamos.
—Estoy seguro de que lo fue. Pero es falso, Way. Mira... —Camine hacia Way y me senté a su lado. Tome sus hombros entre mis manos, mirándolo a los ojos: —Sé que lo que dijo no fue nada terrible, pero es con cómo lo dijo con lo que tengo un problema. Era como mirar a una persona diferente: fría, calculadora y desalmada. Dijo que 'lo hará', como si estuviera comprando algo. ¿Cómo puedes estar de acuerdo con eso? ¿Estás tan cegado por su apariencia y título? Mereces más. ¿No quieres un marido que te quiera?
Way sonrió un poco. Tomando mis manos entre las suyas, las apretó. —Por supuesto que quiero ser amado. Pero creo que el amor llegará con el tiempo. Está perfectamente bien que no esté enamorado de mí todavía. Tampoco estoy enamorado de él. Pero estoy seguro de que sucederá a medida que pasemos más tiempo juntos. El amor lleva tiempo, Jeff. No podría soñar con un mejor pretendiente. Era perfectamente encantador, es el hombre más guapo que he visto en mi vida y huele bien.
Fruncí el ceño. En momentos como este, odiaba que mis supresores me privaran de las entradas sensoriales normales. —¿Son compatibles?
—Podríamos serlo —respondió Way—. Huele lo suficientemente bien como para hacerme querer inhalar más su aroma —Él se encogió de hombros—. No es que tenga experiencia con esas cosas. Claro, no se parece en nada a esas novelas de mala calidad, mi cuerpo no se incendia automáticamente cuando estamos cerca, pero eso probablemente no suceda en la vida real.
Desvié la mirada.
—Espera —dijo Way—. ¿Te pasó eso con tu...?
—No quiero hablar de eso —dije, cruzando los brazos sobre mi pecho.
—Vamos, no seas mojigato.
—No estoy siendo un mojigato —espete—. El vínculo duele cuando pienso en él, ¿de acuerdo? El brillo curioso en los ojos de Way desapareció, reemplazado por lástima. Casi fue peor.
Fruncí los labios y me mire las manos. —De todos modos —dije—. El hecho de que huela bien no lo convierte en una buena persona. Él es un...
—Bastardo de dos caras, frio y sin corazón —dijo Way con una sonrisa de sufrimiento—. Ya lo dijiste. Diez veces.
—Bien, no me escuches y que te rompan el corazón.
—Gracias por preocuparte por mí, de verdad —dijo—. Pero no deberías. No es tu trabajo. Eres mi hermano pequeño y es mi trabajo preocuparme por ti, no al revés.
—Eres sólo un año mayor —replique.
—Aún mayor que tú —respondió Way—. Mira, te prometo que prestaré más atención a todo lo que diga el duque, pero realmente no tienes nada de qué preocuparte —Él sonrió—. Es perfecto, hermano.
