Capítulo 7

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La madrugada era gélida después de la tormenta que había caído durante toda la noche, tan gélida como el ambiente en el interior de aquel vehículo en el que hasta respirar parecía inapropiado. El señor Song dejó de intentar entablar una conversación después de la tercera vez fallida y se concentró en llegar lo más pronto posible sin ningún accidente. Para cuando estacionó en el garaje de su casa, salió rápido del auto y tomó una gran bocanada de aire que expulsó después con algo de dramatismo. Se le hacía extraña la relación de su hijo con Yunho, no parecían muy cercanos o muy amigos, pero no dijo nada; procuraba no meterse mucho en los asuntos de Mingi, después de todo ya era una adulto. 

── ¡Al fin! ──exclamó, y se apuró a abrir la puerta del copiloto para ayudar a su hijo a bajarse. Yunho ya estaba a un lado del auto, esperando por los dos, debatiéndose si ofrecer su ayuda o librarse de recibir un manotazo por parte de Mingi──. Adelante, muchacho, sigue sin pena. Estás en tu casa. 

Mingi cruzó miradas con él al pasarle por el lado, iba colgando de su padre, solo le faltaba ser llevado en brazos a pesar de ser más grande que su papá, todavía inquieto con la idea de tener a Yunho en su propia casa por todo lo que quedaba de la noche. 

── ¿Y dónde se supone que va a dormir? ──preguntó, sin ocultar su molestia. 

── Puedo dormir aquí abajo en el sofá. ──contestó Yunho, recordándole que estaba presente. 

── ¡No! ¿Cómo crees? Puedes.... Hm, puedes usar la antigua habitación de Soojin. Aunque... Hace tiempo que no se hace aseo allí, estará algo polvorienta.

── ¡NO! ──exclamó Mingi de inmediato, separándose del lado de su padre para caminar por su cuenta hacia la sala──. Yo dormiré ahí, él que duerma en mi habitación entonces. ──sabía que fácilmente podría dormir en la sala si su padre no estuviera obsesionado con sus finos muebles en los que no dejaba que ni siquiera él se sentara. 

── Tú tampoco deberías dormir ahí, con todo ese polvo y tu herida... No es buena idea. ──replicó el mayor, pensativo, cavilando sus ideas hasta que algo pareció encenderse en su cabeza y entonces los miró a ambos con una gran sonrisa──. ¡Puede usar la bolsa de dormir para acampar! 

── Bien, entonces que duerma aquí en la sala, en la bolsa. ──decidió Mingi, avanzando hacia las escaleras que daban a la segunda planta para irse a la cama. 

── No, la sala es muy fría. Dormirá en tu habitación, con calefacción. Sube, muchacho, síguelo y ahora te subo mantas y almohadas. ──le indicó a Yunho, dándole unas palmaditas en la espalda para instarle a caminar hacia las escaleras. Nadie estaba más incómodo que él, se arrepentía de no haber insistido en quedarse en el hospital, y de haber pensado, en algún momento de la noche, que sería divertido fastidiar a Mingi. 

── Camina. ──le gruñó el pelinegro, mirándole desde el pie de la escalera y echando a andar sin esperarlo más tiempo, subiendo los escalones de dos en dos. Su cuarto era un desastre, tenía ropa sucia en el suelo, en la silla frente a su escritorio, paquetes de comida y una colección de vasos en su mesita de noche. Yunho quería salir corriendo, Mingi podía verlo en su rostro y eso le hizo reír; al menos no estaría tan a gusto él tampoco. Se dirigió hasta el escritorio y agarró su cargador para conectar su teléfono y dejarlo cargar mientras iba por una toalla para darse un baño──. No toques nada. ──le advirtió, Yunho le respondió levantando su dedo medio hacia él. 

Por supuesto que iba a tocar. No soportaba tanto desorden, no dormiría en ese cuchitril, no le importaba si él mismo tendría que recoger todo; y así mismo hizo, a pesar de sus golpes y del dolor, levantó trapo por trapo, cada prenda desperdigada en el suelo y las arrojó en el cesto de que vio más cercano, hizo lo mismo con los empaques de chucherías, botándolas en la pequeña papelera junto a su escritorio. Era increíble cómo aún teniéndola allí mismo, no era capaz de desechar la basura debidamente. 

𝗟o𝘃𝗲 𝗧𝗲𝘀𝘁 (Pausada)Where stories live. Discover now