_CUATRO_

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-Ese mes había llegado un residente temporal a la zona, decían que era una mujer joven muy hermosa de rasgos latinos y de muchos conocimientos, la verdad no le tomamos tanta importancia hasta que un día cuando regresábamos de la escuela milagrosamente mis padres no habían ido por nosotras así que nos fuimos por otro camino más largo.

Hanna y yo seguíamos caminando rápido Hanna tenía su cuaderno de dibujos a la mano pero por una piedra se tropezó y se cayeron varios de sus dibujos.

-Valla deberías de tener más cuidado-. Una mujer se había acercado a nosotras y ayudo a Hanna a recoger varios de los dibujos y se los entregó.- Deberías tener más cuidado podrías lastimarte peor-. La mujer era muy amable y hermosa y supuse que era la nueva residente.

-Gracias-. Hablé rápido para después jalar a Hanna del brazo e irnos .

-Despues de eso nunca pensé que nos la volveríamos a encontrar-.

-Bueno chicos ella es la señorita Nora la Rosa Martínez, ella estará impartiendo unas pequeñas pláticas sobre el abuso y la violencia además de que la sociedad escolar le pidió de favor que diera las clases de historia en lo que la maestra Dalia se recupera de su lesión en el tobillo.

-Buenos días a todos espero serles de gran ayuda-. Nos dio una sonrisa amable, en verdad era muy hermosa.

-Esa semana nos había dado las pláticas sobre violencia física, social y psicológica, mientras que los abusos de parte de mis padres nunca paraban; mi madre le lanzó agua hirviendo a Hanna había recibido una quemadura de segundo grado en la parte de su pecho y yo al tratar de defenderla recibí un golpe que me dejó morado el pómulo y a la mañana siguiente todos nos ignoraron como siempre menos ella.

-¡¿Pero que les ha sucedido por dios?!-. De verdad se veía muy preocupada.

-No ha sucedido nada miss, solo me resbale -. No se vio muy convencida.

-Esto es un hematoma, no se hace con una simple resbalada-. Miré hacia otro lado evitando su mirada.- ¿Quién te lo hizo?-.

-Nadie me lo hizo miss me resbale-.

-La inflexión en tu voz, la evasión de tu mirada, el hecho de que tienes un hematoma causado por un impacto fuerte junto con una marca de un rasguño además de que tu hermana no ha dejado de tocarse el pecho indica que algo les sucedió-. No sabía que decir y cuando estaba a punto de hablar otra vez el estómago de Hanna rugió, no habíamos comido desde ayer.

-¿Nos ayudará?-. De verdad quería llorar pero debía ser fuerte por Hanna.

Angel estaba a punto de llorar pero parece que se contuvo.- Le conté todo y me creyó dijo que iba a hacer algo al respecto sin embargo las maestras querían pararle pero solo supe que les dio una buena regañada, no se que pasó después, nos entregó unos broches diciendoles a todos que eran por haberla recibido tan cordialmente, también nos entregó unos a nosotras pero a nosotras nos dijo que esos broches eran especiales para nosotras, no supimos nada más, nuestros padres seguían con los abusos y una semana después cuando me estaban dando una golpiza varios policías entraron.

-¡Isabella y Norman Jones quedan arrestados por abuso infantil!-. Escuché gritar a Nora corrió hacia mi y me abrazo fuertemente.- Tranquila tesoro ya están a salvo, ¡Traigan una camilla!-. Vi que estaba buscando a Hanna.

-E-Esta en el armario-. Dije débilmente los doctores fueron y me sentaron en la camilla, ella corrió abriendo puertas hasta que por fin la encontró teniendo uno de sus ataques de ansiedad, vi que la abrazó y la comenzó a arrullar, queria llorar por fin éramos libres, los paramédicos me llevaron y me revisaron en la ambulancia y luego vi a Hanna siendo cargada por Nora, ella se acercó a mi y me dio una sonrisa.- Ya nunca les volverán a hacer daño-. Me abrazó junto con Hanna, esto no se sentía real y empecé a llorar junto a Hanna las dos nos vimos y nos abrazamos, cuando estábamos más tranquilas Nora habló.- No se preocupen por nada más, si ellos les quieren volver a hacer daño yo las protegeré-. Hanna parecía que quería hablar pero no le salían las palabras y Nora solo hizo una seña que Hanna imitó.- Esto significa protección-.

-Despues de eso llevaron a mis padres a la corte y les dieron diez años de prisión, una orden de alejamiento y una orden para que fueran destituidos de nuestro cargo, el gobierno nos tenía en un orfanato sin embargo Nora nos adoptó dijo que nos quería brindar una buena vida y que se había encariñado de nosotras, no sé en qué momento la empecé a llamar mamá pero no me arrepiento, de verdad me hubiera encantado que Hanna y yo fuéramos de su vientre y haber tenido desde el principio a Nora como mi mamá. Estábamos bien las tres juntas pero luego nos enteramos que a mis padres pagaron su fianza y por su buen comportamiento los dejarían salir, mi mamá no le tomo tanta importancia y seguimos en Estados Unidos hasta que mis padres biológicos nos encontraron y nos querían llevar; que bueno que mi mamá estaba con dos de sus colegas que eran policías y los corrieron, después nos fuimos a México ahí conocimos mucha gente nueva y nos enseñaron español rápidamente, nos sentíamos tan cómodas ahí pero de nuevo esos señores llegaron y lo malo de ahí es que en ese encuentro mi madre salió herida, un colega suyo le dijo que está mansión estaba abandonada y a un buen precio así que la compró con ayuda de su familia para que pudiéramos estar más tranquilas y aquí nos tienes.

_FAMILY_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora