Capítulo 4

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Al día siguiente, tal como dijo Soobin, los esperaba en la entrada del hotel para dirigirse a desayunar y visitar otro lugar. Lo cual se repitió por los siguientes cuatro días.

En esos cinco días visitaron parques, un río, una pequeña feria, muchos diferentes restaurantes y cafés, y plazas comerciales. 

La feria, la cual visitaron el tercer día, fue un evento especial en la ciudad. Había algunas atracciones, como un gran barco pirata que se balanceaba de un lado a otro, en el cual se subieron los tres sumamente emocionados. El tímpano de Soobin casi se revienta ese día, descubrió que Beomgyu era aún más gritón en persona. Yeonjun parecía acostumbrado a soportar los altos decibeles que desprendía las cuerdas vocales del menor, así que a Soobin sólo le quedó imitarlo y gritar también. Sin embargo, incluso jugando canicas o disparando con una pistola de juguete al blanco, Beomgyu seguía gritando como desquiciado. Tal vez no fue lo mejor para la salud de sus oídos, pero Soobin sabe que sin Beomgyu el ambiente no sería lo mismo y no se hubiera reído tanto como lo hizo.

El sexto día, un martes, Soobin, quien se encontraba esperando fuera del hotel, tenía una idea diferente.

—Beom —saludó a su amigo.

—Hey, ¿qué haremos hoy?

—Estaba pensando en todo lo que hemos hecho estos días, y me dí cuenta que no has conocido mi casa, ni a mi mamá.

Beomgyu cayó en cuenta.

—¡Cierto! Le debo un almuerzo a tu mamá, ella también quería verme cuando viniera a visitarte y se lo prometí en una de nuestras videollamadas —dijo haciendo un puchero.

Soobin asintió.

—Primero los llevaré a conocer mi departamento y para el almuerzo iremos con ella.

Caminaron hacia el edificio de Soobin, en el camino entraron a un café a desayunar. Luego de comer, caminaron 10 minutos y ya se encontraban entrando al edificio.

Era lindo, todo estaba ordenado y limpio; Beomgyu sabe cuánto trabajó su amigo para poder conseguir un buen trabajo y costearse un departamento para independizarse, por lo que se sintió orgulloso de él.

—Bienvenidos a mi humilde choza. ¿Quieren usar el elevador o las escaleras? Estoy en el cuarto piso.

—Las escaleras están bien —contestó Yeonjun.

Al llegar al cuarto piso, Soobin se dirigió a su puerta y la abrió, dejando que los otros dos pasaran primero. 

—¿Qué les parece? Sé que no soy decorador de interiores, pero hice lo que pude —dijo algo tímido.

—Nada de eso, te quedó muy bien. Me gusta, incluso me gustaría vivir en un lugar así —respondió Beomgyu mientras observaba.

Contaba con una sola habitación, por lo que el departamento estaba diseñado para una persona, por eso mismo, no era demasiado grande, pero tampoco era tan pequeño. La decoración iba desde fotos familiares, hasta pequeños posters de películas y videojuegos. En el centro de mesa de la sala de estar, había una planta de tamaño mediano; se veía bien cuidada.

Beomgyu dió un grito ahogado.

—ESE ES JORGE —dijo y apuntó hacia la planta dramáticamente.

—¿QUÉ? —Yeonjun abrió los ojos con sorpresa (y algo de pánico) buscando lo que Beomgyu señalaba.

—Por fin se conocen —dijo Soobin con una sonrisa.

Yeonjun iba a perder la cabeza si no le decían de quién hablaban.

Inmediatamente, Beomgyu se arrodilló junto a la mesa de la sala y tomó una hoja de la planta y la sacudió despacio, como si estuviera estrechando la mano de alguien.

Moonlight on usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora