Desliz - Víctor Dávila

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Mor fo lo gía

La morfología corporal es el estudio de la estructura del cuerpo humano, órganos o sistemas y sus características principales.

Este ramo me está costando la vida.

¿Qué hice para no entenderlo?

Habían pasado dos semanas desde que habíamos sido eliminados en la Copa América.

Dos semanas de ese encuentro que probablemente Víctor ya no tenía recuerdos de mí.

Ese día solamente sonreí y le respondí un “no”, pero rápidamente salí porque ya me estaba dando un ataque de introvertida.

«Víctor» sonreí tontamente.

—Hija —entró mi papá con una bandeja —¿Aún no puedes empezar a redactar eso?

—No papi, me ha costado un montón y gracias por el desayuno —sonreí y le di un beso en la mejilla.

—Cuando estudiaba en la universidad también me costaba este módulo, pero no te estreses hijita. Deberías empezar con otra cosa y luego lo retomas, no te calientes la cabeza sólo con eso —me hizo cariño en la cabeza y se levantó de la cama —Lo otro, hoy iré a un restaurante con los chiquillos como despedida de la copa ¿Quieres ir? —preguntó apoyándose en el marco de la puerta.

Esta era mi oportunidad.

—Está bien, me servirá para la distracción.

—Tienes que estar lista a las tres de la tarde

Asentí con la cabeza y se fue.

Me gustaba quedarme aquí, mi papá había comprado esta casa con unos amigos en la copa del dos mil dieciséis.
De vez en cuando se ponían de acuerdo para venir y no toparse. Era como una casa de veraneo.

•

Como hacía calor, solamente me bañé, me puse un vestido, me maquillé un poquito y unas ondas en el cabello.

Espero que vaya.

Un auto nos pasó a buscar y nos dejó en el restaurante. Se veía que una simple pasta costaba fácilmente unos sesenta dólares.

Ya habían algunos jugadores con sus parejas, nos sentamos en una silla y empezamos a pedir.

Llegó pulgar peluseando con Igor y Víctor.

Ahí estaba el, tan lindo.

Cuando me vió me sonrió y me saludó con la mano, le devolví el gesto.

—No, con ese no, ni con nadie de acá —me advirtió mi papá.

—No he hecho nada —susurré.

—Tú sabes como son ellos, tienen mujeres en todos lados. Sólo te romperá el corazón.

—Entendido papi

Igual solo lo encontraba bonito, no es como que vaya a hacer algo más.
Creo.

Las miradas en la comida eran inevitables, tanto, que hasta dejé de comer porque estaba muy avergonzada, no quería que me viera comer. ¿Y si algo se me pegaba en mis dientes?

Lo que callamos las introvertidas.

—Necesito un momento —Gareca tomó una copa para brindar —Prometo que no siempre será así, lamento que no podamos haber pasado. Sé que todos aquí dieron lo mejor, también sé que si los acompaño a otra próxima Copa América ya varios estarán retirados —miró con nostalgia a Claudio y a Isla —Pero otra cosa importante que también sé es que hay muchos chicos nuevos que serán excelentes jugadores.

Tomó un tiempo para seguir hablando.

—Recuerden que somos instantes, tenemos que pasarla bien mientras podamos. Me importa mucho que crezcan como jugadores pero más que crezcan como personas. Lo hicimos bien apesar de todas las injusticias. Nos vamos con la frente en alto. Salud! —brindamos y tomé un sorbo de champagne.

Después de comer, mi papá estaba ocupado conversando con el equipo técnico, así que fuí un rato a la terraza del restaurante y me senté en unos de los sillones.

—Hola otra vez —Victor se sentó al frente mío.

—Hola —lo miré alegre.

—No sabía que eras hija de don Cristian, o sea jamás me imaginé. Solo conocí a Esteban hace unos dos años.

—No tenías como saberlo, yo vivo acá en Estados Unidos —desvié la mirada.

—Bueno ahora lo sé —sonrió con su perfecta sonrisa —¿Cómo has estado?

—He estado bien, gracias... ¿Tú has estado bien? después de la eliminación

—Creo que no salí de mi pieza como en tres días, me sentí decepcionado, pero ya está superado. Tengo que irme a Rusia otra vez

¿Rusia? pensé que seguía jugando en México.

—¿Trabajas allá? —pregunté.

—Sí, me ha costado caleta aprender el idioma. Apenas sé hablar ingles —se río.

Escuché la voz de mi papá llamándome, ya nos teníamos que ir.

—Que estés bien, cuídate —me levanté y él también lo hizo.

—Dame tú número —dijo y yo quedé en completo shock —O sea... si quieres

¿Víctor Dávila me está pidiendo mi número?

—Si quiero —sonreí.

Holissss, estaré subiendo seguidito los capítulos. Voten y siganme po chiquillasssss💋

Cualquier sugerencia me lo dicen o me lo piden!!!🥰

En las entrevistas, Víctor es un hombre que habla súper bien las palabras, habla un español muy neutro.

Saludossssss

Almendra.