La Delgada Línea del Amor (Hürrem & Mahidevran)

C3. Lágrimas en el refugio de los baños

Hürrem volvió de la recámara del Sultán. Todas las concubinas se acercaron preguntándole que había pasado que hace dos dias que ella no volvía

—Hürrem —Dijo la pelirroja —Alejandra ya no existe. Ahora todas me dirán Hürrem, ¿Oyeron? Hürrem — Dijo Hürrem mientras Gülşah lo escuchó del fondo

María se acercaba a ella con una sonrisa —vamos, cuéntame —insistía María.

Las dos chicas se sientan en los almohadones.

—¿Qué pasó que desapareciste dos días?

—Estuve con el Sultán.

—¿Solo eso?

—¡No! Fue como una compañía, nos besamos, comimos en su cuarto, lo hice reír y ahora eso es lo que importa. El sultán será mi esclavo.

—¡Hürrem!

—¿Qué?

—No digas eso, podrían oírte

Hürrem pone los ojos en blanco —Poco a poco lo voy conquistando, Maria. Eso es lo único que importa... imagina... Hürrem la sultana.

—¡Estás demente! Mahidevran es la única esposa y madre de príncipe.

Hürrem se molesta

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¿Hürrem...? ¡¿Hürrem?! —Repetía Mahidevran mientras sus ojos se llenaban de lágrimas

—Así es mi sultana, es lo que escuché de la concubina rusa. Alexandra ha muerto y Hürrem ha nacido.

Mustafá entra a los aposentos de su madre. —Madre, ¿por qué lloras? —

Mahidevran se seca las lágrimas —Estoy bien hijo mio, ven aquí—

Mustafá obedece y su madre lo abraza. —Mi príncipe... ahora eres todo lo que tengo— lo besa en la frente. — ¿Qué hiciste hoy, mi amor?

—Hoy jugé con mi padre y con Ibrahim. También estuve con Hatice.

—¿Has comido? —Le pregunta Mahidevran

—Aún no.

—Gülşah, lleva al niño a comer con la madre sultana. Y de paso prepárame los baños

—Como desee, mi sultana. —Gülşah asiente.

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Muchachas, vamos, Formen una fila. Dejen de jugar y chismear como niñas —Les decía Filiar mientras aplaudía con las manos para atraer la atención de las concubinas.

Daye se acerca a Hürren —Hürrem, te cambiaras de habitación. Serás la favorita del sultán y vivirás allá arriba.

A Hürrem se le forman una sonrisa en los labios.

—Estos regalos te trajo el sultán. —Daye le da un cofre donde contenía un anillo de rubíes.

—Hermoso — Dijo Maria enamorándose del anillo. ¡Por favor déjame probarlo!

—Ni lo pienses —Respondió Hürrem con maldad y María se puso un poco triste, se le esfumó la sonrisa.

—Vamos hürrem, vivirás arriba. —Dijo Daye. También el sultán te regaló un cofre grande donde contienen vestidos.

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—No te comportes como niña, Hürrem. Comportate y recibirás más. — Dijo Filiar a Hürrem mientras saltaba en la cama.

Hürrem se bajó de la cama y empezó a abrir el cofre donde contenía los vestidos.

—¡Son hermosos! Quiero probarmelos.... Filiar, prepárame los baños.—