DELIRIO (YuuGo)

Capítulo 9

(PERSPECTIVA DE SATORU)

Hoy se cumple un año.

Un año en el que ya no tuve más que ocultar mi sexualidad. Y me siento gratamente liberado.

Desde que Yuuji y yo comenzamos a salir como una pareja formal, los paparazzis no dejaron de acecharnos. Todo el mundo quería tener una primera plana con el chico que robó el corazón del gran Satoru Gojo, el soltero codiciado de todo Japón.

Debo decir que la mayoría de mis fans se sintieron decepcionadas al conocer mi orientación, sin embargo, no pasó mucho cuando empezaron a llegar las muestras de apoyo, en las redes sociales y en las cartas que recibía por parte de ellas, quienes veían con buenos ojos y con suma ilusión la relación que tenía con mi adorado pelirrosa.

Incluso me causó un poco de gracia el nombre con el que se autodenominaron: "Las GoYuulovers". Al principio fue algo como "SatoYuu", pero creo que les gustó la combinación de mi apellido con el nombre de mi Yuuji.

La verdad es que no suena tan mal...

GoYuu, qué bonito.

Sinceramente jamás esperé ese tipo de apoyo. Sé que muchas veces he dicho que mis fans no me conocen y que la mayoría son superficiales, pero en casos como este reconsidero mi opinión. Es probable que salir del clóset haya hecho un cambio en mí.

Últimamente, he vuelto a disfrutar de mi trabajo. Además de que, por consejo de Yuuji, me animé a participar en la producción de un par de películas en las que no actuaba, pero en las cuales vi potencial para ser grandes obras.

Sí, he ganado mucho dinero, pero eso es lo de menos. El hecho de empezar a ser reconocido de manera más seria en el mundo del cine, ha hecho crecer en mí un sentimiento de orgullo, de satisfacción.

Por mucho tiempo sentí un vacío en mi vida, como una especie de agujero existencial, en el que nada de lo que hacía lograba llenarlo.

Ni los premios, ni el dinero, ni la fama eran suficientes. Por el contrario, terminaban ahogándome.

Pero toda mi vida dio un vuelco de 360 grados con la llegada de Yuuji. Ese dulce y apasionado bombero que puso mi vida de cabeza. Aquel que en un principio fue un capricho, pero que luego, a medida que el tiempo transcurría y lo iba conociendo mejor, resultó siendo el amor de mi vida.

Ya tenemos un año juntos, justo ahora lo estamos celebrando.

Y de qué manera.

- ¡Ahhh! ¡Yuuji, más!

- ¿Te gusta, Toru?

- ¡Oh, sí! Me encanta, me fascina...

Cenamos en mi departamento, bajo la tenue luz de las velas. Bebimos una exquisita botella de vino Penfolds Grange, Shiraz de 2016 sin dejar una sola gota. Y ebrios, tanto de pasión como del vino, hicimos el amor como dos locos en nuestra habitación.

Sí, nuestra, porque por fin aceptó vivir conmigo.

Me parece increíble como en un año la llama de nuestra relación arde con más fuerza. Definitivamente, Yuuji es un bombero que no solo sabe apagar incendios, sino también cómo provocarlos en la intimidad. Justo como ahora, que me embiste sin piedad, provocando que me cørra sin control.

Mi rostro pegado a las sábanas suda sin parar, mientras mi boca saliva tanto que termina mojándolas.

No soy capaz de articular más palabras que "𝑆𝑖́, 𝑚𝑎́𝑠, 𝑑𝑢𝑟𝑜, 𝑝𝑟𝑜𝑓𝑢𝑛𝑑𝑜, 𝑌𝑢𝑢𝑗𝑖".

𝑌𝑢𝑢𝑗𝑖

𝑌𝑢𝑢𝑗𝑖

𝑌𝑢𝑢𝑗𝑖