Capítulo 16

75 10 2
                                    

(PERSPECTIVA DE YUUJI)

— No tienes que ir si no quieres...

-- Quiero hacerlo, Yuuji — me responde con firmeza — Debo hacerlo.

— Toru, cariño, no estás obligado a hacer o demostrar nada a nadie — insisto — Mira, lo único que me importa es tu bienestar, es por eso que me preocupa que te reunas con ese chico ¿Qué tal si se pone violento contigo?

-- Es por eso que quiero que me acompañes — contesta Satoru con seriedad y, tal parece, su decisión ya está tomada — Hablaré con él y si ocurre algo, te llamaré para me ayudes con esto. Solo espérame en el auto.

No confío en Megumi. Desde la última y única vez que hablé con él me pareció una persona llena de resentimiento.

¿Para qué querría hablar con Satoru? No creo que busque hacer las pases con él o redimirse de sus acciones pasadas que llevaron al colapso mental de Toru. Y, aunque sé que mi amado ha progresado mucho en estos años, temo que lo que vaya a decirle Megumi provoque un retroceso en su recuperación.

En estos últimos tres años, Satoru ha tenido un avance sorprendente. Muchos piensan que es gracias a mí, pero en cambio, considero que Toru cuenta con una fortaleza increíble, así como una capacidad de resiliencia con la que pocos cuentan.

Ha logrado superar la tragedia y convertirse en la mejor versión de su persona. Dejó a un lado las caretas que usaba ante el público, mostrándose tal cual es en realidad. Atravesó un proceso en el que, poco a poco, iba aceptándose a si mismo, con sus virtudes, defectos, teniendo en cuenta su pasado y tomándolo como aprendizaje para su presente.

Se mostró abiertamente gay, descansó de la actuación para dedicarle tiempo a otra de sus metas que era producir películas y, por supuesto, nos casamos.

Observo nuestro anillo de bodas recordando lo maravilloso que fue ese día. El sol brillaba hermosamente esa tarde y Toru lucía radiante en ese con esa camisa y pantalón blanco. No fue una ceremonia elegante o pomposa, sino una celebración íntima con nuestras personas más cercanas. Su madre, Suguru y Shoko.

También su manager, Nanami además de Yuta Okkotsu, quien es el terapeuta que lo ayudó y quien se convirtió en un buen amigo para Toru.

Por mi lado, invité al buen Junpei y a Choso Kamo, mi mejor amigo desde que tengo uso de razón y con el cual prácticamente me crié. En cuanto se enteró que me iba a casar, dejó todo en Sendai y voló de inmediato para felicitarme. Él y su novia, Yuki, nos acompañaron a la ceremonia.

Luego de nuestra luna de miel (que nos duró casi un año) retomamos nuestras vidas, esta vez como esposos. Toru formó su productora y me uní a su proyecto como agente publicitario, estando cerca la mayor parte del tiempo. Ese sería su primer paso en lo que correspondía a su fase de "superación".

Su siguiente paso, según me contó hace unos meses, era crear una fundación de ayuda para víctimas de abvso, ya que quería apoyar a las personas que hayan pasado por algo similar a lo que vivió.

Me pareció una idea genial, aunque me preocupaba la exposición que tendría por parte de los medios si éstos decidieran ahondar en su vida privada y descubrieran lo que le ocurrió años atrás.

Satoru también tenía cierta indecisión por ello, por lo que pensó tomarse con calma el proyecto para meditar en que haría al respecto y cómo enfrentaría el asedio de las cámaras una vez que se enteraran de su pasado.

Yo, como siempre, le otorgué todo mi apoyo sea cual sea su decisión. Tocamos el tema unas cuantas veces más, pero, de pronto lo noté preocupado y supuse que se trataba de ello, así que esperé que me contara lo que le sucedía.

Sin embargo, no lo hizo hasta después de haberse resuelto a entrevistarse con Megumi.

— Pensé que confiabas en mí...

-- ¡Por supuesto que confío en ti! — me dice en un tono grave — Pero, sabía que si te decía antes me hubieras convencido de no hacerlo.

— De ser así, significaría que no estabas convencido del todo.

— Yuuji, cariño — su voz se oye como una súplica — Apóyame con esto. Quiero cerrar de una vez por todas con ese asunto. Le contaré mi versión a Megumi. No importa si él insiste en culparme luego de esto, yo ya habré contado mi verdad y mi conciencia estará tranquila.

No... No estoy convencido. No me gusta nada de esto. Tengo un mal presentimiento, uno que me empuja a querer buscar a Satoru y llevármelo a casa. Pero, por más que quiera protegerlo, tampoco puedo obligarlo a hacer lo que yo quiera. Por ello, solo me queda apoyarlo y aceptar su petición.

Minutos después, llego al lugar donde Satoru y Megumi acordaron encontrarse.

Me estaciono a una distancia prudente y veo al chico pelinegro ingresar al restaurant. Su aspecto es terrible, que incluso me da un poco de lástima. Ingresa rápidamente sin detenerse.

Cinco minutos después, es el turno de Satoru, quien, a diferencia del primero, se ve firme y decidido, completamente seguro de sí mismo. Echa un vistazo y se da cuenta de mi presencia.

Bajo la ventana del auto para que  pueda  verme con claridad y, entonces, sonríe.

Es tan hermoso. Podría jurar que sus ojos brillan más que nunca, es más, todo él resplandece. Es divino, angelical, inefable.

Se despide por el momento levantando su mano, para luego entrar al lugar.

Lo observo hasta que desaparece de mi vista. Me recuesto en el asiento del auto y tomo el celular para contestar de inmediato su llamada.

No puedo estar tranquilo.

No puedo...

Enciendo la pantalla del celular, intento escribir a Toru, pero de inmediato desisto. Sin embargo, sigo inquieto.

Tengo miedo.

¿Por qué?

Observo la hora. Han pasado solo diez minutos y se me está haciendo una eternidad.

Es todo. Iré con él.

Necesito asegurarme que todo esté bien, que ese chico no lastime a Satoru.

...

¿Por qué pienso que lo intentará lastimar?

...

Estoy nervioso, debo tranquilizarme.

Respira...

Respira...

Resp-...

...

Mi sangre se hiela, el sonido inesperado no me permite reaccionar de inmediato. Dejó caer el celular y salgo del auto tan rápido como si mi vida dependiera de ello.

Y quizás así sea.

El sonido de un disparo ha provocado esta conmoción en mi interior.

Corro a toda velocidad hacia el restaurante, sin poder hacer más que gritar el nombre de mi esposo.

— ¡SATORU!... ¡SATORU!

Si existe un Dios que pueda oírme, por favor, por lo que más quieras, no me quites a mi amado.

No me quites a mi vida.

DELIRIO (YuuGo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora