DELIRIO (YuuGo)

Capítulo 15

"𝑪𝒂́𝒔𝒂𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒎𝒊𝒈𝒐"

¿Cómo puede decirlo tan a la ligera?

(PERSPECTIVA DE SATORU)

Yuuji acaba de corrērsē en mi interior y en cualquier otro momento se hubiera sentido maravilloso pero, debido a semejante propuesta en medio del coitø, quedé en shock y no pude pronunciar palabra o emitir orgasmø alguno.

¿Quién hace una propuesta de ese calibre mientras embiste sin piedad a su pareja? Bueno, tal vez la euforia del momento pudo llevarlo a ese extremo. Lo que podría significar que...

¿Ya tenía planeado proponerme matrimonio?

— Toru... Ahhh...

(Mi hombre apenas puede respirar, tan tierno)

— Olvida... Olvida lo que dije...

(Momento. Es broma ¿Cierto? Tiene que serlo)

— Quiero decir... Es que... No quería hacerlo. No así...

— Pero, lo hiciste. O acaso... — no quiero, pero debo preguntar — ¿Te arrepientes?

— ¿Qué? ¡No, no, no! — se deja caer en la cama y me abraza con fuerza — No me arrepiento de decirlo, sino de cómo y el momento que lo dije. Quería que fuera una sorpresa, algo romántico para los dos.

— Bueno, si lo piensas bien, fue una gran sorpresa. Y en cuanto a lo romántico, pues, estábamos haciendo el amor al fin y al cabo.

Yuuji suelta una risita y besa mi frente con ternura. Me mira dulcemente mientras aparta mis cabellos de mi rostro para observarme mejor. Yo también me dedico a mirarlo, perdiendome por completo en sus ojos dorados, tan brillantes y preciosos como el oro puro, llenos de sinceridad y capaces de transmitir sus sentimientos sin decir palabra alguna.

Y ¿Qué intentan decirme ahora? Lo mismo que todos los días desde hace más de un año en el que nos convertimos en pareja.

"𝑻𝒆 𝒂𝒎𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒎𝒊 𝒔𝒆𝒓..."

Me acerco a sus labios para entregarle un beso, suave, delicado. Y con éste, mi respuesta.

— Acepto, Yuuji.

Sus ojos se abren por completo ante mi confirmación . Intenta decirme algo, pero no lo consigue. Tan solo sonríe, con la sonrisa más hermosa y radiante que haya existido jamás.

Me planta un beso lleno de pasión, abrazándome con fuerza y rodando en la cama hasta colocarse nuevamente sobre mí.

— ¿Lo dices en serio? Dilo de nuevo, necesito creerlo.

— Acepto — tomo su rostro y voy dejando en sus labios un beso con cada afirmación — Acepto, acepto, acepto, acepto...

Me enternece la manera en que celebra mi respuesta, con un grito de alegría, un gran abrazo y llenando mi rostro de besos hasta cubrirme totalmente.

Luego se levanta de un salto, se disculpa un momento y corre hasta el armario. Me divierte verlo rebuscando entre cajas  y cajones hasta que se detiene, pues al parecer ya encontró lo que buscaba.

Lo toma, lo esconde con sus manos y lo coloca tras su espalda, caminando hacia mí con su encantadora mirada traviesa. Me acerco hasta el extremo de la cama y me siento en ella, expectante, ya que intuyo lo que pretende mostrarme.

Se pone de rodillas y muestra ante mis ojos una cajita de terciopelo rojo, la abre lentamente descubriendo su contenido, para finalmente, tomar mi mano derecha y colocarlo en mi dedo índice.

Un hermoso anillo de plata con un dije en forma de flor cerezo y una piedra rosa en su centro.

— ¿Sabes que la flor de cerezo representa el amor verdadero? — le pregunto mientras observo como luce el anillo en mi dedo.