DELIRIO (YuuGo)

Capítulo 10

𝘕𝘰 𝘥𝘦𝘣𝘪́ 𝘩𝘢𝘣𝘦𝘳 𝘢𝘤𝘦𝘱𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘴𝘶 𝘪𝘯𝘷𝘪𝘵𝘢𝘤𝘪𝘰́𝘯.

(PERSPECTIVA DE YUUJI)

- ¿Tendrás un minuto para conversar?

- ¿Puedo preguntar sobre qué?

- Sobre Satoru Gojo.

Aquel chico sonría tan cálidamente que jamás sospeche sus intenciones.

Debo admitir que soy malo juzgando a las personas, pero es que ese joven vino tan pacíficamente, que no imaginé en ningún momento lo que en verdad trataba de hacer.

Acepté conversar con él, y me llevó al mismo restaurante en el que Satoru y yo tuvimos nuestra primera cita. Al parecer tampoco quería ser reconocido por la gente.

Ahí debí sospechar. Pero no, como siempre, soy tan ingenuo.

Nos limitamos a pedir solo café. Fushiguro pidió negro y yo un latte. El pedido llegó rápido y, entonces, inició nuestra conversación.

- Puedo preguntar ¿De dónde conoces Satoru? - fui el primero en preguntar pues la curiosidad me carcomía - Sinceramente, nunca he oído hablar de ti.

- Es obvio que no - me dice luego de beber un sorbo de su café - Él y yo no nos llevamos bien. Podría decir que hasta nos ødiamos mutuamente.

Segunda alerta. Esta no sería una conversación amable.

- ¿Se ødian? - pregunto sin poder creer en la naturalidad con la que dijo esa frase - ¡Oh, ya entiendo! Viniste a hablarme mal de Satoru.

- No me digas que no te interesa conocer más a fondo de tu novio...

- Conozco muchas cosas sobre Satoru. Y aunque no me sé toda su vida, estoy aprendiendo poco a poco, así como él lo hace conmigo. - me levanto de la silla dispuesto a irme - No Necesito llenarme de chismes y cuentos baratos...

- Ningún cuento barato - me interrumpe con seriedad - Hay dos cosas muy importantes que te está ocultando. La primera, puede que lo pases por alto, pues sinceramente no sé qué clase de persona serás. Pero la segunda sí tiene que ver contigo, y mucho.

- No me interesa...

- Si tanto confías en tu novio, escucha lo que tengo que decir y luego puedes preguntarle. Incluso puedes decirle que yo te lo dije.

Tercera alerta. No le teme a represalias.

Es increíble como este tipo no pierde la tranquilidad al hablar, apenas y alzó la voz para interrumpirme, pero luego la modula y vuelve al tono sereno de siempre.

Es evidente que está decidido hablar, y quiero suponer que si no acepto escuchar lo que me tiene que decir, va seguir insistiendo.

Como no estoy dispuesto a verle la cara otra vez, tomo asiento nuevamente.

- Bien, dilo de una vez.

- Perfecto - dice con una sonrisa, que se torne inmediatamente en un semblante serio - Lo primero que debes saber es de lo que Satoru Gojo es capaz de hacer para conseguir lo que quiere.

- Te refieres al motivo por el cual lo ødias - inquiero sin dar tregua.

- Así es. Supongo que nunca te lo contó, pues a cualquiera le daría vergüenza decir que destruyó un hogar y dejó a un hijo sin su padre.

La confesión me toma por sorpresa pues, en efecto, no es algo que me haya contado, mucho menos que se viera en las portadas de las revistas de espectáculos, algo común pues siempre buscan las noticias más sensacionalistas.